Revista América Latina

Entrevista a rosario railaf.marichiweu. diez veces venceremos

Publicado el 01 noviembre 2025 por Adriana Goni Godoy @antropomemoria

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ENTREVISTA A ROSARIO RAILAF.MARICHIWEU. DIEZ VECES VENCEREMOS

ENTREVISTA A ROSARIO RAILAF*

Mi nombre es Rosario Railaf Zúñiga, soy descendiente del

Ñidzol Longko, digamos Logko máximo de la familia Railaf

Huaiquilaf, y nosotros vivimos en territorio wueteche donde

hay más de cien comunidades que participan en territorio

wenteche; es amplio y hay varias comunidades que están en

resistencia y, hay comunidades que están pasivas. Bueno, yo

participo en la comunidad Manuel Chavarría, donde nosotros

vivimos. Es el sitio donde nosotros vivimos históricamente, muy

conocido, donde empezó la resistencia el año 60; bueno, en

ese tiempo estaban formando la reforma agraria.

Tu padre fue fundador del Movimiento Campesino

Revolucionario, militante del MIR. También trabajó con el

compañero Paine. ¿Nos podrías contar un poco acerca de

ese período de la historia?

ENTREVISTA A ROSARIO RAILAF.MARICHIWEU. DIEZ VECES VENCEREMOS

Rafael Railaf, de poncho a la derecha, durante el funeral de Luciano Cruz

(agosto 1971)

Mi padre se llamaba Rafael Railaf Caniu. Trabajó mucho con

Miguel Cabrera, cuyo nombre político Paine. Él llegó cuando

era estudiante, a los 17, 18 años, en ese momento él se estaba

formando políticamente. También, en esos momentos se estaba

constituyendo el partido del MIR. Ahí estuvieron varios

estudiantes y académicos de Concepción y Temuco, estaban

muy interesados en la situación de los pueblos originarios, en

este caso del pueblo Mapuche; entonces ellos tuvieron una

alianza con la comunidad… con algunas comunidades. Y ahí,

mi papá estuvo trabajando de manera muy estrecha con Miguel

Cabrera, Paine. Fue un año muy productivo para ambos

políticos, digamos, en la recuperación y en el trabajo contra el

imperialismo y el capitalismo que estaban muy fuertes en la

comunidad mapuche, sobre todo porque los terratenientes, en

esos tiempos, violaban todas las leyes que existían en ese

momento, donde ellos con toda impunidad atropellaban a nuestra

comunidad del pueblo Mapuche de Wallmapu.

¿Nos podrías describir un poco lo que era el asentamiento

Lautaro? Primero fue recuperado por el Movimiento

Campesino Revolucionario ¿cierto? Y, después de la

dictadura pasó a manos de diferentes empresarios en el

proceso de contrarreforma, hasta llegar a los dueños

actuales. ¿Nos podrías contar cuáles fueron los

propietarios, los actuales dueños y la situación de hoy del

asentamiento Lautaro?

Bueno, en ese tiempo para recuperar el asentamiento Lautaro,

varias familias, más o menos, los fundadores, como tres años

organizándose, preparándose para recuperar la tierra, entonces

en ese tiempo tenían que tomar alianzas con los pobres del

campo, por ejemplo, los campesinos pobres y los estudiantes

de la ciudad porque para encontrar los documentos los mapuche

no tenían esa posibilidad y no tenían el acceso… digamos, jurídico, no tenían dinero para pagar.

En esa parte los estudiantes que estaban en la comunidad jugaban roles

importantes para buscar la información; y ver también los planos

de tierras que les pertenecían a los mapuche. Bueno, como nuestra

comunidad colindaba con eso, entonces…

¿Cuál es el nombre de tu

comunidad?

Yo vivo en la comunidad Manuel Chavarría que colinda con el

asentamiento Lautaro, pero también colindan otras comunidades los

Pailahueque, entonces en esa parte, participaron varias comunidades; las

23 familias no eran solo de nuestra comunidad, sino de varias comunidades. Todos participaban, las familias que vivían alrededor. Y por la información, nuestro padre y nuestro

abuelo fueron a recuperar esas tierras que les pertenecían.

Después del golpe viene una contrarreforma ¿no?

Sí, vino una contrarreforma. Como el 10 de septiembre ya venía

el golpe, mi papá ya sabía más o menos a medio año que venía

el golpe; entonces como mi padre era dirigente comunal de la

provincia de Cautín y, era el fundador del MCR, a nivel nacional,

él contaba con varios contactos y era del Consejo Comunal.

