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Entrevista en la revista Rolling Stone a George R.R. Martin

Publicado el 29 junio 2012 por Librohoy @Librohoy

Os traemos una entrevista publicada el pasado 24 de Mayo en la revista Rolling Stone a el creador de la saga de Canción de Hielo y Fuego.

Os dejamos con la entrevista directamente:

Visitamos a George R. R. Martin, el autor bajito y robusto de Canción de hielo y fuego –la saga épica de novela fantástica que sirve de materia prima para la serie de HBO Juego de tronos– en su casa de Santa Fe, Nuevo México. Las paredes están cubiertas con el arte original de las portadas de sus libros, ilustradas de valientes guerreros con espadas y superhéroes de tonos brillantes. Las habitaciones están decoradas con cajones de cristal que contienen centenares de caballeros en miniatura y otras figuras pintadas en épicas representaciones de batallas. Hace unos años, este nativo de Nueva Jersey compró la casa de enfrente a la suya para convertirla en su estudio, con cristales tintados y una biblioteca aparte (el ayuntamiento no permitió que tuviera más de dos plantas). A sus 63 años, Martin tiene el entusiasmo de un adolescente y el aire distraído de un mago con exceso de peso. Publicado el año pasado, Danza de dragones, el quinto volumen de la saga de siete libros, lleva 39 semanas en la lista de ‘best sellers’ del New York Times, y los fans esperan impacientemente la próxima entrega. “Empecé a escribir la saga en 1991”, dice mientras agita la cabeza. “Me he hecho muy mayor desde entonces, pero los personajes han envejecido sólo dos o tres años”.

¿Por qué la serie comienza casi sin magia?

Me encanta la fantasía, pero también la ficción histórica. Quería fusionar las mejores cualidades de ambas, y eso requiere un cuidadoso manejo de la magia. Tengo a Tolkien en gran consideración - y si te fijas bien en El señor de los anillos, aunque la Tierra Media está imbuida en un ambiente mágico, hay muy poca magia en la acción. Gandalf no lanza rayos con sus dedos. Si sale en todas las páginas, la magia acaba perdiendo su magia.

Algunos autores planean cuidadosamente cada página, mientras otros improvisan gran parte. ¿En qué punto se sitúa usted?

Tengo nombres para esos tipos de escritores: les llamo arquitectos y jardineros. El arquitecto, antes de clavar un clavo, tiene todos los planos y sabe exactamente cómo quedará la casa y dónde irán las tuberías. Luego están los jardineros, que excavan un agujero en la tierra, plantan una semilla y la riegan, a veces con su propia sangre, y que en algunas ocasiones acaba creciendo. Saben lo que han plantado, pero les quedan un montón de sorpresas.Ahora, es muy complicado dar con un escritor que sea puramente un arquitecto o un jardinero, aunque yo me considero más cercano al jardinero. Sé cuál es el final de la saga y cuáles los destinos de los personajes principales, pero hay muchos roles menores y otros detalles que me voy encontrando por el camino. Para mí, tanto como escritor como lector, lo importante es el viaje, no el destino. por Gavin Edwards

Descubrimos el escondite de George R. R. Martin, autor de la saga que inspira la serie más revolucionaria de la ficción mundial. La mano detrás del trono

En cada capítulo cambia el punto de vista de un personaje a otro. Hacen que el lector empatice con casi todos ellos… aunque no con todos.

Todos tenemos razones para hacer las cosas que hacemos, incluso las cosas que desde fuera parecen malvadas. Algunas veces nuestras acciones se basan en suposiciones erróneas, en el egoísmo innato o en obsesiones psicológicas, pero todo eso continúan siendo razones. Algunas de mis primeras historias de ciencia ficción trataban sobre la telepatía: si pudiéramos acceder a las mentes de los demás, ¿eso nos conduciría al amor y comprensión, o a la repulsión universal?

Sus libros también contienen elementos de terror: los lectores tienen el constante miedo a que un personaje, el que sea, pueda morir en cualquier momento. 

