Orson Welles ha dicho de usted: “De todos los directores americanos, Hawks es sin lugar a dudas el de más talento”.
Jajaja... Orson no me dice lo mismo cuando me viene a ver a casa. Qué quiere que le diga, no creo en divismos. Creo que hay directores mucho mejores que yo aunque eso no quiere decir que no haya buscado siempre la excelencia en todo lo que he hecho. Después el público es el que debe decidir y calificar.
¿Cuales cree que son sus pautas principales como director?
Lo mejor es contar la historia como si la estuvieras viendo, a través de tus ojos. Que el espectador la vea como si estuviera allí. El público no conoce la geografía de un lugar a menos que tú se la enseñes. Si no se la enseñas, puede ser lo que tú quieras que sea. Una película es el mundo que uno crea.
Lo afirma como si fuera algo simple.
Es más fácil de lo que parece. Yo creo que los directores somos contadores de historias. Debemos disponer un escenario, crear situaciones, transmitir ideas claras a los actores, y después dejar que todo fluya. Nunca he creído en la filosofía de controlar hasta el más mínimo detalle. Eso te hace perder concentración sobre lo que es verdaderamente importante: los personajes.
¿ Y el argumento ?
El argumento es importante, sin duda alguna. Pero fíjese cuantas películas tienen argumentos y situaciones parecidas. En cada género hay un número limitado de situaciones argumentales que se pueden dar. Ahora bien, ¿por qué las ve la gente?
Por el carisma de las estrellas y lo que éstas le ofrecen a los personajes.
No exactamente. Porque en cada película varía la relación entre los personajes. Ante un marco parecido, las dinámicas varían, y eso es lo que define a un buen guión. Por tanto, hay que centrarse en los personajes, darles dimensión, fuerza, buenos diálogos. Y otra cosa más, en el género dramático hay que ponerlos en peligro. Sólo hay acción y dinamismo si existe peligro.
Creo que eso coincide con una de sus frases más famosas...
Adivino la frase a la que se refiere. “Una buena película son tres buenas escenas y ninguna mala”. Me alegra ver que ha trascendido. Ya la he oído varias veces por parte de gente joven como usted.
Es usted un genio pero tiene una gran capacidad para simplificar...
Es el resultado de mi experiencia. Pero, al final de todo, el cine es un negocio, un placer. Nunca he considerado mi oficio como un arte. Solo creo en contar una historia y contarla bien. Que cree entretenimiento.
Pero usted es venerado por todos los sectores de la industria. Algunos consideran que ha logrado el éxito porque consiguió tocar una fibra de la psique americana que pervivirá eternamente...
Son bonitas palabras y muy probablemente son ciertas. Pero yo nunca he buscado esa trascendencia de forma consciente. Esas interpretaciones han venido después. Los entendidos y algunos de mis colegas han analizado mi trabajo y han visto cosas maravillosas que yo no planifiqué en su momento pero que surgieron, de forma espontánea, al juntar los diferentes elementos de una película.
Qué me dice de esta frase: “Hawks sabe penetrar en los arquetipos humanos, un sentido casi impecable para percibir las contradicciones de la naturaleza humana en su forma mítica.”
Refleja con precisión pero, de una forma demasiado poética, mi constante atención a los personajes. Con ellos siempre me he volcado y he profundizado todo lo posible. Además, he tenido la suerte de contar con actores maravillosos que siempre han mejorado el material que les ofrecía. Y, por cierto, sé quien pronunció esa frase. Es un crítico y aspirante a director a quien yo apoyo mucho.
Peter Bogdanovich...
El mismo. Un buen tipo.
Hábleme de Humphrey Bogart.
Era facilísimo trabajar con él. Sin él no podría haber hecho lo que hice con Bacall en Tener y no Tener. No hay muchos actores que estarían dispuestos a quedarse mirando mientras una chica se adueña de la escena. Pero él se enamoró de ella y ella de él, y así resultó más fácil.
Usted descubrió a Lauren Bacall...
Sí, de hecho mi esposa me la enseñó en una foto de revista. Era modelo en Nueva York. Reconocí al instante que la cámara podría adorarla así que la hice venir a Los Angeles para hacerle una prueba. Y resultó que, además de belleza, también tenía un instinto natural para la interpretación.
Y hablando de bellezas, usted dirigió a Marilyn Monroe en “Los caballeros las prefieren rubias”, su único musical. ¿ Cómo fue la experiencia ?
Nunca había hecho un musical y quería probar, al menos una vez. Tuve carta blanca y la película tenía los ingredientes que yo consideraba necesarios en un musical. Era un buen material, procedía de una obra de teatro interesante. Y estaba Jane Russell, a la que quiero mucho. Así que la cosa fue fácil.
He leído, en una biografía de Darryl F. Zanuck, que usted no dirigió los grandes números musicales...
Es totalmente cierto. Me negué desde un principio. Siempre me ha parecido que las grandes escenas de musicales vulgarizan una película. Y no quería estar presente ante tal descalabro.
Pero hay números musicales en la película absolutamente míticos como el “Diamond’s are a girl’s best friend”...
Sí, quedó bien pero qué quiere que le diga, a mi todas estas secuencias me parecen vulgares. Además, Marilyn era muy vulgar.
¿ No le reconoce usted talento para la comedia ?
Desde luego que sí, tenía que ensayar y trabajar más que Jane Russell pero cuando lo hacía bien, seducía a la cámara. Sin embargo, creo que nunca pudo sacudirse esa vulgaridad, esa falta de clase y elegancia. Aunque debo decir, por otra parte, que en el rodaje se comportó bastante bien. Yo no tuve demasiados problemas con ella. Era una chica que tenía un enorme complejo de inferioridad pero supe encontrar la forma de tranquilizarla y cantó maravillosamente sus piezas en las sesiones de grabación. Vivía asustada todo el tiempo. En cierto modo, me daba pena y lamenté mucho su desaparición.
Una última pregunta sobre esta película. ¿ Quién dirigió las grandes escenas musicales?
Se las dejé al coreógrafo Jack Cole, que era uno de los mejores en este negocio.
Así que usted quería hacer un musical a su manera...
Sí, me gustó la idea de crear la película, definir su estructura y trabajar ciertas escenas. Quería tener esa experiencia pero sin pasarnos. Me podía permitir ahorrarme lo que no me interesaba y así lo hice.
Continuará...