Ya sabía que vendría una represión muy fuerte y, ellos, los

dirigentes estaban preparados para enfrentar esa represión.

Algunos sabían que estaban en las listas negras para ser

asesinados y en una de las partes de las listas negras estaba mi

papá, Rafael Railaf Caniu, pero él decidió no ir de inmediato a

la clandestinidad, sino seguir trabajando hasta el último

momento. Ya cuando salió en la radio, tuvo que irse a la

clandestinidad con varios dirigentes fue muy duro ese momento.

Ahí comenzó la Ley Antireforma (Contrarreforma). De todo

tipo de torturas, todo tipo de amenazas, psicológicas y físicas.

Se usó para forzar el despojo del territorio donde estábamos

nosotros produciendo. Y dentro del asentamiento Lautaro

también había campesinos pobres, con quienes nosotros hemos

trabajado juntos. Porque mi papá siempre decía que había que

tener alianza con los campesinos pobres, con los estudiantes,

los trabajadores, el obrero y el minero de Chile. Esa visión

siempre la mantuvo hasta su muerte. Y también él, que luchó

mucho por nuestra espiritualidad, nuestra cultura, nuestra lengua,

porque era muy importante seguir practicando y ponerlo en

práctica. Mi padre fue uno de los hablantes que en su exilio

trabajó muchísimo ese tema. Bueno y la contrarreforma fue

muy agresiva contra los campesinos pobres, chilenos y también

los mapuche, sobre todo los mapuche que recibieron mucha

represión, sistemática. De las familias, amenazas, torturas, y

tenemos algunos en la comunidad, gente que desapareció y

nunca se encontró; muchas mujeres atropelladas, jóvenes de

15 años que fueron muy, pero muy atropellados y muy

torturados. Entonces fue una, una… para el pueblo Mapuche

fue un golpe muy fuerte, muy fuerte y no hay investigaciones

sobre eso. Se habló de la gente de izquierda que estuvo presente

y todo, pero los testimonios también incluyen a la gente que

apoyó, que participó, a los desaparecidos que no tienen nombre,

no hay ninguna lista.

Bueno, luego se apropiaron de las tierras, los grandes

empresarios. ¿Sí?

Pienso que todas las tierras que fueron recuperadas en ese

tiempo, los mapuche fueron forzados por tipo de amenazas,

torturas, fueron despojados de la tierra.

Actualmente, todas esas tierras están en manos de unos

abogados, me contabas y, que son grandes empresarios.

Sí, el asentamiento Lautaro está Taladrí, el primero que despojó

la tierra porque amenazó a la gente, puso su propio

administrador para que la gente que estaba dentro del

asentamiento fueran tratados como esclavos, los cansaban y

algunos fueron torturados porque su hijo trabajaba en el

regimiento, tenían conexiones.

¿Y los actuales dueños?

Los actuales dueños son los hermanos Herdener que son

abogados. En este momento ellos están, digamos que tienen

arrebatada la tierra…

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¿Por qué llegaron a tener esas tierras ellos?

Porque ellos le compraron la tierra a Taladrí. Nos mandó a despojarnos de nuestra tierra y, forzosamente nos sacó de esa tierra que nosotros estábamos trabajando en forma comunitaria, entonces ahí él quiso vender la tierra.

Son millonarios

Sí, por todas partes tienen tierras. La mayoría de los terratenientes sigue como antes, en el tiempo de la dictadura. Entonces… nada ha cambiado. Todos los mapuche que en estos momentos están pasando, como la hermana Lamien, la ñaña Julia Chuñil, es lo típico, lo que pasa en el sur; no ha cambiado nada. Las situaciones en la Araucanía siempre la ultraderecha sigue teniendo fuerza, reprimiendo, amenazando al mapuche y no solo el terrateniente, sino también la iglesia evangélica, está muy activa dentro, de varias comunidades, sobre todo donde estaba viviendo Julia Chuñil. También fue una tierra recuperada y la gente que estaba viviendo allí forzosamente los sacó de la tierra, pero Julia Chuñil quiso quedarse en esa tierra. Es una preocupación terrible lo que le pasó a Julia Chuñil. Es un ejemplo de despojo, forzado, desaparición… y callar al pueblo mapuche que en este momento está amenazado de encarcelamiento, con el fin de hacerlo desaparecer. Son los machis, nuestra gente espiritual y de las mujeres que están muy activas/os en la defensa del medio ambiente; y los lonkos que están protegiendo la tierra donde el medio ambiente está muy dañado por las empresas de áridos o las forestales. Estamos en una situación, como yo lo digo, un genocidio silencioso por vías del Estado.

