Revista Cine

Entrevista a Mateo Gil

Publicado el 07 julio 2011 por Pilarm
Entrevista a Mateo GilFotografía de Pilar de Miguel

Estuvimos con Mateo Gil, guionista y director charlando sobre Blackthorn y esto es lo que nos contó:

Se ve que hay interés por recuperar el western, ¿crees que se trata de una moda, es por el tema sociopolítico actual?

Puede ser que tenga algo que ver el hecho de que vengan tiempos de crisis y de volver a plantearnos ciertas cosas que tienen que ver con la convivencia y el sistema con el que nos organizamos. El western revive porque es un género que efectivamente trata del nacimiento y el crecimiento de una nación, y la relación del individuo con su entorno, sea natural o el entorno humano.

Coincide también con la vuelta de un cine político en forma documental y curiosamente, también con una vuelta atrás en el estilo. Se mira mucho a los años 70. Quizá todo tenga relación. El western siempre ha estado ahí, no ha terminado de morir, pero tiene años que hay más presencia y ahora por fortuna está volviendo.

 ¿Has tomado alguna película como referencia?

Crecí viendo muchos westerns en televisión. Tardé en ir a las salas de cine, pero veía muchas películas en la pequeña pantalla. Y la gente de mi generación ha visto mucho cine del oeste desde pequeños. Nos encantaban. Lo curioso es que mientras que a mí me siguen interesando, otras personas de mi edad parecen haber renegado de ellas.

El caso es que las que me gustan son las que he disfrutado desde siempre, de directores como John Ford o Sam Peckinpah, que son grandes especialistas, y de otros que casi no se dedican al género, pero ocasionalmente han hecho grandes westerns, como Arthur Penn

 Aquí diriges, ¿dónde te sientes más cómodo, en el guión o en la dirección?

Siempre quise dirigir, el acabar siendo guionista fue por circunstancias y porque tuve la suerte de ser muy buen amigo de Alejandro Amenábar (risas) y lo aprendí un poco sobre la marcha. De lo cual me alegro muchísimo ahora porque sin una base literaria sólida no vas a ningún lado.

Ahora me gustaría variar, no me muero por dirigir, si aparece un proyecto de guión, me lanzo. Depende de que me guste el proyecto, me atrae la idea de proyectos que me hagan aprender, con una inmersión como por ejemplo la de Ágora, que tuve que aprender de astronomía, o de ésta, que me obliga a investigar en otras épocas.

Enfrentarte como director a un proyecto escrito por otra persona, ¿qué cambios plantea un guión ajeno?

Siento esta película más propia que la otra (en referencia a su primera película), aunque el guión lo firmara yo, porque lo cierto es que era un encargo de una película que en principio no la iba a dirigir yo y con vistas a que fuera la película de las Navidades.

Había muchos factores en esa primera película. Y la verdad es que me gusta variar, pero no te creas que el thriller es el género que más me atrae, además a la hora de rodar llega un punto que el guión te lo sabes de memoria, ya no sientes diferencia.

Alejandro Amenábar estuvo implicado en la producción, ¿de qué manera?

De dos maneras. Hay un grupo de amigos que cuando estamos en fase de montaje siempre nos sentamos, le ponemos la película a los demás, la destripamos y de ahí se sacan conclusiones muy interesantes para seguir montando.

Alejandro vio el montaje unas tres veces, y también me ayudó en la preparación porque yo estaba en Bolivia. Tenía pensado hacer un alto para venir a España, coincidiendo con que los actores Europeos venían a hacerse pruebas de maquillaje, vestuario, a cabalgar… no pude hacer el viaje y la alternativa era que llegaran al rodaje sin haber hecho la lectura del guión en común. Me empeñé en que alguien hiciera de maestro de ceremonias en esa lectura en común y quién mejor que Alejandro. Le pedí el favor, era un marronazo pero lo hizo encantado.

Es inevitable que aparezcan comparaciones con Dos hombres y un destino…

Me da miedo que la gente haga comparaciones. Mucha gente dice que cómo me atrevo a hacer esto en España. Temía que se creara una corriente en contra. Aunque la idea era irse hacia otro lado. Hemos usado la figura de Butch Cassidy como representación del estilo de vida de los antiguos habitantes del Salvaje Oeste, y para remitir a los antiguos valores. Creemos que tras el inicio de la película, los espectadores se olvidarán del peliculón de Paul Newman y Robert Redford, y se interesarán por lo que queremos contar nosotros.

¿Intimida trabajar con Sam Shepard? (Pregunta repetida por todos debido a la fama del carácter del actor)

Antes de empezar el rodaje, estaba asustadísimo. No sólo porque para mí es uno de los grandes, sino porque había escuchado que tiene un carácter fuerte y es un hombre muy estricto, de trato difícil.

Sin embargo, siempre he pensado que se puede colaborar con cualquier persona, siempre que se haga desde el respeto. Traté de confiar en el propio Sam Shepard, y al final todo salió muy bien.

En la película hay actores de todas partes, ¿cómo fue la mezcla y coordinarlos?

Pues dejar que cada uno haga lo que corresponde y confiar en ellos. Siempre tuve la duda de si estaba quedando demasiada variada la interpretación. Pero todo se habla, y en las lecturas vas viendo por dónde va cada uno y vas viendo a quién tienes que bajar y a quién tienes que subir. Por fortuna, todos los actores con personajes fuertes eran actores muy sólidos, y a veces me concentré en personajes pequeñitos para que estén bien a la altura.

Has hecho todo tipo de películas, pero leí que no harías nunca comedia.

No me siento seguro, pero tengo dos cortos que se pueden considerar comedia. Esa veta está ahí, me da un poco de miedo pero sí que me gustaría. Tengo una idea rondándome, que además sería viable.

 

Entrevista a Mateo Gil
Fotografía de Pablo Álvarez Mendivil

Si recordáis las palabras de Stephen Rea respecto al doblaje, no fue el único que se pronunció. Eduardo Noriega también habló en la rueda de prensa sobre este tema. El actor español comentó que la voz es importante, el doblaje es un arte, pero es una versión del original. Admiro a los dobladores pero soy partidario del idioma del rodaje.

Lamentablemente, no pudimos hablar con él pero estaba muy orgulloso de haber participado en la película y de que Mateo Gil hubiera contado con él.


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