Épernay, la Capital del Champagne
Por Jmbigas
@jmbigas
Hace ya un tiempo os comentaba en otro artículo las interioridades sobre cómo funciona el mercado del champán original, el que se produce en la zona cubierta por la denominación de origen Champagne.
Place de la République de Épernay, desde la
Avenue du Champagne.
(JMBigas, Junio 2012)
Hoy os quiero comentar los últimos descubrimientos que he hecho por la zona, en una excursión en el día que realicé en coche desde París, la primera semana de Junio.
Estaba alojado en un hotel en las afueras del este de París (en Noisy-le-Grand, a mitad de camino de Disneyland). Como viajaba en coche, las facilidades para aparcarlo en los hoteles del centro de París no siempre son evidentes, y preferí un hotel de línea (relativamente) económica en el extrarradio. Con la ventaja de que está junto a la autopista del Este, la que lleva a la región de Champagne (Lorena y Alsacia, más al este). A cambio, tuve que tragarme un atasco monumental para acercarme a la zona de Les Halles (en obras de profunda renovación, a horizonte de cuatro o cinco años), en el centro de París, para cenar.
Programé el GPS para que me llevara directamente a Épernay (pop. 25.000) por las carreteras nacionales, sin pasar por la comodísima autopista A4 (de peaje) que te lleva hasta Reims, una veintena de kilómetros al norte de Épernay. Gracias a ello tuve un viaje reposado y relajado, y desde bastante antes de llegar a destino ya disfruté de las suaves laderas plagadas de viñas que configuran el paisaje vinícola de la Champagne.
Uno de los pasillos de la cava-bodega de C comme
Champagne.
(JMBigas, Junio 2012)
Llegué a Épernay antes de las diez de la mañana (para que veáis que ese día madrugué bastante). Épernay es la capital mundial del champán. Al ser una población de pequeñas dimensiones (frente a Reims, por ejemplo, de casi doscientos mil habitantes), el champán como componente de su atractivo turístico es omnipresente. El centro de la ciudad es la Place de la République, y junto a ella hay un gran aparcamiento público de pago (Charles de Gaulle, se llama) que resulta muy conveniente al visitante. Por 0,20€ dispone incluso de un WC público automático (parte del mobiliario urbano al que podríamos denominar pirulo pacagá).
Mi primera visita fue a la Oficina de Turismo de la ciudad, situada a escasos cincuenta metros de la plaza, en la Avenue du Champagne (¡¡??), casi frente a la sede de la conocida marca y grand maison de Champagne, Moët & Chandon. Extremadamente útil esta visita, ya que me dieron la Guide Touristique, un excelente documento de 100 páginas, que ilustra sobre la ciudad y las diversas rutas turísticas del champán. Es posible bajarse este documento de su página web, por capítulos, en francés, inglés u holandés. En él, lógicamente plagado de publicidad, que lo subvenciona, se destacan todos los atractivos que la región ofrece al visitante. Todos los grandes productores ofrecen visitas guiadas a sus cavas (algunos, incluso motorizadas). Pero yo recuerdo haber visitado ya dos de ellas en el pasado (Ruinart y Taittinger) y no era esa mi intención esta vez.
Suaves laderas pobladas de viñas para el champagne,
cerca del pueblo de Festigny.
(JMBigas, Junio 2012)
Les pedí indicaciones sobre algún establecimiento donde pudiera comprar botellas de champán de los pequeños productores locales (los de las grandes marcas ya las puedo comprar, si quisiera, en la tienda de al lado de casa). Me dieron dos direcciones. La primera era Intercaves (25, boulevard de la Motte, junto a la estación ferroviaria). Paseando (todo el centro de Épernay se recorre a pie en unos pocos minutos), les hice una visita. Se trata prácticamente de una gran superficie (con su propio aparcamiento interior) de cadena, con una extensa variedad de vinos y alcoholes de todas las procedencias. También tenían una pequeña muestra de champanes de productores locales, pero no era el tipo de comercio que yo estaba buscando.
