Miguel Matesanz nació en el castizo barrio del Lucero de Madrid. Fue muy precoz en el campo de la creación y a los 7 años, mientras sus compañeritos aprendían a multiplicar y dividir, él escribió su primera obra de teatro. Desde entonces no ha dejado de escribir. En 2005 ganó el premio Leer es Vivir de literatura infantil y consiguió ver publicado su primer libro. En los últimos años ha quedado finalista del premio El Barco de Vapor y en dos ocasiones del premio Edebé de literatura infantil. En la colección Tucán ha publicado El hipoceronte y El examen de matemáticas. Por su parte, Miguel Pordós todavía no ha publicado ningún libro, pero está en ello.
Un cuento muy divertido que aborda temas como la inmigración y el abuso de poder. Tik vive en la cueva Nuestra con Papá, Mamá, sus hermanos Tok y Tak y Kroketa, su pajarraco. Su vida transcurre plácidamente hasta que llegan los troglos huyendo de Suya, su cueva, porque han aparecido los temibles dinodrilos.
- Los pronombres son muy importantes en la historia ¿Por qué este tipo de palabras y no otras?
Son tan importantes los pronombres que incluso el título es uno cuantitativo, pero no solo los pronombres, sino todas las palabras por igual, hasta el punto de considerarlas igual de importantes que Tik, la niña que nos cuenta la historia. Para ella, las palabras son las que dan forma al mundo y a sí misma, sus sensaciones, sus sentimientos, sus vivencias. Esa es la grandeza de la literatura, de cualquier narración. Las palabras son las piezas con las que cada uno se construye a sí mismo y, en consecuencia, su propio mundo, que al final es el que más le importa a cada uno.
- La primera vez que sabemos el nombre de la narradora/protagonista (Tik) es en boca de un troglo. ¿Sabías en qué momento lo ibas a desvelar?
Yo nunca sé nada porque me lo invento todo. Ese es mi norte, la confianza y la entrega que guían mi trabajo. Por no saber, ni sé cómo va a empezar mi próximo libro hasta que se me ocurre la primera frase. Esa es la más importante, siempre. La primera frase marca el tono, el ritmo, la intensidad del resto del libro. Cuando digo esto, hay gente que se lo toma a chufla porque piensa que para escribir una historia tienes que saber previamente lo que vas a contar. Efectivamente, hay muchos autores que utilizan ese método. Planifican tanto el desarrollo de los hechos que terminan escribiendo una redacción, no un texto literario. Si das demasiada importancia a lo que vas a contar, puede que termines sacrificando cómo vas a hacerlo. El estilo narrativo es algo tan delicado y frágil, tan necesitado del ritmo adecuado, de la tersura precisa, que a las palabras no les vale cualquier historia, sino solo una. Son las palabras que voy encadenando las que crean la historia. Créeme. Llevo muchos años escribiendo, he ganado premios de literatura infantil, premios de literatura de terror para adultos, he publicado con editoriales importantísimas y con editoriales independientes y siempre he hecho lo mismo. Dejarme guiar por las palabras. Ellas saben. Ellas construyen. Ellas crean.
- Tik siempre tiene en la mente la palabra "resumen", porque su madre se la ha enseñado. ¿Fue fácil resumir o en algún momento el personaje de Tik se apoderó de la historia y contó mucho más de lo que querías? ¿Por qué es tan importante esta palabra para la madre de Tik?
Para los personajes de este libro, que vivieron hace 30.000 años, todo era un resumen. Ten en cuenta que la cantidad de palabras que empleaban no era tan numerosa como la que nosotros manejamos. Para entenderse entre ellos y para entenderse a sí mismos, un buen resumen resultaba mucho más útil que un discurso de un político de nuestra época o un prospecto de Ibuprofeno. La madre de Tik es la maestra de la cueva y, como buena docente, conoce la importancia de los mensajes claros y directos. Cuanto más claros y directos, más nítida y detallada será la vida que hayamos armado con nuestras palabras. Ojalá yo hubiese podido asistir a sus clases. Como escritor, disfruto jugando con la sintaxis y las palabras. Me esfuerzo por evitar parrafadas innecesarias, pero los resúmenes no son lo mío, ni tampoco lo de Tik.
