Revista Cultura y Ocio
¡Hola, hola, devoradores! ¿Qué tal estáis? ¡Espero que bien! Yo sigo líada con los pasatiempos literarios. Al final tengo el placer de colaborar con nueve autoras (a no ser que haya algún tipo de cambio durante estos días) La semana pasada ya os presenté a una de ellas, Celia Añó, publicando la reseña de Donde sueñan las Libélulas. Durante esta semana os presentaré - si todo va bien - a otras dos autoras.
Pero mientras preparo esas dos reseñas, para no dejaros sin nada, hoy vengo con una entrevista a un autor muy chachi de fantasía. Se trata de Noa Velasco, autor de Soga de seda y magia el cual reseñé hace un mes más o menos. Su historia es cuanto menos, curiosa ya que mezcla fantasía con novela policíaca.
¿Queréis conocer más a este curioso autor? ¡Pues seguid leyendo!
¿Cómo es Noa, el escritor?
Soy un producto de los 80 que salió defectuoso y nadie se dio cuenta hasta que expiró la garantía. He crecido en dos mundos distintos y por eso tengo tendencia a la dualidad, lo híbrido, lo relativo y el contraste. Si miras el mapa de mi mundo, Enor, y amusgas los ojos, verás un yin-yang. Me gusta fusionar cosas, sobre todo con ninjas. Todo es mejor con ninjas. También siento debilidad por las protagonistas femeninas fuertes al estilo Miyazaki. Según algún estudio aleatorio de la Universidad de Michigan, soy una persona multipotencial creativa introvertida.
Y soy un poco ganso. Supongo que por eso no me suelen tomar en serio.
¿Qué fue lo que te impulsó a escribir? ¿Cuándo empezaste tus andares por el mundo de la escritura?
Mi madre escribía y dibujaba. Al final era inevitable que probase yo también. Darle forma a mi mundo interior me descubrió una necesidad y escribí muchos principios de historias que se me ocurrían y guiones de cómics que luego dibujaba. Mi abuelo me prestaba su máquina de escribir cada día y siempre tenía que devolvérsela en el peor momento, pero a los dieciséis me regalaron un ordenador de segunda mano y se acabó mi problema, así que lo primero que hice fue escribir una novela. Fue un desquite muy largo.
¿Cómo surgió la idea de que todos tus libros estuvieran ambientados en un mismo mundo pero en diferentes épocas?
Cuando empecé a escribir Kelvalady desarrollar Enor y su cosmogonía no me planteaba convertirlo en el escenario de mis historias. De hecho no fue el primer mundo que desarrollaba. Sin embargo, cuando un hijo llega a cierta edad le coges cariño. Enor ya me llamaba papá en élfico, enano y orco entre otros idiomas. Durante años fui construyéndolo piedra a piedra, primero con la inspiración evidente de conocidos referentes y, más tarde, con todo tipo de ideas sobre su sociedad, tecnología, religiones, etc. Así que, cuando pasaron varios años y quise escribir algo bastante distinto a Kelvalad (lo que terminó siendo el cómic de Aevirae y notas para un par de novelas gráficas), decidí reutilizar Enor, pero muchos años más tarde. Luego llegaron los Clarividentes, cuyo mundo había evolucionado demasiado y tenía diferencias notables como la magia, la escasez de seres mitológicos, las relaciones entre especies, etc. Estaba limitado por el mundo que yo mismo había creado, hasta que me di cuenta de que tenía la solución en la continuación de Kelvalad. No llegué a terminarla y no sé si algún día verá la luz, pero de ahí surgió un cataclismo que se menciona a menudo: el Caos de Gwalathar. Bueno, pues gracias a eso he podido plantear muchas diferencias en el nuevo Enor y las iré desvelando poco a poco.
Con este nuevo libro Soga de Seda y magia, ¿cómo se te ocurrió juntar la novela policíaca con la fantasía? ¿Ha sido más difícil escribirla a diferencia de tus otros libros?