La sensación de que nadie está seguro proviene del hecho de que es una historia de guerra. Yo fui objetor de conciencia, nunca fui a la guerra, pero tengo amigos que fueron a Vietnam y que hablaban de sus experiencias. Una de las claves que aprendí de ellos es que allí no importaba ser el mejor ni ser el que más flexiones hacía. Cualquiera podía morir en cualquier momento.

¿De donde surgió la inspiración para el personaje de Tyrion Lannister, el enano maquinador que interpreta Peter Dinklage?

En 1981 escribí un libro junto a Lisa Tuttle llamado Windhaven. En él, uno de los personajes está contando su visita a una lejana isla cuand dice:

“Hay un enano; el tipo más feo que jamás haya conocido, pero también el más listo”. Por alguna razón esa frase se me grabó en la mente, y cuando comencé a escribir Juego de tronos, allí estaba él. Me clavó sus garras y se convirtió en uno de los personajes más esenciales, uno de esos que permite que la saga avance. Tyrion y Daenerys [una reina interpretada por Emilia Clarke] son dos de las invenciones más vívidas de toda la saga. Son dos de los personajes más populares, aunque creo que los más populares en todo el mundo son Jon Snow y Arya. Cada personaje tiene sus propios fans y detractores, lo que para mí es un gran cumplido. Nos sentimos igual con las personas reales: a unos les gustan, a otros les irritan y a otros les parecen falsos. Si eres capaz de crear un personaje de ficción al que todo el mundo ame u odie, probablemente hayas creado a alguien de cartón piedra.

¿Creyó en algún momento que la serie de televisión de ‘Juego de tronos’ iba a convertirseen un éxito?

Escribí mis libros casi con la idea de que no pudieran ser trasladados al cine. Los escribí después de una década de trabajo en Hollywood, donde me decían constantemente que mis guiones eran muy buenos pero demasiado caros de realizar: “¿Podría añadir menos personajes? ¿Y convertir esa batalla en un duelo?”. No era algo con lo que pudiera disfrutar. Así que cuando volví a la narrativa pensé: “Ahora no tengo que preocuparme por ningún presupuesto”. Y escribí las novelas más grandes que pude imaginar, sin pensar siquiera en la posibilidad de que alguna vez fueran llevadas a la pantalla. Ahora, [los creadores de la serie] David Benioff y Dan Weiss son los únicos que padecen de migraña, no yo.

¿Cuánto lleva escrito de su próximo volumen, ‘Vientos de invierno’?

No tanto como me gustaría. Va a ser otro libro de 1.500 páginas, y sólo llevo 200. Así que aún me queda un montón por escribir.

¿No le preocupa que la serie de televisión se ponga al día con los libros? 

No diría que me preocupe. Tengo un ventaja considerable. Pero pregúnteme dentro de un año, ¡podría tener una respuesta diferente! Tengo en la cabeza otros proyectos: tengo que ir acabando cosas para poder concentrarme en los libros. Tengo que aprender a decir que no cuando la gente me pide algún relato corto o un prólogo. La semana pasada la pasé entera escribiendo prólogos para tres libros distintos. Lo cierto es que soy un escritor lento en general, ya sea una enorme fantasía épica o un prólogo. “Sólo se trata de mil palabras, lo acabas en una tarde”. No, soy incapaz, me paso tres día trabajando como loco.

¿En qué momento se dio cuenta de que el dinero ya no era una preocupación?

