1. Un lugar, real o inventado, donde te gustaría perderte.
Siempre he soñado con poder perderme en el Valle de los Reyes y dedicarme a buscar nuevas tumbas egipcias. Pero también me encantaría poder hacerlo en un planeta muy lejano, a ser posible en una época mucho más adelantada a la nuestra. Si algo me fastidia de morirme es no poder viajar al espacio.
2. Escribe tres palabras que te definan.
Terca. Imaginativa. Impaciente.
3. ¿Qué mujeres te han influido a ser cómo eres?
Mi madre me enseñó lo que es amar de verdad, después de más de cincuenta años de casados, mis padres seguían enamorados como adolescentes. Me hubiera encantado aprender de ella la paciencia, pero eso no ha podido ser, esa palabra no sé ni cómo se escribe. Mi forma de pensar respecto a la libertad y a la igualdad entre hombres y mujeres lo heredé de mi padre que, desde muy niña, me empujó a decir lo que pensaba.
4. Un recuerdo de infancia u otro momento de tu vida que te haga sonreír.
Una comida en Tánger, en un restaurante francés, donde solo se escuchaban los cubiertos. Mi padre empezó a contarnos historias de su mili, nos dio un ataque de risa y por poco nos ponen de patitas en la calle. Recuerdo aquellas vacaciones con mucho cariño.
5. En el supuesto de que alguien quisiera llevarse todos los libros de tu biblioteca y solo pudieras rescatar uno o dos, ¿cuáles serían?
Sin dudarlo rescataría Shanna, de K. Woodiwiss; por su culpa empecé a escribir. Y La sonrisa etrusca, de José Luis Sanpedro. Bueno, es por decir algo, porque si pasa eso, con total seguridad, me daría un soponcio y tendría que acudir el Samur.
6. ¿Qué libro recuerdas con especial cariño por lo que supuso en ese momento de lectura?
Los pilares de la tierra. Pero no por lo que pudo suponer mientras lo leía, que fue una experiencia maravillosa, sino porque después comencé a recorrer de nuevo todas las catedrales que ya había visitado, fijándome de verdad en cada detalle. Esa novela me enseñó lo que es el tesón.
7. ¿Qué supone escribir para ti?
Vida. No podría estar sin inventar una nueva historia cada poco tiempo. Escribir es vivir en mis personajes de ficción las aventuras que me gustaría disfrutar y que, por desgracia, me es imposible.
8. Tienes alguna costumbre o manía particular a la hora de escribir.
Necesito aislarme. Ni música, ni ruidos, ni llamadas, ni preguntas…
9. ¿Eres de tomar notas sobre escenas o planificación en libreta, en el móvil o en tu ordenador?
Suelo tener siempre varias servilletas en el bolsillo, repletas de notas que luego, a veces, ni puedo traducir. Normalmente las llevo en la cabeza.
10. ¿De todos los personajes de tus novelas hay alguno que guardes con un cariño especial?
Dargo Alisdair Killmar, de Lo que dure la eternidad. No fue el primero que inventé, pero sí el primero que salió a la luz y, después de tanto tiempo, sigue dándome alegrías.