Quizá nos tengamos que ir familiarizando ya con las siglas SBSP (Space-based solar power). A mí me sigue pareciendo ciencia-ficción. En cualquier caso, no es la primera vez que leo sobre el tema y supongo que vosotros tampoco. De lo que hablo es de la energía solar… pero captada en el espacio para luego mandarlo (como quién habla de mandar un e-mail o un paquete) a la Tierra. ¿La ventaja? Gran parte de la energía solar se pierde en la atmósfera o se “dispersa” como consecuencia de las partículas en suspensión en el aire o el vapor del agua (recordemos que las centrales solares de concentración captan la radiación directa pero no la radiación dispersa). Por lo que el rendimiento de estos paneles espaciales sería como unas cinco veces mayor. La gran desventaja, obviamente, el coste. Por lo de ahora el lanzamiento y mantenimiento de una supuesta central solar espacial es inviable.
The Economist nos pone al día y es la fuente de inspiración de esta entrada. El artículo comienza hablando de la historia de ciencia-ficción de Isaac Asimov, “Reason” (1941), cuyos personajes trabajan en una estación espacial que suministra energía a varios planetas a través de ondas microondas. Luego nos habla del Profesor Stephen Sweeney y de sus investigaciones. Stephen Sweeney y su equipo ensayan un láser que haría el trabajo que Asimov asignó en su libro a las ondas microondas. Aunque las ondas microondas consiguieron trasmitir cantidades útiles de energía en una prueba realizada por SNN entre dos islas hawaianas (a 148 km de distancia la una de la otra), no es viable para transmitir energía a través de la atmósfera.
Lo más interesante es que el equipo del Dr. Sweeney, en colaboración con Astrium, una empresa de satélites y el espacio, pondrá a prueba el sistema en un hangar de aviones en Alemania. El rayo láser producido por un dispositivo llamado “láser de fibra” (fibre laser) será de gran calidad, eficiente y potente. Estas características pueden verse modificadas por la atmósfera. Así pues, la investigación tendrá como fin conocer de qué manera afecta la atmosfera al láser. Para ello, se hará pasar el láser de una punta a otra del edificio (imaginémonos que es muy largo) en el que se han liberado distintos contaminantes como partículas en suspensión, vapor de agua, etc.
Suponiendo que todo va bien, el próximo paso será probar el sistema en el espacio. Y a lo mejor de aquí a cinco años (sí, a mí también me parece demasiado optimista) la Estación Espacial Internacional prueba a “mandar” la energía solar captada por los paneles a la Tierra a través de este láser. Es más, Astrium espera que, en 10-15 años, sea posible una pequeña central en órbita.