Esta mañana se publica una de las primeras novedades de literatura infantil y juvenil del otoño: Diario de una Friki de Anna Cammany que cuenta con las divertidas ilustraciones de Álex López. Natalia (Lía para los amigos) nos cuenta en su diario que durante todo el verano ha estado imaginando su primer año en el Instituto, ese lugar atroz, de infinitos pasillos, infinitos alumnos e infinitos profesores, con una mezcla de ilusión y terror. ¿Podrá hacer nuevas amigas? ¿Entenderá algo de lo que le cuenten los profes? Además desgraciadamente, el momento difícil de la entrada en secundaria no es el único obstáculo que Natalia debe superar porque desde hace unos meses en casa se han reducido los ingresos y, claro, no llega para todo. Hablamos un rato con Anna Cammany (Barcelona, 1974) su autora, que estudió Comunicación Audiovisual y, antes de volcarse en la ficción, trabajó creando webs de televisión y deporte y escribiendo guiones de promociones, programas televisivos y hasta de un concurso radiofónico (muy simpático). Empezó escribiendo teatro (¡Libertad, riesgo!), para acabar finalmente como guionista de numerosas series de televisión (Ventdelplà, El cor de la ciutat, Infidels...) con las que no ha dejado nunca de aprender a crear personajes, contar historias y transmitir emociones. P. ¿Nos presentas a Lía? R. Lía es una chica de 12 años que está a punto de afrontar el traumático paso de la plácida escuela al (según ella) salvaje instituto. Los cambios, además, llegan por partida doble: En casa, la crisis económica afecta a la familia y deben estrecharse el cinturón. Lía es una fuente inagotable de energía y creatividad pero tiene una divertida tendencia al tremendismo y en este caso no podrá evitar verlo todo complicadíííííísimo. Por suerte, Lía nunca se hunde. No le para el cerebro quieto ni un momento buscando ideas para solucionar los problemas. Ella es una aguda observadora de su entorno, de las personas, de lo que hacen y cómo se relacionan. Intenta entender cómo funciona el mundo para actuar correctamente, pero a veces, muchas veces, se equivoca y, sin querer se mete en situaciones disparatadas que sólo pueden leerse con una sonrisa. P. Lía afronta simultáneamente dos crisis, la de la entrada en el instituto y una más general, la económica. ¿Cómo cambia su vida? R. Aunque al instituto la acompaña Ana, su gran amiga del colegio, Lía tendrá que buscar su lugar y su gente, cosa nada fácil en su caso por su tendencia a meter la pata. Deberá espabilarse. Y lo mismo en casa. Lía viene de una familia en la que el dinero nunca fue una dificultad. Ahora la situación es distinta y aunque su familia (sus padres, su hermano Manu y su entrañable Abuela Paqui) está unida y no pierde nunca el humor, tendrán que esforzarse en aceptar las novedades. Y para una adolescente, vivir con menos espacio, dejar de comprar determinadas cosas o reutilizar otras, no es tan fácil. En este sentido, la crisis la ayuda a valorar el esfuerzo de sus padres y a ver lo que es accesorio y lo que no lo es. P. La adolescencia es una edad conflictiva. ¿En qué medida Lía es una adolescente como todas, y en qué se diferencia de todas? R. Lía, a grandes rasgos, es una adolescente de manual. El manual de las frikis tal vez, pero no tiene nada que yo no haya visto o vivido como adolescente. Tiene cambios de humor y emociones exageradas, quiere con locura a sus mascotas (su tortuga Cocodrolo y su gato Richelieu), valora enormemente tener un grupo de amigas y amigos en quién confiar y se le despiertan nerviosas simpatías por algunos chicos. En casa tiene sus discrepancias con sus padres aunque también necesita tenerlos cerca. La convivencia con la crisis la acerca a los adolescentes actuales y tal vez tiene la suerte de no sufrir en exceso por su aspecto, uno de los grandes problemas de la adolescencia, porque tiene siempre demasiadas cosas en las que pensar. Pensar, dudar, sufrir, soñar… ¡Una adolescente es un cerebro centrifugando! P. ¡La imaginación al poder! La cabeza de Lía no para de dar vueltas. Sin desvelarnos la trama, ¿qué trama? R. Lía no trama nunca grandes peripecias, su problema es que siempre está en medio de alguna. Ya sea con sus amigas “Las Invencibles”, con sus mascotas o intentando encontrar soluciones hilarantes a los problemas económicos que tienen en casa. Cuando en el instituto les piden que preparen un trabajo de ciencias para el final de trimestre, ella y su grupo no podrán hacer uno normal y corriente... Se “liarán” a base de bien implicando a todo el mundo sin tener muy claro si finalmente serán capaces de acabarlo… A la vez, los líos en los que se mete harán que deba relacionarse con personajes con los que en principio ni hablaría, como el Sr. Penoso, el vecino de abajo, un hombre taciturno y gruñón que esconde algún que otro secreto… P. Sabemos que también fuiste un poco friki. ¿Quién no lo es? R. Reivindico el apasionarse locamente por algo. Y hacerlo en la adolescencia nos ayuda a entender el mundo y a definirnos. Ya sea volcarse en los libros y la música como fue mi caso, ya sea en los cómics, la cultura japonesa, los animales, el cine, el deporte, las plantas, ¡lo que sea! Si conocer profundamente algo nos hace frikis… ¡Vivan los frikis!… En la adolescencia construimos quienes somos y si nos apasionamos por algo, más allá de las propuestas que nos marcan desde la publicidad o la televisión, entonces nos sentimos únicos, distintos. Queremos ser iguales a los demás pero también incomparables y las pasiones nos hacen únicos. Lía es una adolescente como tantas otras pero vive ilusionada por muchas cosas y eso la define. P. ¿Qué nos espera tras esta primera aventura?
R. Al final del primer libro sólo estamos a mitad de 1º de ESO. En el segundo volumen de la serie veremos una Navidad con poco dinero, un trabajo curioso para la madre de Lía, una manifestación en la que no faltarán la abuela y el Sr. Penoso y ¡el primer trabajo remunerado de Lía! Un canguro que, naturalmente, no será plácido… En el instituto, los compañeros y compañeras van conociéndose un poco mejor y Lía deberá enfrentarse a una realidad: no es nada buena haciendo deporte y las colonias de final de curso serán una especie de Olimpiadas… Diario de una friki 1 (¡Desastre al cuadrado!) de Anna Cammany. Ilustraciones de Álex López. Montena, 2013. 288 pp., 13,95 €.