- Algo que me ha gustado mucho es lo que les dice Mamá/profe a sus hijos. "Dibujar cuando tengáis una pesadilla". ¿Cómo sería nuestra vida si pusiéramos en práctica esto? ¿Qué tipos de dibujos saldrían de todos nosotros?
No hay nada tan importante y necesario como expresarse. Del modo que sea. Con quien sea. Con mucha frecuencia. Expresarse significa mostrarse, contarse a uno mismo para compartirlo con alguien o muchos "álguienes". Puedes hacerlo de muchas formas: pintando, escribiendo, hablando, cantando, mirando, acariciando, bailando, como a cada uno le apetezca y le salga del corazón. No tienes por qué estar contento, ni siquiera eufórico. Puedes estar tristón, o hundido, derrotado. Es aún más importante hacerlo cuanto peor te sientas. Volvemos al papel de Mamá en la historia. Ella no solo es madre, sino maestra. En realidad, lo que estoy contando es que no hay mejor maestro que un padre o una madre. Así debería suceder siempre. Un maestro no solo debe transmitir conocimientos, sino mostrar, hasta donde pueda, los senderos ocultos del corazón.
Además, y esta es la parte que enlaza con dibujar las pesadillas, expresarse siempre te libera. Es la forma perfecta de soltar lastre, de librarse de todo cuanto te frena o limita. No sé cómo sería la vida de los demás si pusieran esto en práctica. La mía, desde luego, es muy divertida, siempre que la ilustre la ilustre malagueña salerosa María Corredera. ¿Has visto qué hermosas ilustraciones acompañan al texto? Son una maravilla. Después de que embelleciera mi libro anterior, "Estefanía, Merlín y el pavoroso Chulu", tuve muy claro quién debía ilustrar esta historia.
- Me ha parecido muy curioso y fantástico que sean Mamá y Tía las que tomen las iniciativas, pero no me ha gustado la intolerancia de Papá. ¿Crees que cambiará su mente tras esta aventura? ¿Cómo será la relación de la mamá de Tik y su papá ahora?
¡Qué gran cuestión! Yo también me pregunto qué será de ese Papá y de su relación con la mamá de Tik. De hecho, me lo llevo preguntando desde que terminé de escribir el libro, que fue hace más o menos dos años y medio. Durante todo ese tiempo, he encontrado muy diferentes respuestas, pero hasta ahora no tengo ninguna favorita porque si algún día me siento a contar una nueva aventura de Tik, Yesi y Kroketa, encontraré la solución a ese enigma mientras las palabras construyan la historia. Ya sabes. Las palabras saben. Construyen. Crean. Es todo un señor mantra, ¿que no?
Déjame añadir que uno de los temas de fondo en el libro es la intolerancia, que es muy fea y convierte a quien la practica en una persona muy aburrida, cansina, insoportable y puede que peligrosa. La intolerancia puede convertir a cualquier ser humano en un monstruo violento. Hay quien disfruta comportándose como un cafre con garrote. Yo, sin embargo, prefiero comportarme como un cofre lleno de historias e ilusiones.
- "A Tik no le asustaba ver la cueva llena de gente" es una frase del libro que me ha hecho pensar, recapacitar y me he gustado mucho. Tik es un personaje que no tiene miedos y no le asusta la gente. ¿Has querido hacer una alusión a lo que les ocurre a las personas con los desconocidos, con las cosas que nos sacan de nuestra zona de confort?
Sin duda, al poco de empezar esta historia, a Tik no es que la saquen de su zona de confort, sino que muchos convierten su zona de confort en un inesperado embrollo, aunque una chica tan enérgica y sensible como ella descubre que se puede salir de cualquier situación inesperada si cuentas con la ayuda y la inspiración de algún socio tan enérgico como tú. Recuerdo que, de pequeño, yo era muy tímido cuando recibíamos una visita en casa o éramos nosotros los que íbamos a visitar a algún familiar o amigo. Pero también era un niño muy inquieto, un polvorilla, como decían hace años. Las personas podemos ser de muchas maneras dependiendo de con quién estemos o dónde nos encontremos o lo que estemos haciendo. Cada uno somos "muchos", y un buen número de esos muchos se acercarán bastante a nuestro verdadero yo. Conviene descubrir cuáles de esos muchos son los que menos tienen que ver con nosotros para terminar pareciéndonos lo más posible a quien somos de verdad. Menudo trabalenguas acabo de soltar. Gruñido de disculpa. Poco a poco, voy entendiendo por qué le puse al libro el título que tiene.