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¿Cuál es la situación actual desde el punto de vista de la participación de los militares y de la policía en el sector? Bueno, con la nueva ley que sacó el Gobierno, el Estado, la amenaza, es lo mismo que está viviendo Gaza. Es una manera, digamos… bueno, como los palestinos que están recuperando su territorio, su país, “desde el río hasta el mar”, bueno, nosotros queremos recuperar nuestro territorio de Wallmapu “desde el mar hasta el mar”. Entonces el empresario se preocupa; en este momento todas las nuevas leyes que salieron, las usarán contra nuestra comunidad, nuestro Wallmapu. Estamos bajo riesgo, de encarcelamiento, de 1 año, 10 años, 25 años… y sobre todo los jóvenes que están en estos momentos tomando el movimiento también de Wallmapu corren el riesgo de quedarse varios años. En este momento están intentando acallar, silenciar a los dirigentes que son en estos momentos activos y, sobre todo, a los werkenes, machis, la mujer activa, y a todos los dirigentes como se ve en las redes alternativas, están corriendo el riesgo de quedarse varios años encarcelados.

¿Cuál es la reivindicación central que tienen ustedes en este momento?

Nosotros, Wallmapu, queremos recuperar todas las leyes que se firmó con el Estado español. Entonces vamos a seguir usando todas las leyes, las vías legales y no legales. Entonces se está viendo todo eso. Yo creo que todos los terratenientes, las empresas que dicen: “VIOLENCIA” todo eso, yo pienso que ellos son más violentos que uno, porque nosotros no estamos pidiendo ni más ni menos, estamos pidiendo la tierra que fue usurpada y ellos en vez de cuidarla, la están destrozando, llenándola de basura y contaminación. En este momento, tenemos miedo de que al Wallmapu llegue la minería; quieren explotar en el sur y aún no está explotado como pasó en el norte de Chile donde están los picunches. También está muy activo el negocio inmobiliario. Entonces tratan dentro de la comunidad hacer un barrio chileno, donde los mapuche no puedan recuperar esa tierra y tratan de implementar esa inmobiliaria para que no sigan los mapuche extendiendo o recuperando la tierra.

¿El control militar es permanente?

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Sí. Hay control de allanamientos de un día para otro. Por ejemplo, en la calle, en el territorio wenteche por varios campos, andan patrullando; son GOPE especializados para terreno de campo.

¿Cómo ven ustedes la relación que hay que construir entre la lucha del pueblo mapuche y el pueblo chileno?

Pienso que en este momento tenemos que forjar alianzas entre nosotros para cambiar la situación, o la impunidad que ha dejado la dictadura y que en algunas partes sigue esta impunidad silenciosa. Creo que, ambos lados, debemos apoyarnos y formar alianza para tener una salud justa, una educación justa, y garantizar derechos igualitarios; no debería ser que el que tiene más dinero disfrute de todos los derechos y que el pobre quede en la miseria.

¿La situación de pobreza es muy grave?

Hay mucha gente cesante.

Cuando tú hablas de la iglesia evangélica. ¿ellos juegan un rol junto con la derecha? ¿En su mayoría?

En la mayoría, yo diría sí, en la mayoría. La derecha se aprovecha de eso. La gente que se pone tímida, buscando una vía pacifista, pero aquí hay una violencia silenciosa donde atacan nuestra espiritualidad, donde atacan nuestra forma de vivir como mapuche; los rituales mapuche, así de a poco, le van enseñando a los niños a convertirse en chilenos más o en personas que no son agresivas. Eso, sobre todo, por ejemplo, la derecha ha hecho un trabajo muy silencioso dentro de la comunidad mapuche. Por ejemplo, la situación de los huilliches: la ultraderecha quiere apoyar a un pequeño grupo de huilliches que se separen del pueblo Mapuche. Así, de a poco los están dividiendo, provocando conflictos entre pueblo y pueblo.

Al final, el objetivo del pueblo Mapuche es como el objetivo de los diferentes pueblos dominados, como el pueblo vasco, la lucha de independencia que ha existido en la historia.