La segunda indicación me llevó a un comercio especializado, muy en línea con lo que yo precisaba ese día. Es el C comme Champagne, en 8, rue Gambetta (otra de las calles que termina en la Place de la République). Se trata de un pequeño complejo de tienda, cava-bodega y bar-degustación, dedicado a la promoción y venta del champagne de unos 50 pequeños productores de la región (los llamados Champagne de Propriétaires). Cada uno de los productores tiene su propio panel explicativo (con foto), sobre dónde está situado, el tipo de uvas que utiliza principalmente, etc. Y están a la venta los diversos tipos de champán que cada uno de esos propietarios produce. Una auténtica gozada para la vista, sólo pasearse por los diversos pasillos de la bodega subterránea. Los expertos en marketing a eso lo llaman poner en valor el producto.
Auberge du Sourdon, en Saint-Martin-d'Ablois.
(JMBigas, Junio 2012)
Me dejaron disfrutar un rato por la cava, y luego me atendió una chica, de buena planta aunque algo molesta de cara, muy entendida en lo que allí tienen a la venta. Primero yo quería comprar una caja de seis botellas de un buen champán, para consumir en las celebraciones familiares que tendría ese mismo fin de semana en Barcelona. Le pedí un Blanc de Blancs (procedente de uvas blancas, 100% Chardonnay) que pudiera acompañar a toda una comida y, ante mi sorpresa, me dijo que no. La razón me la dejó clara: el Blanc de Blancs es muy sutil, y se quedaría anulado por cualquier sabor fuerte que incluyera la comida (carnes fuertes, salsas,...). Eventualmente, habría que escoger un Brut Millésimé (de añada), que se ha desarrollado más y resiste bien a los asaltos de otros sabores intensos. En resumen, que había que escoger un champagne plus developpé. Desde ese día me ha quedado claro que cuando te hablan de la necesidad de algo plus developpé, espérate un aumento del 25-50% en el presupuesto.
Me dio a probar hasta tres champagnes adecuados a mis requerimientos. ¿Por qué será que el que más me gustó también era el más caro?. Compré, por tanto, una caja de seis botellas de Isselée Père & Fils Brut Millésimé 2004, del pueblo de Cramant, en la Còte des Blancs, al sudeste de Épernay (unos 23€ por botella; si compras una caja completa te rebajan el precio en 1€ por botella).
Pequeña iglesia junto a los viñedos.
(JMBigas, Junio 2012)
Quería luego otra caja de 6 botellas variadas (lo que en Francia conocen como panaché) que dieran una imagen más completa de las diversas subzonas (Côte des Blancs, Montagne de Reims, Vallée de la Marne, incluso de la más alejada -excentrée- geográficamente, Côte des Bar) y los diversos coupages de las uvas principales (Chardonnay, Pinot Noir y Pinot Meunier).
Aunque tenía el coche a no más de 300-400 m. de la tienda, la imagen de pasearme con dos cajas de champán bajo el brazo me pareció poco elegante (me imaginé sudoroso bajo el Sol del mediodía), así que recogí primero el coche en el aparcamiento, y paré luego un momento frente a la tienda para cargar las dos cajas.
Utilizando el espléndido mapa (de las rutas turísticas de Champagne) que incluye la publicación de la Oficina de Turismo, me programé una ruta por la región, que incluyera varias subzonas, algunos de los pueblecitos más característicos y las carreteras locales que van bordeando los viñedos. Salí de Épernay pasadas las doce del mediodía, y al rato me entraron las ganas de parar para tomar un almuerzo razonable. Pero la mayoría de pueblecitos por los que iba circulando son tan pequeños que ni siquiera tienen un bar o restaurante significativo. De los indicadores de carretera escogí el más repetido, y me dirigí al pueblo de Saint Martin d'Ablois, con la esperanza de poder comer algo allí.
