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«Entrevista a Paqui Bernal»

Publicado el 29 mayo 2021 por Librosquevoyleyendo @librosqvleyendo

«Entrevista a Paqui Bernal»

A raíz de la publicación de La miradavaciada, de Paqui Bernal, se nos ha ocurrido que sería buena idea entrevistar a la autora y pasar un buen rato, al mismo tiempo que no dudaremos en ponerla en algún que otro aprieto (tranquila, Paqui).

Sin más preámbulos, le damos un abrazo virtual, la invitamos a un café (virtual) y le planteamos una serie de preguntas (virtuales) en lo que pretende ser un interrogatorio del siglo... ¿XXI?

Como prosector de las preguntas, me gustaría transmitir a Paqui Bernal el gran afecto que le hemos cogido en Libros que voy leyendo, felicitarla por su peculiar última novela y agradecerle la deferencia que tiene para compartir su tiempo con nosotros (equipo y lectores). También la animo a que se haga seguidora (si no lo es ya) de nuestras correrías literarias y la invito a regalarnos, de vez en cuando, algunas perlas que puedan ser del gusto de unos o de todos.

Eso está hecho, Javier. Y gracias a vosotros por facilitar este encuentro.

Pues tengo sólo dos pares y uno de ellos roto, porque nunca encuentro tiempo para ir a la óptica. Soy de aquellas personas que siempre tienen algo más importante que hacer, una procrastinadora. Ah, y las gafas de sol graduadas, que son una bendición.

En los viajes, papel y bolígrafo, no uso tablet. En casa, pantalla en blanco, aunque los teóricos dicen que un escritor debería escribir a mano, porque existe una conexión especial entre el cerebro y los dedos que acompañan el lápiz, y hay algo de eso.

Si te refieres a las escenas en que la acción se detiene, son absolutamente necesarias para el ritmo de la historia y para apreciar más lo que sucede después.

Pero en el sentido literal, a mí me encantaría encontrar páginas en blanco en cada capítulo. Soy de esas personas que subrayan y anotan ideas en los márgenes como si su futuro dependiese de lo que encuentra en la lectura.

Paqui Bernal escribe desde la edad de... diez años. Inventaba letras de canciones (en definitiva poesía), casi siempre románticas, porque era una niña muy soñadora.

Las empezaba en mi cabeza, de camino al cole o de vuelta a casa, y las iba cantando para memorizarlas -era compositora, de música y letra, jaja-. Al llegar a casa o al colegio, las anotaba en una libreta. Nunca me pilló el maestro, pensaría que simplemente estaba copiando de la pizarra.

Yo diría más bien, Javier, que los hablantes de cada lengua perciben la vida de una manera diferente. Y esto ya se ha convertido en un cliché, pero es totalmente cierto.

En cuanto a mi escritura -y aclararé que soy Licenciada en Inglés y Francés para no sonar presuntuosa-, soy incapaz de narrar sin que se me ocurran expresiones en esos idiomas, lo cual es un dificultad -ya que a veces no caigo en la expresión en castellano-, pero también es una ventaja, porque me proporciona imágenes que no existen en nuestra lengua materna.

La poesía más deliciosa es mi nieta de un añito. Cuando me llama "Abu", es como si oyese unhaiku perfecto.

Tu inspiración sería imposible sin... un hecho real que la desencadene, aunque sea simplemente una escena que sucede en el metro o una melodía, o la combinación de ambas. Un poco extraño, ¿no?

La mia está cubierta con carpetas, crema de manos, la mascarilla (no de manos)... Puedo ignorar el desorden con una facilidad pasmosa.

Ahora en serio, en el estudio de un escritor deben estar presentes dos cosas: un diccionario de sinónimos exhaustivo y un pasado con muy buenos profesores de Literatura. Esto último es lo básico, y yo tuve esa fortuna.

Y debe de sonar de fondo... A ser posible el canto de un grillo, jaja. Quiero decir que esa imagen de Colin Firth en "Love actually" en una casa de campo en la campiña francesa no es un capricho. No imagino a nadie escribiendo mientras sus vecinos discuten...

Para nada, Javier. Yo soy una persona muy vitalista, que si no tiene una misión se la busca. Y eso es lo que llena la mirada de los seres humanos.

... las enseñanzas de una mujer experimentada, pero también a sus antojos, a sus designios. En inglés a estas personas se les llama "scheming". Pero no voy a desvelar más para no haceros Pablo, tu personaje, se ve sometido a spoiler.

