Sofía Aguerre (1993) nació en Montevideo, Uruguay, donde actualmente reside. Es estudiante de Corrección de Estilo y de Traductorado. Ama las letras y aprender idiomas. Las lunas de marzo es su primera novela, que será publicada próximamente por Escarlata Ediciones, que comienza su andadura.
1. ¿Qué vamos a encontrar en Las lunas de marzo? Me gusta pensar en Las lunas de marzo como una historia de misterio, más que nada. Creo que son la incertidumbre y la necesidad de saber de Mina, la protagonista, las que mueven la trama. Su miedo también, por supuesto. No solo es una historia de misterio. A su manera, es una historia de amor. No hablo necesariamente de amor romántico, ni digo que no exista en la historia, pero quizás no de la forma en la que usualmente se presenta en este tipo de novelas. Incluso sería interesante discutir qué es amor y qué no en Las lunas de marzo, pero este no es el momento. No quiero spoilear a nadie.También tiene sus toques fantásticos. La novela empieza con Mina, que busca salvar a su madre, y para eso consulta a una bruja. La magia tiene su papel en esta historia, y no uno desdeñable. El año en el que los sucesos de la historia tienen lugar es 1871, por lo que, obviamente, la ambientación es propia del siglo XIX. No podría haberlo hecho sin la ayuda de mi amiga Ester Pablos y de mi editora. La ambientación histórica es algo muy difícil y lo descubrí con esta novela. Espero que al leer puedan sumergirse no solo en la trama sino en la época que intentamos retratar.2. ¿Nos la podrías describir con solo tres adjetivos? Bueno, voy a hacer trampa y usar sustantivos en lugar de adjetivos: misterio, venganza y magia. El único adjetivo que se me viene a la mente es «púrpura», porque es el color con el que «siento» a la novela —suelo encontrarle un color a cada una de mis historias—. El púrpura lo relaciono con la magia y el misterio, así que le queda precioso a Las lunas de marzo. Sin embargo, no tuve nada que ver con la elección del color de la portada, que me alegró mucho.
3. Y por curiosidad, ¿cómo nació la historia? La historia, como nacer, nació porque sí. Un día, mientras esperaba para irme a la casa de mi padre, me puse a escribir algo sin pensarlo demasiado. Me gustó, así que lo seguí escribiendo al llegar. Luego llegó la planificación, más capítulos… Y el primer abandono. Empecé y dejé esta historia múltiples veces desde que la empecé, por allá en 2009. Incluso la historia cambió abismalmente. Hay muchísimas versiones diferentes y, por supuesto, también desenlaces. Creo que el problema era que me costaba mucho empatizar con Mina y su forma de ver las cosas. Al final, pude terminar en 2014 y con la ayuda de mi editora la mejoramos mucho.Es más linda la historia de cómo surgió el título. En Año Nuevo de 2009, íbamos en auto por la rambla con mi familia. Ese año había luna azul y era espectacularmente hermosa. Estuvimos un buen rato hablando de la luna y de nuestras lunas preferidas, hasta que mi padre dijo «las lunas más lindas son las lunas de marzo». Hubo algo en la sonoridad de las palabras que hizo que me quedaran en la cabeza. Tuve que encontrarles un lugar en la historia.
4. Sabemos que es tu primera novela publicada, pero imagino que tienes más en el tintero. ¿Nos puedes adelantar algo de los proyectos en los que estás trabajando? En este momento no estoy trabajando intensivamente en nada, pero sí estoy recopilando información y haciendo esquemas de varias cosas. Tengo empezada una novela un poco oscura, que se quedó estancada y tengo que replantearme qué quiero hacer con ella. Estoy desarrollando un mundo inventado para una historia de fantasía, pero eso va a llevar tiempo, mucho. También estoy releyendo una trilogía —inacabada— que escribí a los 16, 17, que me gustaría reescribir, pero como es una distopía y estamos algo saturados de ellas, no es en lo que me estoy enfocando. No creo que toque otras cosas viejas. Por último, hace poco se me ocurrió hacer algo que tuviera que ver con los sueños, pero todavía no tengo nada claro.
5. Y ahora para saber un poco más de ti, ¿nos podrías decir cuáles son tus influencias literarias, autores favoritos u obras que te hayan marcado para definir tu estilo? No estoy segura de qué autores podría considerar «influencias», pero mis géneros favoritos son sin duda la fantasía y la ciencia ficción. El rey y la reina de mi estantería son Neil Gaiman y Ursula K. Le Guin, indiscutiblemente. Crecí leyendo a J. R. R. Tolkien, J. K Rowling y Federico Ivanier. De chiquita amaba los cuentos de terror y, como ya quería ser escritora, me imaginaba como autora de historias de terror y escribía cuentitos con nombres como «Vampiros asesinos». No sucedió —afortunadamente, quizás—, pero todavía me encanta la capacidad de las palabras para provocar tensión. Todavía me acuerdo de «El ser en el umbral», de Lovecraft, y me dan escalofríos. También fueron importantes los libros de Gail Carson Levine y esa forma tan linda y cálida de encarar la fantasía, especialmente en «El mundo encantado de Ela» y «Dos princesas sin miedo». Mi primer encuentro con la literatura juvenil fue «El círculo de fuego», de Marianne Curley. Me gusta mucho la poesía, pero no me considero buena escribiéndola. Mis dos poetas favoritas son Idea Vilariño y Alejandra Pizarnik.
6. Y ya para finalizar, una curiosidad: ¿tienes alguna manía o ritual a la hora de ponerte a escribir?No necesito estar en ningún lugar en particular, ni en cierto momento del día, pero sí me encanta tomar té a la hora de empezar a escribir. Aunque se me termine antes de hacer algo productivo, que es lo que suele pasar. Amo el té en general, pero cuando sé que voy a escribir me levanto automáticamente a calentar agua. Creo que en mi blog hay entradas ya de 2010 en las que hablo de té y escritura.
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