El río Marne discurre plácido por el valle.
(JMBigas, Junio 2012)
Afortunadamente, en la placita del centro del pueblo (con unas cuantas plazas gratuitas de aparcamiento), está el Auberge du Sourdon (subtitulado Les Trois Meules - Las Tres Muelas -de afilar- en traducción políticamente correcta, aunque también se puede entender como Las Tres Ruedas -de queso- o incluso, si se quiere iconoclastia, como Los Tres Culos). Ofrecían un Menú del día por unos 12€. El interior parecía desierto, pero al fondo, en la sala comedor, había unos cuantos locales (alguna familia, un par de operarios de alguna cosa, una pareja mayor...) disfrutando del almuerzo. El menú incluía entradas (a escoger de un pequeño buffet con ensaladas, embutidos,...), un plato fuerte (yo escogí una especie de pastel de salmón, muy sabroso), un plateau de fromages (al que, contra mi gusto, renuncié en bien de una tarde algo productiva), un vino rosado de mesa fresquito y agradable y algún postre. En resumen, un almuerzo muy digno y a un precio correcto.
La Catedral de Reims. Esta vez,
afortunadamente, sin andamios.
(JMBigas, Junio 2012)
Seguí mi camino por el valle del Marne (un río de recuerdos nefastos unidos a la Primera Guerra Mundial), disfrutando de esos campos llanos, dedicados principalmente al cereal, y las suaves laderas tupidas de viñas. Al final del recorrido llegué a Reims. Aunque ya he estado varias veces allí, quería visitar de nuevo la Catedral, un monumento singular, sin duda, para ver si tenía la suerte de verla sin andamios (lo que no resulta fácil), y para ver los nuevos vitrales inaugurados en 2011.
Pensaba aparcar el coche en el Parking Cathédrale, un aparcamiento de pisos en una calle lateral a unos trescientos metros de la Catedral. Pero vi que no había mucho tráfico, y que alguna de las poquitas plazas (de pago) para aparcar a pie de calle en la rue Libergier (que conduce de frente a la Catedral) estaba libre, con lo que decidí parar allí.
La Catedral de (Notre Dame de) Reims, una de las más monumentales de Francia junto a Notre Dame de París, cumplió 800 años en 2011. A pesar de haber sufrido diversos desperfectos, especialmente en el siglo XVIII, todavía conserva algunos vitrales originales del siglo XIII. Pero en el siglo XX se le fue dotando de nuevos vitrales contemporáneos, para suplir a los que habían sido destruidos. Así, se añadieron vitrales nuevos en los años 30 y 50, siendo los más conocidos los tres diseñados por Marc Chagall en 1974 (L'Arbre de Jessé - la presunta genealogía de Jesucristo -, Los Dos Testamentos y Los Grandes Momentos de Reims).
Detalle de dos de los vitrales de Imi Knoebel,
inaugurados en 2011 en la Catedral de Reims.
(JMBigas, Junio 2012)
Para celebrar el octavo centenario de la Catedral, se hizo un encargo público (con patrocinios privados) al artista alemán Imi Knoebel para el diseño de seis nuevos vitrales, puros ejercicios cromáticos abstractos, que fueron oficialmente inaugurados el 25 de Junio de 2.011. Tuve esta vez ocasión de verlos y hasta de tomar alguna fotografía presentable, que os brindo.
Acabada la visita, volví a París (bueno, a Noisy-le-Grand) por la autopista A4 (de peaje) sin novedad.
Aparte de las fotografías que comparto aquí con vosotros, podéis acceder a una colección más completa de 37 fotografías (todas geoposicionadas y comentadas), pinchando en la fotografía de la Église Notre-Dame de Épernay.
Épernay y la región del champagne
Un día en la Champagne que bien mereció la pena. Una excursión llena de excelentes recuerdos y algunas anécdotas.
JMBA