Entrevista corta a un coche viejo

Ya sabemos que lo viejo no está de moda, que nos vapulea la publicidad para que renovemos cada pocos años nuestro vehículo y encima si hablamos de un coche de gasolina, ya el interés decae todavía más, pero creemos que veinte años en activo bien merecen una entrevista. Hoy, en Siempreenmedio, hablamos con un coche que está a punto de ser enviado al desguace.

Pregunta: Usted nació en 1998, ¿pensaba que estaría dos décadas en activo?

Respuesta: Pues la verdad es que no. Ya en mis tiempos se hablaba de la obsolescencia programada. Además, yo estaba en exposición y los modelos cambiaban mucho, de hecho no tenía esperanza de ser comprado. Pasaban muchas personas a mi lado, me abrían y toqueteaban por dentro, pero nada, ahí seguía.

P.: Pero al final encontró una familia...

R.: Sí, al principio me asusté porque era una jovencita y ya se sabe... Lo primero es desconfiar por lo de la velocidad y las fiestas, pero no, mi dueña fue siempre muy prudente y nos llevamos muy bien, en lo único en lo que no coincidimos es en su gusto por los animales, que a mí me molesta bastante...

P.: ¿Y eso?

R. Verá, a mí de todos estos años no me han importado las colas kilométricas, ni el sol, ni el salitre, ni algún que otro fenómeno meteorológico adverso, ni siquiera cuando me llevaba a la nieve en El Teide y me congelaba, pero eso de meterme un perro peludo... Mis sillones nunca volvieron a coger color. Y, para colmo, cuando le dio por darle casa y comida a un gato, el jodido me cogió cariño y no para de subirse encima y clavarme las uñas. No lo voy a echar de menos. Nadita.

P.: ¿Y cómo ve el futuro? ¿Qué opina de sus compañeros eléctricos?

R.: Pues a ustedes los humanos los veo un poco liados con ese asunto. Yo sé que tengo mis residuos y que no he sido ecológico. Pero les pregunto una cosa: ¿Qué van a hacer con todas las baterías eléctricas cuando dejen de ser útiles? ¿Las van a mandar a esos vertederos del tercer mundo para contaminar otros países? ¡Que ya hay islas de basura!

P.: ¿ Cómo te sientes ahora que te van a llevar a la chatarra?

R.: Pues mire, estupendamente. Mi dueña es la que va llorando por las esquinas, yo no sé el apego que le tienen los seres humanos a todo. A ver, que soy una máquina. Que ya he trabajado suficiente y me merezco la jubilación. Y oye, si en el desguace alguna pieza se la llevan para otro coche, pues mira, bien, así daré un poquito más de vidilla a algún compañero. Yo estoy feliz. Espero que en el desguace no haya gatos, eso sí.

El gato Pichón y el coche Fito, una relación desigual.