¿Ese es el objetivo? Construir una nación independiente.

Claro, sí. Yo creo que a eso vamos, por nuestra autonomía libre como Wallmapu y pienso que nosotros tenemos que seguir en ese camino. No solo los vascos, también, en este momento, los pueblos samis, los pueblos nórdicos que tienen una importancia grande. También los pueblos de Selandia… los vascos son muy activos en obtener su independencia sin dejar al pueblo español fuera y esa es una organización muy buena.

Qué más dirías para terminar

Bueno, yo  soy  una  persona internacionalista, me   declaro internacionalista activista, mapuche, diáspora mapuche. Yo pienso que debemos seguir apoyando la causa palestina donde se está atropellando, donde se les está despojando, forzando a dejar su país, su tierra, su cultura, su religión. También está pasando con los pueblos afrodescendientes chilenos y latinoamericanos que están en la lucha por recuperar su identidad y también practicando su cultura. Porque yo creo que aquí en Latinoamérica y en Chile, los afrodescendientes, no se habla mucho, no se escucha mucho, pero ellos fueron, a lo largo de los siglos atropellados por ser esclavos, marginados de su cultura como sujeto político, así como los mapuche también.

Nos contabas que la palabra marichiweu, diez veces venceremos, se levantó dónde estás tú

Digamos en el territorio wenteche en el año 1960 se levantó esa palabra marichiweu porque cuando se recuperaba la tierra, se decía ese signo “marichiweu diez veces venceremos”

Entonces, ¡MARICHIWEU!

* Rosario Railaf Zúñiga (Hija de Rafael Railaf Caniu, ex dirigente del MCR)

40 AÑOS 40 HISTORIAS

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No soy ni de izquierda ni de derecha, soy mapuche

