
Pretender asombrar o producir asombro o admiración.
Epatar procede del francés épater: "deslumbrar", verbo transitivo que se puede usar también como intransitivo.
Aquel que epata, persigue causar admiración, asombrar, embobar, pasmar, sorprender, dejar a todos absortos... haciendo uso de sus maneras, ardides y virtudes...
Hoy para contextualizar el verbo del día, nos valemos de la obra Vivir en Marbella, donde el autor Antonio D. Olano (1938, periodista y escritor español) nos introduce en esta singular ciudad española, con personajes y hechos que rozan lo absurdo e irracional:
“…De la misma manera que en las residencias de lujo se disputan la primacía en las grandes cenas –de las que no crean que estén sepulturas llenas- en los yates hay una soterrada competencia. De ahí que se cambien con relativa frecuencia, porque lo importante es epatar. ¡Epatar a la burguesía!, que se dice. Los v. i. p. s. también son muy epatables, no faltaría más. ...”
¡Hasta la próxima sorpresa!
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