En la época en la que estaba escribiendo Kelvalad me leía todos los libros de fantasía que pasaban por mis manos, hasta que me hice adicto a la saga del elfo oscuro de R. A. Salvatore y acabé con sobredosis. Unos años más tarde me aficioné a la novela policíaca y a resolver crímenes y misterios, sobre todo viendo series en compañía. Nos resultaba estimulante deducir quién sería el asesino y solíamos acertar muchos detalles. Fue entonces cuando pensé que introducir la magia en la ecuación sería un extra más y no entendía cómo no estaban las librerías llenas de algo tan fascinante. Lo curioso es que entre todas las historias de detectives, Arsène Lupin, el ladrón, era mi personaje favorito, así que cogí un personaje de la secuela de Kelvalad, una ladrona, e introduje elementos magitekpara que la magia no fuera algo demasiado abstracto y libre como para convertir una historia de detectives y ladrones en un juego amañado. Un tiempo después, todo esto cuajó, inventé un juego de rol deductivo para mis amigos y les conferí a sus personajes habilidades únicas. Así nacieron Soga de seda y magia y los Clarividentes de Lorian.
En realidad, esta historia iba a ser parte de un libro de relatos y todo era más sencillo, pero sentía que perdía consistencia y que mejoraría considerablemente si la desarrollaba más y añadía algunas complicaciones. Escribir este género es difícil y llegó un momento en el que no podía retocar más porque es como armar un puzle donde las piezas van encajando y, si retiras una o la cambias de lugar, corres el riesgo de arruinarlo todo. Además, añadir elementos mágicos te obliga a ser muy cuidadoso y limitar su capacidad o su importancia. Ofrecer al lector un caso que no puede resolver porque todo depende de una magia poderosa que no comprende sería el deus ex machina de una historia así.
Aparte de los libros que están ambientados en Enor, ¿qué otros libros tienes publicados? ¿Qué historias tienes en proceso? ¿Puedes contarnos algo sobre ellas?
De momento tengo publicados Soga de seda y magia y Kelvalad, aunque ya están escritos los dos siguientes de los Clarividentes de Lorian. Espero publicarlos a lo largo de 2018 y narran aventuras en solitario de los tres protagonistas antes de entrar en la organización de los Clarividentes. El primer libro contiene una historia de Odriel, una aventura en el país más japo de Enor donde encontrará peligros, leyendas, criaturas mitológicas y, tal vez, el amor. También incluye el primer caso de Aeric antes de graduarse como tecnomago criminalista, que es un relato más desenfadado que Soga de seda y magia. El segundo libro es la historia de Zenda desde que empieza a trabajar como abogada en un caso de asesinato hasta que alcanza el grado de maestra en la Orden de Lorian. Tiene drama judicial, misterio, protesta social, humor, acción y una Zenda que se convirtió en mi favorita después de esta historia.
Ajenos al mundo de Enor, tengo un libro bastante particular que no tiene nada que ver con lo que he escrito hasta ahora. Gusanos en la basura es una novela testimonial en la que relato episodios de mi infancia mezclados con algo de ficción. Es más íntimo y dudo que vaya a destacar por el humor. Quería retomarla tras publicar los otros.
Hace poco leí tu libro/juego, que también tiene que ver con el mundo de Enor. ¿Cómo es la experiencia de escribir un libro de esta manera? ¿Es más complicado? ¡Explícanos!
Al principio fue muy divertido. Me lo pasé muy bien con las posibilidades que se abrían e ingeniando puzles que el lector pudiera resolver. Más tarde me di cuenta de dónde me estaba metiendo, pero ya era tarde. No solo resulta complicado por la sencilla razón de que estás escribiendo varios libros en uno, que era algo que ya sabía, sino porque empecé a manejar las aplicaciones y aprendí a usar algo de programación. Y me vine arriba. No me arrepiento; escribir El pincel de historia ha supuesto liberar una historia a la que llevaba mucho tiempo dando vueltas y a medida que avanzo me gusta aún más. Por desgracia, voy a tener que dejarla a menos que pueda hacer algo lucrativo con ella. Quiero agradecer la inestimable ayuda que me brindaron desde el principio en Textualiza, sobre todo a Ruber Eaglenest. No pude caer en mejores manos para hablar de ficción interactiva.