- ¿Cómo sería Miguel Matesanz de asesor terrícola? ¿Qué sería lo primero que enseñaría a estos personajes tan especiales y particulares?
Creo que más vale no aceptar ciertos empleos. El de asesor terrícola me parece de lo más ingrato. En apariencia, hay mucho bueno que decir sobre los seres humanos, pero lo malo es demasiado malo. Basta con ver un informativo cualquier día de cualquier año. Hemos alcanzado grandes logros, pero nos cuesta entendernos. Y todo por cuestiones que nada tienen que ver con nuestros intereses reales, sino con los de unos desconocidos a los que solo les interesa amasar poder y mano de obra.
En una de sus mejores novelas, el gran Kurt Vonnegut, uno de mis tres mil escritores sagrados, decía que la Edad Media aún no ha terminado. Kurt habría sido un excelente asesor terrícola. De hecho, ahora que lo pienso, puede que lo haya sido más que ningún otro. Supongo que, cuando escribí "Muchos", pensé que lo más adecuado era viajar 30.000 años atrás y descubrir por qué los seres humanos se llevan tan mal desde hace tanto tiempo. Dibujas una línea y ya tienes una frontera y dos grupos enfrentados. O sea, una pesadilla. Retiro lo que he dicho antes sobre dibujar. Una simple línea puede matar a miles de seres humanos. Lo estamos viendo estos días y lo seguiremos viendo mientras no paremos de dibujar líneas. Más gruñidos del autor.
-Tik es un personaje que no deja de creer en los dinosaurios, en las promesas, hasta incluso en las personas. ¿Por qué nosotros dejamos de creer en las cosas? ¿Qué le haría falta a Tik para dejar de creer en todo lo que ella cree?
Tik cree en todo lo que es maravilloso porque es muy jovencita, claro, y porque tiene una maestra casi para ella sola, que no necesita enmascarar ciertas verdades porque en una familia aislada no existen influencias externas. Tik vive con su familia en un edén exclusivo hasta que "muchos" tienen la ocurrencia de visitar la cueva escuela. Y de repente nuestra protagonista descubre que ese paraíso en el que ha vivido se convierte en un lugar con demasiadas apreturas. Y encima aparece por allí un señor que no deja de mandar con el que el papá de Tik no se lleva nada bien. ¡Para qué queremos más!
Tik cree en todo porque a todo le pone nombre. Volvemos al tema de las palabras, el dichoso mantra. Tik se construye y construye cuanto la rodea gracias a las palabras. Las palabras son su arcilla. Y ella cree en todo cuanto crea, ¿cómo no va a hacerlo? Espero que nunca deje de creer, porque eso significará que ha dejado de crear.
No hace falta ser Miguel Ángel para crear. Podemos hacerlo todos los días. Con nuestra mirada. Con nuestra voz. Con nuestra voluntad. Crear amor. Crear paz. Crear una piel común, de muchos.
- ¿Cómo sería si nos pusiéramos en la piel de los demás?
Igual de maravilloso y doloroso que ser escritor. En eso consiste este oficio.
- Los personajes del libro no dejan de gruñir como forma de hablar y expresarse. Me pasó algo curioso y es que cuando leía esos gruñidos, sabía de algún modo qué se estaban diciendo o lo que querían decir ¿Esa era tu intención?
Volvemos a lo que te comentaba antes. Yo no tengo ninguna intención cuando me siento a escribir, más allá del placer que me supone hacerlo. No pretendo dar lecciones ni consejos. La prioridad es divertirme y gozar. Si lo consigo, es mucho más fácil que los lectores se diviertan y gocen. Del mismo modo que las palabras, una tras otra, van creando la historia, si se acumulan risas y emociones a lo largo del relato resultará inevitable transmitir lo más importante que puede existir en un texto literario: la sensación de vida.
Y la vida, más que el ruido y la furia de un idiota, es el gruñido de muchos. (Perdón, Shakespeare. Perdón, Faulkner)
*FOTOGRAFÍAS CEDIDAS POR EL AUTOR PARA LA ENTREVISTA