Ya conocía la fama de Gustavo Tatis como excelente periodista, pintor y poeta. De hecho participamos en el proyecto “Madrid Territorio Literario”, además Tatis nos publicó en su columna de «El Universal» una excelente reseña para nuestra antología, surgida del mismo vientre de la pandemia, “Cuarentena Literaria, poemas y relatos que escaparon del encierro”. Sin embargo en Cartagena de Indias, durante este mes de mayo del 2022, pude escucharlo recitando poesías hermosísimas cargadas de emotividad que movían fibras, y escucharlo en varias disertaciones durante las jornadas “Puentes literarios” desarrolladas en el Centro de cooperación española, dirigidas por el grupo editorial Sial Pigmalión con la coordinación de la escritora Lidia Corcione. Luego tuve la suerte de conocerlo en su parte más humana al asistir a una cena familiar con motivo del día de las madres a donde asistió con su esposa a la casa de la familia Corcione. Cenamos pizza casera preparada por la talentosa Lidia y de sobremesa decidimos realizar esta entrevista que fue la que en 1972 decidió hacerse a sí mismo el escritor y periodista, Truman Capote. Este original texto que funcionaria como la autobiografía que nunca escribió Capote, lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida del reconocido y admirado Gustavo Tatis que hace solo unos días, durante este mes de mayo acaba de cumplir años. Lo celebraremos conociendo un poco de su lado íntimo y personal. Las respuestas a esta entrevista no fueron estudiadas ni reposadas, fue lo que brotó naturalmente producto de nuestra charla. También Lidia simultáneamente contestó a las preguntas, que publicaré en la próxima entrega.
1. Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría?
El Caribe, frente al mar, bajo sus azules delirantes.
2. ¿Prefiere los animales a la gente?
A veces los animales son más tiernos que la gente. Por ejemplo los gatos. Su mirada de oro es capaz de atravesarnos y recordarnos lo que nos falta como seres humanos.
De las personas, espero que aprendamos del silencio sospechoso de las piedras y de la mudez temblorosa de los árboles.
3. ¿Es usted cruel?
Cuando estoy frente a una hormiga que está al borde de mi sopa a punto de ahogarse o quemarse, intento salvarla. No soy capaz de matar al ratón que se mete en mi casa. La crueldad es un invento humano.
4. ¿Tiene muchos amigos?
Tengo multitudes de conocidos pero pocos amigos. Los verdaderos amigos son cómplices en las caídas y en los ascensos. Tienen compasión amorosa y solidaridad.
5. ¿Qué cualidades busca en sus amigos?
La incondicionalidad de ser testigo de la borrasca, la tempestad y el arcoiris.
6. ¿Suelen decepcionarle sus amigos?
Me decepciona que no sean incondicionales en todas las estaciones de la vida. No solo se es amigo en la primavera, también hay otoño e invierno.
7. ¿Es usted una persona sincera?
Soy capaz de poner mis vísceras sobre la mesa.
8. ¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre?
Inventando un nuevo juguete de felicidad a mis nietos.
9. ¿Qué le da más miedo?
Una casa grande donde el corazón ha dejado de latir.
10. ¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice?
Me escandaliza la lenta y devastadora agonía de los elefantes y el inexorable e implacable designio de un niño al que le han dado cinco días de vida.
11. Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho?
Jardinero
12. ¿Practica algún tipo de ejercicio físico?
Camino a pie frente al atardecer de Cartagena de Indias.
13. ¿Sabe cocinar?
Prometí hacer los platos de todos los libros que he leído pensando en que la comida es una obra de arte.
Sé que soy un buen cocinero pues tengo la sensibilidad de los elementos que se requieren. Somos lo que comemos.
14. ¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza?
Es una palabra en el idioma indígena Náhualt: apapachar, que significa: “acariciar con el alma”.
En una pandemia como la que hemos vivido, la humanidad necesitaba un apapacho o acariciamiento de alma de unos con otros. Esa palabra tiene una vigencia en este momento.
15. ¿Y la más peligrosa?
Marginal y excluido.
16. ¿Alguna vez ha querido matar a alguien?
Racionalmente no, no he querido matar a nadie. Aunque en los sueños yo soy el fusilado. A mi es al que me han matado.
17. Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza?
Viví la experiencia de estar casi ahogado. Me aferraba a ver el cielo más allá de ver la última ola.