Dinos 5 secretos sobre ti como escritor.
Una vez atropellé a una seño... ¡Ah, como escritor!
Tengo una memoria de lo más caprichosa. Se ve que soy capaz de memorizar pasos de baile con más facilidad que los nombres de mis propios personajes. Desperdicio mucho tiempo releyendo lo que he escrito porque me olvido de muchos detalles.
Soy lento. En general, no solo escribiendo. Pero sí. Soy lento. A veces es porque me gusta tomarme mi tiempo, pero la mayor parte de las veces es porque soy muy disperso y tengo la mente en muchas cosas a la vez. Odio escribir correos a gente que no conozco porque tardo media hora en llenar tres líneas.
Me ponen nervioso los espacios dobles. Y las erratas en general, pero desde que empecé a escribir y revisar textos con mi primera novela me salen sarpullidos cada vez que veo dos espacios entre palabras y no lo puedo corregir.
Eso no significa que sea infalible. El día que explicaron en clase los diptongos y los hiatos me puse enfermo y desde entonces me vuelvo loco con sus tildes. ¿He mencionado que tengo una memoria de lo más caprichosa? No lo recuerdo, pero hay palabras que no se me quedan nunca y me paso el día revisando la RAE y agradeciendo que llevatilde.es me chiva los resultados en las búsquedas a la primera, pero es efecto Google en todo su esplendor.
Me gusta documentarme porque aprendo mucho de materias aleatorias, pero tengo miedo de que un día derribe mi puerta un comando policial. Escribir novela criminal te lleva a introducir unos criterios de búsqueda poco populares, como por ejemplo las características de un ahorcamiento, qué sucede cuando te cortan un miembro, cómo fabricar explosivos o cómo se abre una cerradura. No tengo intención de llevar a la práctica ninguna de estas actividades... excepto la última. Quise probar a ver si era posible abrir un candado con un clip y desde entonces me gusta ganzuar. Mientras no haya consentimiento, solo lo hago con mis propias cerraduras.
¿Qué es lo más importante para ti a la hora de planificar y escribir una novela?
Una verja electrificada. Para escribir necesito tranquilidad, saber que nadie me va a molestar y que dispondré de tiempo. En cuanto a los aspectos a los que más atención dedico, organizar y tener actualizadas mis notas es imprescindible porque reescribo detalles muy a menudo. Repaso para que todo sea coherente y que no haya fallos de racord, profundizo en la comprensión de mis personajes y trato de disfrutar todo lo posible mientras escribo. Quiero creer que eso se contagia al lector.
¿Eres brújula, mapa o una mezcla de ambos?
Soy un aventurero de palo. Salgo de viaje con la brújula en la mano, a veces sin mirar y dejándome llevar por la dirección del viento. Pero, cuando ya llevo un buen trecho, me quito la mochila y saco el atlas, la cantimplora, un mantecado aplastado del año anterior, un destornillador, un paquete de pañuelos y una tienda de campaña plegable. Así que soy un híbrido que cambia según la fase de escritura.
A veces doy vueltas y apunto muchas ideas en los cuadernos y mapas. Me resulta muy útil y me gusta ver a dónde me lleva una historia. Cuando me pierdo en el viaje, lo dejo todo en un cajón y me pongo a planificar otras historias. Una vez tengo claro lo que voy a hacer, escribo una sinopsis breve. De ahí, desarrollo un poco más, trabajo la escaleta y preparo los mapas para la aventura. Sin embargo, cuando escribo los capítulos vuelvo a coger la brújula y a veces descubro ideas que no podría encontrar sin deambular con cierta libertad. En la vida real me sucede algo parecido.
¡Ahora es tu momento! ¿Quieres decirles algo a tus próximos lectores?
Creo que ya he dicho bastante. Lo que quiero ahora es saber qué tenéis que decir vosotros. Estaré encantado de leer vuestros comentarios y preguntas, que me digáis cuál es vuestro personaje favorito, qué artefacto tecnomágico os gusta más o el eterno debate: la tortilla de patatas, ¿con uña de trol o sin ella? Seguidme a través de las redes y el blog y contadme lo que queráis: @NoaVelascosas en Twitter; MundoEnor en Facebook; Mundoenor en Wordpress.