Y entonces esta novela podría clasificarse dentro del género... Para mí pertenece claramente al género de novela de formación, porque me interesa especialmente la manera en que las vivencias de Pablo lo hacen madurar. Aunque no reniego de la sensualidad que a menudo emana el texto.

Sam es muy traviesa. Entre sus sentimientos no se encuentra... No se encuentran muchos sentimientos que se presuponen en una chica de unos veintitrés años. A ella le falta "recorrido emocional".

Es un libro en que salen a colación varias filias. Se te quedan otras en el tintero. ¿Crees que verían la luz de haberse prolongado la trama?

Sinceramente, Javier, no lo creo. Lo que hace una historia atractiva es lo que se sugiere, más que lo expresado. Y esta historia deja mucho espacio a la imaginación del lector.

Pero toda trama necesita un "por qué". Explícanos el de La mirada vaciada.

En la raíz de esta trama están cientos de otros relatos que he oído, conocido por terceros o corregido, como profesora de inglés de adultos que soy. Es sorprendente el grado de intimidad que alcanzan los alumnos en sus redacciones, y las historias vitalesde la gente son admirables. No hay duda alguna sobre aquella frase tan manida: la realidad supera con creces la ficción.

Pues tenía yo bastante avanzada la novela cuando me di cuenta de que los consejos de un profesor de escritura que había tenido años antes me estaban coartando: uno de mis personajes era culto pero yo estaba frenando su lenguaje para que el lector no lo encontrase pedante y se sintiese próximo a él. Cuando me liberé de aquello, tuve que cambiar todos sus diálogos.

Fue algo muy curioso, Javier. Mi coordinadora recibió mi propuesta de foto para la contraportada demasiado pronto y la guardó en un cajón. Su equipo escogió la portada, y cuando fueron a montar las cubiertas, comprobaron que las dos fotos tenían exactamente los mismos tonos: un azul Munsell y un beige dorado. Deben de ser los colores de la historia...

He conseguido recuperar mis contactos personales. Hay que tener en cuenta que este libro ha salido en plena pandemia, que estábamos cada uno encerradito en casa y alejado de los suyos. Por eso, la reacción de conocidos y amigos ha sido muy reconfortante, sus felicitaciones y su apoyo. Y yo creo que la ocasión también ha sido reconfortante para ellos: estábamos todos faltos de buenas noticias.

Es un tópico, pero hay que leer mucho y bien escogido, aunque siempre libros que agraden.

Y a la hora de ponerse a escribir, pienso que va muy bien no tener prejuicios, quiero decir, quitarse los miedos antes de arrancar con un texto. Si es narrativo, hay autores a quienes va mejor comenzar construyendo uno de los personajes, otros que prefieren diseñar la trama, y otros a los que motiva escribir directamente una escena cualquiera, y luego otra y otra -no necesariamente en orden-. Yo soy de éstos últimos.

Ya me planteé usar un seudónimo para firmar "La mirada vaciada", pero no por "el calor", como lo llamas tú, Javier, sino porque era consciente de que Paqui es muy común. Pero las alternativas o bien eran nombres con los que no me identifico o bien sonaban a película de serie B. Así que me quedé con mi nombre, aunque sea castizo.

Por otra parte, tampoco creo que suba "el calor" en mi próximo libro, porque querría que fuese una novela que tengo escrita (y que me gustaría publicar), y esa obra es totalmente distinta.

Aunque... también me planteo escribir poesía, ahí sí que podría "subir el tono". Mmm...

Porque "La mirada vaciada" consigue aunar en un texto una novela romántica, otra erótica y especiarlo todo con una pizca de suspense. Es decir, una novela literaria en un panorama editorial dominado por la literatura de género es casi una "rara avis". Estamos faltos de historias heterogéneas como ésta.

Misamigos y compañerosme envían mensajes diciéndome que "La mirada vaciada" es adictiva, que engancha muchísimo. Y me ha sorprendido gratamente, aunque yo ya sabía que el estilo era muy dinámico... A quien se interese por ella, le diría que va a disfrutar de la lectura, a sentir y a pensar, porque contiene una historiadura y bonita a la vez que podría dejarles huella. Al menos, me encantaría que así sucediera.

Muchas gracias a ti, Javier. Ha sido un placer conocerte y que me hayas entrevistado tú, una persona informada pero con esa vena humorística que tenemos los andaluces. Gracias de verdad.

El guante ha sido devuelto. Solo queda desearte suerte en tu camino.

Entrevista realizadapor Francisco Javier Torres Gómez


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