Rosario Railaf Zúñiga (Lautaro 1965) proviene de una influyente familia mapuche. Su padre estuvo preso casi tres años. En 1977 escapó con sus padres a Holanda. Desde pequeña Rosario ha estado involucrada en la lucha de los mapuche. Mi familia tenía un importante rol en la comunidad mapuche del sur de Chile. Los mapuche son los habitantes originarios de Chile. Mi abuelo era lonco, jefe de tribu, del clan Railaf. Por eso mi familia era muy respetada, aunque a pesar de ello eramos pobres. Dependíamos de la agricultura, y por eso tuve que aprender desde joven a usar mis instintos para poder sobrevivir. A veces iba al bosque a cazar conejos o pájaros o recolectar frutas. Cuando Allende llegó al poder le dio nueva esperanza a los mapuche al devolverles la tierra, que durante muchos años había sido ocupada por terratenientes. Mis padres nos contaron que de nuevo teníamos oportunidad de un futuro. Fui al colegio, mi madre trabajaba la tierra y recibía clases de trabajos manuales, y mi padre era dirigente del Campamento Lautaro, una organización asociada al Movimiento de Campesinos Revolucionarios (MCR). Eran tiempos felices. Después del golpe de Estado cambió todo, mi vida se transformó en una pesadilla. Yo sólo tenía siete años cuando el 11 de septiembre de 1973 ingresaron camiones con soldados a mi pueblo. Echaron abajo la puerta de mi casa y entraron. Los niños se encerraron en el cobertizo, pero nuestros padres, tíos y tías fueron torturados. Los oíamos gritar; yo no podía dejar de llorar. Tenía a mi hermana pequeña apretada contra mí y trataba de mantenerme fuerte, pero me sentía impotente. Mi padre se refugió en la clandestinidad. Los militares nos presionaban para que les dijéramos dónde estaba, porque era visto como un peligro para el Estado. Sabían que teníamos hambre y trataban de comprarnos con alimentos, pero nosotros no hablábamos. El terreno donde vivíamos fue devuelto a los terratenientes, y el terreno donde teníamos que ir a vivir era estéril. La pobreza se hizo cada vez peor. Entretanto los militares maltrataban a mi familia y asesinaban a nuestros animales. Esto duró como un año, pero se sintió como una eternidad. Un día mi padre fue detenido. Nosotros no sabíamos dónde estaba. Mi madre recorrió todas las cárceles para encontrarlo. Yo me quedaba en la casa para cuidar a mis dos hermanos pequeños y a mi hermana, que era un bebé. Cocinaba, lavaba y hacía todo lo que tiene que hacer un adulto. Todo ese tiempo yo pensaba que mi padre estaba 154Rosario Railaf Zuñiga muerto, porque mucha gente de nuestro pueblo había sido encontrada muerta. Finalmente mi madre lo encontró en una cárcel de la ciudad de Concepción. Apenas pudo reconocerlo: estaba terriblemente deteriorado. Mi padre estuvo detenido dos años y siete meses, hasta que recibimos una invitación de la embajada de Holanda para venir. Primero tuvimos que viajar a Santiago para conseguir un pasaporte, lo que fue un gran choque mental y cultural. En ese tiempo no usábamos zapatos; nunca habíamos estado en la gran ciudad. Yo no conocía en absoluto la vida chilena; llegué a conocerla recién en Holanda. En el avión volvimos a ver a mi padre después de todos esos años. Iba todavía esposado. Mi hermana menor dijo: “¿Quién es ese hombre?” Ella era un bebé cuando él fue detenido. Llegamos directamente a un centro de acogida en Nunspeet, un municipio en el centro del país, y yo pensé: “¿Dónde están mis animales? ¿Dónde está mi abuela?” Mi padre dijo que no regresaríamos nunca más, porque él no podía entrar a Chile. Enseguida nos mudamos a Delfzijl, al nordeste de Holanda, con un entorno campesino. Allí fuimos recibidos por un grupo de holandeses: Marjon Beltman, Jan de Groot en Sietske Meijer entre otros, que nos ayudaron a integrarnos y a ser solidarios y tolerantes. En un principio pensé que los holandeses eran racistas, igual que los chilenos en Chile, que nos habían tratado como si fuéramos inferiores. Pero no fue así en absoluto: los campesinos de Delfzijl eran muy amables. Nos mostraron cómo se hace el queso y nos dieron a beber leche fresca. Mi padre fundó, junto con los holandeses que nos habían acogido, el Comité de solidaridad con Chile de Eemsmond. Yo todavía era pequeña, pero los acompañaba a todas partes: conferencias, marchas, actividades culturales. Muchas veces discutíamos sobre las diferencias entre la situación de los mapuche y la de los chilenos. Los holandeses del comité lo encontraban confuso; ellos nos veían a todos como chilenos. Tampoco en el partido de mi padre, el MIR, querían tratar la situación específica de los mapuche como un asunto aparte. Por eso mi padre se retiró del partido. Yo siempre he dicho: “No soy ni de izquierda ni de derecha, soy mapuche”. Los mapuche eran excluidos de los dos frentes políticos. La derecha nos veía como comunistas y la izquierda no quería reconocer nuestra identidad mapuche. Quiero mostrar la cultura mapuche a la sociedad holandesa, dando por ejemplo charlas en universidades y centros de enseñanza media. A medida que crecía fui adoptando cada vez más el rol de mi padre en la defensa de la causa mapuche. Incluso ahora que Chile tiene una democracia, sigue siendo necesario, porque para los mapuche poco ha cambiado. Todavía son pobres y están oprimidos. Somos las raíces de los mapuche que viven en Europa Con mapuches de otros países europeos hemos creado la organización Folil, que significa raíz, porque nosotros somos las raíces de los mapuche que viven en Europa. Organizamos regularmente actividades políticas y culturales, y para el año nuevo mapuche hacemos siempre una gran fiesta. Mis padres son los líderes de las ceremonias; ellos conocen bien la cultura y los protocolos. He tratado de traspasar a mi hija lo máximo posible de la cultura mapuche: qué comemos, cuáles son nuestras costumbres culturales. Su padre es marroquí, por lo que ella es una verdadera ciudadana del mundo. Y ahora que es adulta, me gustaría volver a Chile. Aquí en Holanda trabajo en el sector de la salud, y me gustaría seguir haciéndolo en Chile. Así podría usar lo que aprendí en Holanda para ayudar a la población mapuche pobre. Holanda me ha dado mucho, como educación por ejemplo, pero en Chile están mis raíces: ese es el país que añoro. A medida que crecía fui adoptando cada vez más el rol de mi padre 156 157 La familia Railaf con vestimenta mapuche (Rosario en el centro) Rosario frente a publicidad del periódico De Gelderlander después del arresto de Pinochet en 1998 Manifestación en torno al arresto de Pinochet en 1998 (Rosario a la derecha) La madre de Rosario con sus cinco hijos (Rosario la mayor a la izquierda; página anterior) 40 años, 40 historias


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