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Pero mientras preparo esas dos reseñas, para no dejaros sin nada, hoy vengo con una entrevista a un autor muy chachi de fantasía. Se trata de Noa Velasco, autor de Soga de seda y magia el cual reseñé hace un mes más o menos. Su historia es cuanto menos, curiosa ya que mezcla fantasía con novela policíaca.
¿Queréis conocer más a este curioso autor? ¡Pues seguid leyendo!
¿Cómo es Noa, el escritor?
Soy un producto de los 80 que salió defectuoso y nadie se dio cuenta hasta que expiró la garantía. He crecido en dos mundos distintos y por eso tengo tendencia a la dualidad, lo híbrido, lo relativo y el contraste. Si miras el mapa de mi mundo, Enor, y amusgas los ojos, verás un yin-yang. Me gusta fusionar cosas, sobre todo con ninjas. Todo es mejor con ninjas. También siento debilidad por las protagonistas femeninas fuertes al estilo Miyazaki. Según algún estudio aleatorio de la Universidad de Michigan, soy una persona multipotencial creativa introvertida.
Y soy un poco ganso. Supongo que por eso no me suelen tomar en serio.
¿Qué fue lo que te impulsó a escribir? ¿Cuándo empezaste tus andares por el mundo de la escritura?
Mi madre escribía y dibujaba. Al final era inevitable que probase yo también. Darle forma a mi mundo interior me descubrió una necesidad y escribí muchos principios de historias que se me ocurrían y guiones de cómics que luego dibujaba. Mi abuelo me prestaba su máquina de escribir cada día y siempre tenía que devolvérsela en el peor momento, pero a los dieciséis me regalaron un ordenador de segunda mano y se acabó mi problema, así que lo primero que hice fue escribir una novela. Fue un desquite muy largo.
¿Cómo surgió la idea de que todos tus libros estuvieran ambientados en un mismo mundo pero en diferentes épocas?
Cuando empecé a escribir Kelvalady desarrollar Enor y su cosmogonía no me planteaba convertirlo en el escenario de mis historias. De hecho no fue el primer mundo que desarrollaba. Sin embargo, cuando un hijo llega a cierta edad le coges cariño. Enor ya me llamaba papá en élfico, enano y orco entre otros idiomas. Durante años fui construyéndolo piedra a piedra, primero con la inspiración evidente de conocidos referentes y, más tarde, con todo tipo de ideas sobre su sociedad, tecnología, religiones, etc. Así que, cuando pasaron varios años y quise escribir algo bastante distinto a Kelvalad (lo que terminó siendo el cómic de Aevirae y notas para un par de novelas gráficas), decidí reutilizar Enor, pero muchos años más tarde. Luego llegaron los Clarividentes, cuyo mundo había evolucionado demasiado y tenía diferencias notables como la magia, la escasez de seres mitológicos, las relaciones entre especies, etc. Estaba limitado por el mundo que yo mismo había creado, hasta que me di cuenta de que tenía la solución en la continuación de Kelvalad. No llegué a terminarla y no sé si algún día verá la luz, pero de ahí surgió un cataclismo que se menciona a menudo: el Caos de Gwalathar. Bueno, pues gracias a eso he podido plantear muchas diferencias en el nuevo Enor y las iré desvelando poco a poco.
Con este nuevo libro Soga de Seda y magia, ¿cómo se te ocurrió juntar la novela policíaca con la fantasía? ¿Ha sido más difícil escribirla a diferencia de tus otros libros?
