La premisa gira en torno a Violette, una mujer que está en edad de casarse, cuando en 1852 su pueblo es brutalmente privado de todos sus hombres tras la represión ordenada por Napoleón III. Las mujeres pasan meses en aislamiento total. Desesperadas por ver a sus hombres de nuevo, hacen un juramento: si un hombre viene, será para todas. La vida debe continuar en el vientre de todas y cada una de ellas.
Su directora Marine Francen, que también coescribe el guión, nos comenta todas las claves de su opera prima, a través de una entrevista proporcionada por la distribuidora BTEAM Pictures:
La cineasta francesa Marine Francen.
¿Qué inspiró tu película?Todo empezó cuando descubrí El hombre semén, escrito por Violette Ailhaud. Una maestra escribe su propia historia en el pueblo en el que vivía, en donde una serie de acontecimientos afectan en un momento dado a los aldeanos. Es una misteriosa novela corta de la que me enamoré, e inmediatamente me puse en contacto con el editor.¿Qué fue lo que te conmovió de la historia?Me atrajo el libro, por su tema y su poderosa visión poética. Enseguida sentí ganas de elaborar una versión cinematográfica. La historia parece más un largo poema en prosa que un relato. Funciona mediante sugerencias y por eso todo tuvo que construirse de abajo hacia arriba. Me sentí muy libre. Ésa es otra cosa que me gustó del libro. Sentía que el texto expresaba una visión increíblemente realista y poderosa de los deseos de las mujeres. Más allá de su contexto histórico, cuenta lo que significa ser mujer una vez eliminadas las referencias sociales, culturales y de nacionalidad… una vez eliminado todo aquello que sirve para vestir a una mujer, de cierta manera.La falta de hombres se expresa fundamentalmente en lo que se refiere a la sexualidad y al deseo.La ausencia de hombres se alarga y, conforme van pasando los meses, perturba la supervivencia psicológica y física de las personajes. Para luchar contra la muerte que les acecha – muy probablemente la muerte de sus maridos y de sus hijos varones, y también la muerte de su aldea – las mujeres siguen sus instintos. Como animales. La fuerza de la vida se adueña de ellas. Y yo creo que ésa es la fuerza increíble de las mujeres – la capacidad de llevar ese instinto primario que guía nuestras vidas mucho más de lo que pensamos. Yo crecí en el campo y me sentía cómoda con las mujeres. Me encanta su modestia, y, en ciertos momentos, su sorprendente crudeza.En todas las sociedades, tanto occidentales como orientales, creo que las mujeres tienen una libertad de expresión entre ellas que es mucho mayor que la que suele haber entre hombres. Yo quería que la película reflejase eso. Quería que el guión estuviese lleno suspense, desde el principio hasta el final. Que hubiera tensión por la ausencia de los hombres, por miedo a lo desconocido. Que la tensión se transmitiera a través de la expresión de sus ojos, de sus cuerpos llenos de deseo. Mi motivación a la hora de hacer películas viene de mi deseo de encontrar una manera de expresar sensaciones sin palabras. Por eso me interesó esta historia. Lo que experimentan esas mujeres es muy físico. ¿Qué pasa realmente en tu cuerpo cuando lo que sucede en él puede llegar a superar lo que crees que entiendes con la cabeza?Ruedas una situación transgresora, pero nunca resulta provocador.Quería sentir la tensión, la carencia, el deseo, pero quería alejarme del tópico de “mujeres que se pelean como gatas en celo” por un hombre. La necesidad sexual y el deseo pueden ser muy fuertes, pero eso no es ni sucio ni negativo, es un ansia vital normal. El reto consistía en mostrar lo que se puede llegar a sentir en una situación así, sin hacer ningún juicio moral.Más allá de la extrañeza de aquel pacto y de su lado transgresor, todas las mujeres logran encontrar su lugar porque respetan el derecho de las demás a tener necesidades sexuales. Y de algunas a ser madres. Yo quería expresar estos distintos niveles de comprensión y aceptación de esa nueva manera de vivir. La escena en la que caminan avanzando juntas, todas, con sus ovejas, con Jean en medio, es emblemática de esa vida de posibilidades que han logrado construir, a pesar de una situación que podría parecer invivible. Demuestran que puede funcionar. Igual no durante años, pero sí en un momento de supervivencia. Se pueden superar muchos tabúes cuando forman parte de una dinámica de necesidad más grande.El creciente amor que Violette siente hacia Jean la coloca en un dilema nuevo, entre ser fiel a sus sentimientos y el pacto que tiene con las otras mujeres.Esos sentimientos de amor que surgen son, precisamente, la belleza de la historia. Violette ha hecho un pacto con las otras mujeres; ella entiende sus necesidades. Pero tener que compartir a Jean se le hace increíblemente torturador. A pesar de sus celos, las otras mujeres respetan la relación amorosa entre ambos. También creo que es magnífico que estas mujeres, que se han acostado con un extraño, siguen igual de enamoradas de sus maridos cuando éstos vuelven. El hecho de tener necesidades y sentir desesperanza no significa que ya no amen a sus maridos.Sabemos poco de Jean...Quería conservar un aspecto de fantasía en su personaje – para que no se sepa nunca quién es realmente. Esas mujeres lo construyen como un sueño, y luego llega el momento en que ese sueño se convierte en realidad. Jean aparece. Ese enfrentamiento con la realidad resulta, forzosamente, más complejo de lo que habían imaginado. ¿A qué se dedicaba ese hombre realmente? ¿Por qué termina allí? ¿Por qué se queda? ¿Porque realmente quiere, o porque se está escondiendo? ¿Es trigo limpio? Me parecía interesante que todo eso no quedase claro – y así ir mostrando que él también encuentra el amor sin haberlo buscado. Y, lejos de ser un hombre encantado de la vida como único varón entre tanta mujer, tampoco resulta fácil para él. De hecho, Alban Lenoir vivió algo así durante el rodaje.A Violette y a Jean les encanta leer. La lectura fue un punto de contacto crucial entre ellos.Más allá de la atracción puramente física, también comparten sensibilidades únicas. Los libros y la lectura también son el elemento que distingue a Violette del resto de la aldea y que le permiten ir forjando un vínculo especial con Jean. La lectura desempeña un papel doble: es el vehículo de la causa socio-política de transmitir conocimiento a los hijos, y también es el catalizador del amor.Jean escribe lo siguiente a Violette: “Que este niño sepa que fue fruto del amor entre un hombre libre y una mujer libre”.Esa carta no está en el libro, pero sintetiza perfectamente lo que está en juego en esta historia: las mujeres han empezado una rebelión para defender su libertad. Y Jean participa en esa rebelión al aceptar su pacto. A través de esas palabras, Violette entiende la libertad de Jean y toma su propia libertad. Ella es responsable de su tierra, de su madre, de los niños a quienes tiene que enseñar a leer, y del grupo de mujeres a las que está vinculada por ese pacto. Es una mujer libre, autónoma y moderna.Fuentes:Entrevista extraída del Pressbook.Pressbook e imágenes cortesía de © BTEAM Pictures.http://bteampictures.eshttps://www.filmaffinity.com/es/film329241.htmlhttp://www.sensacine.com/peliculas/pelicula-243262/© El copyright de las imágenes pertenece a sus respectivos autores y/o productoras/distribuidoras.Sin ánimo de lucro. Las imágenes publicadas solamente tienen la finalidad de complementar este artículo.