Revista Cultura y Ocio

«Entrevista a Monika Zgustova por su novela ‘Soy Milena de Praga'»

Por Guillermo Guillermo Lorén González @GuillermoLorn

«La cafetería en la que hemos quedado es bonita, clara, agradable y Monika nos recibe con esa sonrisa cariñosa que siempre la acompaña. Su hablar pausado, eligiendo bien cada palabra, augura una conversación distendida. Está contenta con la publicación de su último libro, Soy Milena de Praga, publicado por la Editorial Galaxia Gutenberg. Las críticas están siendo muy positivas, y no es para menos.»

«Entrevista a Monika Zgustova por su novela ‘Soy Milena de Praga'»Entrevista realizada por Maudy Ventosa.

«Entrevista a Monika Zgustova por su novela ‘Soy Milena de Praga'»

Monika nació en Praga, como la protagonista de su novela, Milena Jesenská, conocida como la amante de Kafka. Es muy fácil enamorarse de Milena, así le ocurrió a Zgustova hace muchos años:
“Era estudiante en EE.UU. cuando leí el primer libro sobre Milena, el de Margarete Buber-Neuman, la primera biografía, “Milena, la amiga de Kafka”; de alguna manera me enamoré de Milena, me interesó muchísimo y quería saber más y más; leí todo lo que pude, y se han publicado bastantes cosas sobre ella en distintos idiomas, en checo muchísimo; fui a hablar con gente que la había conocido y tuve acceso a los archivos literarios de Praga. Encontré notas y mensajitos de madre a hija, de Milena a Honza; lo leí, fotografié algunas cosas y utilicé todo esto. Durante décadas y décadas estaba impregnada de Milena. Todo esto era, al principio, solo para mí, ella me interesaba como persona”.

La oportunidad de escribir el libro vino de la mano de su editor cuando le pidió un libro sobre Milena para celebrar que 2024 es el año de Kafka. Monika no lo dudó; era un trabajo que llevaba en ciernes casi toda la vida.
“Milena es como un mito, se ha convertido realmente en una mujer mítica”, afirma Monika.

Lo que a mí me llama la atención, es que el sufrimiento no consiguió nunca devastar el ánimo que tenía; siempre conservó las ganas de vivir, incluso al final. Era vital, apuntó.
“Sí, y libre, continúa. Creo que su libertad y su vitalidad eran las fuerzas motoras para poder superar las dificultades; esto, desde el momento que se separó de su primer marido; antes no era así. Tardó muchísimo en darse cuenta de que no podía dejarse humillar y que realmente aquella era una relación tóxica, como diríamos hoy”.

Sorprende que una mujer, con la fuerza que tenía ella, con la libertad que le había dado su padre, una mujer muy libre, muy loca, ¿cómo puede tolerar una relación que permite que se rían de ella en los cafés, que él la humille, que el mismo día que llegan a Viena la deje en el tren y se vaya con otra?… no cabe en ninguna cabeza, dijo.
«La respuesta no se hace esperar: “porque era jovencita, alegre, y yo diría que resultona y descarada, no podía imaginar su vida sin él; hasta entonces siempre había sido una chica mimada, no le cabía en la cabeza cómo era posible que la tratara así; pero en el fondo le fue bien porque se dio cuenta de lo que tenía que evitar a partir de entonces, y también fue una de las causas, su primer marido y la incapacidad de Milena de deshacerse de él, del por qué no le funcionó la relación con Kafka, porque Frank sufría muchísimo por el triángulo. Al principio lo toleras, pero cada vez lo toleraba peor y al final realmente ya no podía soportar su propio sufrimiento”.

«Entrevista a Monika Zgustova por su novela ‘Soy Milena de Praga'»

No tuvo suerte con ninguno de los hombres que pasaron por su vida, digo yo.
Continúa Zgustova, “con su segundo marido, el checo, eran la pareja ideal, idílica, pero luego resultó que no y se dejaron un poco los dos, fue mutuo y es verdad que también se sintió engañada. Yo creo que lo que pasaba es que eran así los hombres de aquella época, un poco machistas. También ella dejaba a quien podía. Dejó a su padre, el patriarca, luego dejó a su primer marido…Con Kafka quizá le hubiera ido bien en otro sentido, pero ella sabía que Kafka era demasiado exigente para ella porque exigía a todo el mundo vivir en la verdad, que Kafka realmente practicó; para ella era muy difícil, porque era una verdad absoluta, no como a veces decimos mentiras piadosas, Kafka no aguantaba esto”.