En la época en la que estaba escribiendo Kelvalad me leía todos los libros de fantasía que pasaban por mis manos, hasta que me hice adicto a la saga del elfo oscuro de R. A. Salvatore y acabé con sobredosis. Unos años más tarde me aficioné a la novela policíaca y a resolver crímenes y misterios, sobre todo viendo series en compañía. Nos resultaba estimulante deducir quién sería el asesino y solíamos acertar muchos detalles. Fue entonces cuando pensé que introducir la magia en la ecuación sería un extra más y no entendía cómo no estaban las librerías llenas de algo tan fascinante. Lo curioso es que entre todas las historias de detectives, Arsène Lupin, el ladrón, era mi personaje favorito, así que cogí un personaje de la secuela de Kelvalad, una ladrona, e introduje elementos magitekpara que la magia no fuera algo demasiado abstracto y libre como para convertir una historia de detectives y ladrones en un juego amañado. Un tiempo después, todo esto cuajó, inventé un juego de rol deductivo para mis amigos y les conferí a sus personajes habilidades únicas. Así nacieron Soga de seda y magia y los Clarividentes de Lorian.
En realidad, esta historia iba a ser parte de un libro de relatos y todo era más sencillo, pero sentía que perdía consistencia y que mejoraría considerablemente si la desarrollaba más y añadía algunas complicaciones. Escribir este género es difícil y llegó un momento en el que no podía retocar más porque es como armar un puzle donde las piezas van encajando y, si retiras una o la cambias de lugar, corres el riesgo de arruinarlo todo. Además, añadir elementos mágicos te obliga a ser muy cuidadoso y limitar su capacidad o su importancia. Ofrecer al lector un caso que no puede resolver porque todo depende de una magia poderosa que no comprende sería el deus ex machina de una historia así.
Aparte de los libros que están ambientados en Enor, ¿qué otros libros tienes publicados? ¿Qué historias tienes en proceso? ¿Puedes contarnos algo sobre ellas?
De momento tengo publicados Soga de seda y magia y Kelvalad, aunque ya están escritos los dos siguientes de los Clarividentes de Lorian. Espero publicarlos a lo largo de 2018 y narran aventuras en solitario de los tres protagonistas antes de entrar en la organización de los Clarividentes. El primer libro contiene una historia de Odriel, una aventura en el país más japo de Enor donde encontrará peligros, leyendas, criaturas mitológicas y, tal vez, el amor. También incluye el primer caso de Aeric antes de graduarse como tecnomago criminalista, que es un relato más desenfadado que Soga de seda y magia. El segundo libro es la historia de Zenda desde que empieza a trabajar como abogada en un caso de asesinato hasta que alcanza el grado de maestra en la Orden de Lorian. Tiene drama judicial, misterio, protesta social, humor, acción y una Zenda que se convirtió en mi favorita después de esta historia.
Ajenos al mundo de Enor, tengo un libro bastante particular que no tiene nada que ver con lo que he escrito hasta ahora. Gusanos en la basura es una novela testimonial en la que relato episodios de mi infancia mezclados con algo de ficción. Es más íntimo y dudo que vaya a destacar por el humor. Quería retomarla tras publicar los otros.
Hace poco leí tu libro/juego, que también tiene que ver con el mundo de Enor. ¿Cómo es la experiencia de escribir un libro de esta manera? ¿Es más complicado? ¡Explícanos!
Al principio fue muy divertido. Me lo pasé muy bien con las posibilidades que se abrían e ingeniando puzles que el lector pudiera resolver. Más tarde me di cuenta de dónde me estaba metiendo, pero ya era tarde. No solo resulta complicado por la sencilla razón de que estás escribiendo varios libros en uno, que era algo que ya sabía, sino porque empecé a manejar las aplicaciones y aprendí a usar algo de programación. Y me vine arriba. No me arrepiento; escribir El pincel de historia ha supuesto liberar una historia a la que llevaba mucho tiempo dando vueltas y a medida que avanzo me gusta aún más. Por desgracia, voy a tener que dejarla a menos que pueda hacer algo lucrativo con ella. Quiero agradecer la inestimable ayuda que me brindaron desde el principio en Textualiza, sobre todo a Ruber Eaglenest. No pude caer en mejores manos para hablar de ficción interactiva.
Dinos 5 secretos sobre ti como escritor.
Una vez atropellé a una seño... ¡Ah, como escritor!