No estoy seguro de que ese momento haya llegado ya. Fui un niño que creció en un barrio obrero, en Nueva Jersey, así que soy consciente de que el dinero puede desaparecer rápidamente. Cuando escribí The armageddon rag [su novela de rock and roll y asesinatos, de 1983], me dieron 100.000 dólares [unos 80.000 euros] y estuve un año entero escribiéndola. Y me dije a mí mismo: “Ahora gano 100.000 dólares al año”, y eso fue un tremendo error. Me compré una casa y un coche, y el libro fue un fracaso comercial, tuvimos que conseguir una segunda hipoteca y no sabía de dónde iba a sacar el dinero para afrontar los pagos. Así que, cada vez que me dan un cheque, me pregunto si será el último que reciba. Pero aunque lo fuera, habría habido muchos otros cheques anteriores. Toda mi vida he sido escritor, solía vender cuentos manuscritos a los chicos del barrio. Vendí mi primer relato a una revista en 1971, en el 79 me convertí en escritor a tiempo completo, y me ha ido muy bien. Como cualquier otro escritor he tenido buenos y malos años, pero ha habido más éxitos que fracasos. En estos dos últimos años me he convertido en un escritor famoso, que es algo diferente a ser un escritor de éxito. La gente me reconoce en los restaurantes y los aeropuertos, y siempre me coge por sorpresa. Eso no le sucede normalmente a los escritores. Cormac McCarthy vive aquí, en Santa Fe, y no tengo ni idea de cómo es. Podría ser cualquier tipo que pasea por la calle y yo no me daría ni cuenta.

¿Piensa alguna vez en el tiempo que le queda como escritor?

Bueno, mis fans se encargan de recordarme constantemente mi mortalidad, me escriben cartas preguntando por mis planes antes de morir, y en caso de que sucediera, quién acabaría la saga. Morir en un corto plazo de tiempo no entra en mis planes. Tengo varios problemas de salud que aparecen con la edad, pero estoy bastante bien. Espero vivir por lo menos otros veinte años más: mucho tiempo para escribir. ¿Y quién sabe lo que habrá avanzado la medicina para entonces? A lo mejor somos inmortales. Me encantaría. Algunas personas critican el alto grado de sexo en la serie de televisión, pero en sus libros también hay bastante sexo.

¿Le molestan esos comentarios en algún modo?

Recibo cartas sobre ello de forma bastante regular. Es un tipo de puritanismo genuinamente americano. Puedes describir con todo detalle como un hacha penetra en el cráneo de una persona y nadie se quejará. Pero si describes con igual detalle cómo un pene entra en una vagina, recibes un montón de cartas de lectores diciéndote que no volverán a leerte nunca más. ¿Qué es eso? Los penes entrando en las vaginas traen al mundo mucha más felicidad que los hachas clavándose en los cráneos de las personas.

¿Cuáles son sus hábitos al escribir?

En los días inspirados, que son bastante pocos, pierdo la noción del tiempo y del espacio. Me siento en la silla por la mañana y cuando me quiero dar cuenta es de noche y me duele la espalda. A veces pienso en el propósito de la ficción y en cómo lo que recordamos se convierte en una parte de nuestras vidas. Tengo unas cuantas fotos de mi clase de tercero en las que me reconozco a mí mismo y a un par de amigos. ¿Pero quiénes son los demás chicos? No recuerdo sus nombres. No hay duda de que todos aquellos días yo estaba vivo, pero esos recuerdos han desaparecido. En el barrio en el que crecí, Bayonne, mi mundo abarcaba cinco bloques de edificios. Mi casa estaba en la calle 1 y mi colegio en la 5. Pero mi imaginación quería un mundo mucho mayor que aquel. Así que leía sobre lejanos planetas, la antigua Roma, Shanghái o Gotham City.

¿Eso le hizo mejor escritor?

Las cosas que leí, esos lugares que los libros describían, permanecen más vívidas que cualquier cosa que me haya sucedido personalmente. Si somos la suma de nuestras experiencias, y yo creo fírmemente que lo somos, los libros son una parte más importante de mi vida que mi propia vida. Eso es lo que intento hacer con mis novelas: llenar las historias de gente imaginaria para que sean más reales a los ojos de mis lectores, que la gente de carne y hueso que les rodean.

Fuente: Rolling Stone

Fuente: El boomeran

Esperamos que os haya gustado

Entrevista en la revista Rolling Stone a George R.R. Martin


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