Pero realmente con Kafka, fue cuando Milena floreció, de insecto pasó a mariposa, apunto. “Sí, era una metamorfosis para bien, afirma, porque Milena, de hecho, estaba perdida, era una chica bastante frívola antes de conocer a Kafka, no sabía qué hacer con su vida, leía mucho, sabía idiomas, eso sí, pero no perfectamente y es a partir de empezar a traducir a Kafka y luego conocerlo, cuando se dio cuenta de que lo suyo era la traducción, lo que realmente le gustaba y la llenaba muchísimo y empezó a escribir sus propios artículos; Kafka siempre alabó todo lo que ella hacía. Era lo que ella necesitaba, también”.

En su libro, afirma que, a través de la literatura, seguramente de las traducciones, es cuando fue capaz de conocerse a sí misma y de acercarse también conociendo a los demás. Recuerdo. Con Kafka se dio cuenta de que tenía que hacer algo más importante que dedicarse al bla, bla, bla en los cafés. Su marido era alguien muy fascinante, alguien que debía de ser creíble porque todos los grandes escritores como Robert Musil, Hermann Broch, Karl Kraus y todos esos escritores absolutamente míticos, estaban seducidos por él, por Ernst Polak, por eso ella también lo estaba desde hacía demasiado tiempo y por eso no podía irse de esta relación… Cuando conoció a Kafka, ya empezó a ser otra persona… En Praga me gustó retratarla en el libro como una mujer que ya sabía lo que quería, que estaba muy segura de sí misma. Aunque, Praga en un principio, cuando llegó de Viena, le pareció provinciana…”

¿Siempre buscó su identidad como le sigue sucediendo a Europa? puede ser un paralelismo con la propia Milena… Pregunto a Monika.
“El trabajo que le ofrecieron, llevar un suplemento de mujeres, lo convirtió en un suplemento feminista, otra metamorfosis. Hablaba de la mujer moderna, qué tenía que hacer en el matrimonio, que si no le iba bien tenía que irse y dejar al marido, cosa que ella durante mucho tiempo no era capaz de hacer… Era muy contradictoria, pero supongo que pasa con mucha gente”.

La novela está escrita en primera persona y Monika Zgustova confiesa, “como he convivido con ella durante décadas, sentí que circulaba por mis venas, la tengo tan integrada… Con otra persona, quizá no me hubiera atrevido con la primera persona, si fuera una poeta, pero con una periodista, sí. La verdad es que ella escribía de una manera absolutamente excelente, era precioso lo que ella escribía. Me atreví y por eso le di la forma del comienzo del campo de concentración…”

También Zgustova, de manera excelente, hace una crónica social de la época, la Primera Guerra Mundial, la Viena empobrecida y soberbia de la postguerra, Praga después de la partición del Imperio Austro-Húngaro, el ambiente que se crea en los países que se sienten liberados, el problema del Imperio Austro-Húngaro, que imponían su voluntad demasiado, el nacionalista checo cuando recuperan su orgullo… “Milena era como la última centroeuropea, como una portadora de este cosmopolitismo nacido en el Imperio Austro-Húngaro, con tanta mezcla de idiomas, de culturas, de religiones, de tradiciones. Todo esto, con la llegada de los nazis al poder, se daba cuenta de que esto se acababa. Entonces se lanzó a ayudar a la gente, pero realmente sin preocuparse por sí misma”.

«Entrevista a Monika Zgustova por su novela ‘Soy Milena de Praga'»

Monika refleja la evolución del pensamiento de Milena, se vuelve más crítica y lucha por la democracia. “Es que tiene una historia. Milena hace una evolución desde que trabaja en la revista y lleva un suplemento para mujeres donde les enseña a ser feministas, luego, cada vez es una periodista más política; en una época, tanto ella como su marido están cerca de los comunistas, pero ella se da cuenta muy rápidamente, de que eso no era lo suyo, que eran muy radicales, y no solo esto, sino que ejercían el totalitarismo, aunque todavía no estaban en el poder. Cuando su marido volvió de la Unión Soviética, también le conto lo mismo; los dos tenían esto en común”.

“Cuando conoce a Margarete, entendió los dos sistemas, tanto el soviético como el nazi; para Milena ella es una fuente de información increíble y lleva siempre un cuaderno para anotar cosas, que desgraciadamente se perdió. Igual hubiera sido la primera persona que habría escrito sobre los totalitarismos antes de Hannah Arendt.

La autora, como en todas sus obras, ha intentado mantener un rigor absoluto, histórico y fiel al personaje; en Milena de Praga, esa tarea ha durado años. Pero ha merecido la pena, como ustedes mismos juzgaran cuando lean el texto.

Milena era una persona capaz de amar con un amor verdadero que se expresaba a través de las acciones y no a través de las palabras.

«Entrevista a Monika Zgustova por su novela ‘Soy Milena de Praga'»


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