Tengo una memoria de lo más caprichosa. Se ve que soy capaz de memorizar pasos de baile con más facilidad que los nombres de mis propios personajes. Desperdicio mucho tiempo releyendo lo que he escrito porque me olvido de muchos detalles.
Soy lento. En general, no solo escribiendo. Pero sí. Soy lento. A veces es porque me gusta tomarme mi tiempo, pero la mayor parte de las veces es porque soy muy disperso y tengo la mente en muchas cosas a la vez. Odio escribir correos a gente que no conozco porque tardo media hora en llenar tres líneas.
Me ponen nervioso los espacios dobles. Y las erratas en general, pero desde que empecé a escribir y revisar textos con mi primera novela me salen sarpullidos cada vez que veo dos espacios entre palabras y no lo puedo corregir.
Eso no significa que sea infalible. El día que explicaron en clase los diptongos y los hiatos me puse enfermo y desde entonces me vuelvo loco con sus tildes. ¿He mencionado que tengo una memoria de lo más caprichosa? No lo recuerdo, pero hay palabras que no se me quedan nunca y me paso el día revisando la RAE y agradeciendo que llevatilde.es me chiva los resultados en las búsquedas a la primera, pero es efecto Google en todo su esplendor.
Me gusta documentarme porque aprendo mucho de materias aleatorias, pero tengo miedo de que un día derribe mi puerta un comando policial. Escribir novela criminal te lleva a introducir unos criterios de búsqueda poco populares, como por ejemplo las características de un ahorcamiento, qué sucede cuando te cortan un miembro, cómo fabricar explosivos o cómo se abre una cerradura. No tengo intención de llevar a la práctica ninguna de estas actividades... excepto la última. Quise probar a ver si era posible abrir un candado con un clip y desde entonces me gusta ganzuar. Mientras no haya consentimiento, solo lo hago con mis propias cerraduras.
¿Qué es lo más importante para ti a la hora de planificar y escribir una novela?
Una verja electrificada. Para escribir necesito tranquilidad, saber que nadie me va a molestar y que dispondré de tiempo. En cuanto a los aspectos a los que más atención dedico, organizar y tener actualizadas mis notas es imprescindible porque reescribo detalles muy a menudo. Repaso para que todo sea coherente y que no haya fallos de racord, profundizo en la comprensión de mis personajes y trato de disfrutar todo lo posible mientras escribo. Quiero creer que eso se contagia al lector.
¿Eres brújula, mapa o una mezcla de ambos?
Soy un aventurero de palo. Salgo de viaje con la brújula en la mano, a veces sin mirar y dejándome llevar por la dirección del viento. Pero, cuando ya llevo un buen trecho, me quito la mochila y saco el atlas, la cantimplora, un mantecado aplastado del año anterior, un destornillador, un paquete de pañuelos y una tienda de campaña plegable. Así que soy un híbrido que cambia según la fase de escritura.
A veces doy vueltas y apunto muchas ideas en los cuadernos y mapas. Me resulta muy útil y me gusta ver a dónde me lleva una historia. Cuando me pierdo en el viaje, lo dejo todo en un cajón y me pongo a planificar otras historias. Una vez tengo claro lo que voy a hacer, escribo una sinopsis breve. De ahí, desarrollo un poco más, trabajo la escaleta y preparo los mapas para la aventura. Sin embargo, cuando escribo los capítulos vuelvo a coger la brújula y a veces descubro ideas que no podría encontrar sin deambular con cierta libertad. En la vida real me sucede algo parecido.
¡Ahora es tu momento! ¿Quieres decirles algo a tus próximos lectores?
Creo que ya he dicho bastante. Lo que quiero ahora es saber qué tenéis que decir vosotros. Estaré encantado de leer vuestros comentarios y preguntas, que me digáis cuál es vuestro personaje favorito, qué artefacto tecnomágico os gusta más o el eterno debate: la tortilla de patatas, ¿con uña de trol o sin ella? Seguidme a través de las redes y el blog y contadme lo que queráis: @NoaVelascosas en Twitter; MundoEnor en Facebook; Mundoenor en Wordpress.
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