Revista Psicología

Epigenética, el “recuerdo” del genoma

Por Gonzalo

En el otoño de 1944, los trabajadores de los ferrocarriles de Holanda, un país en aquel entonces bajo la ocupación alemana, fueron a la huelga para ayudar así al avance de los aliados. Tras el fracaso inicial del ataque británico y norteamericano, los nazis tomaron represalias imponiendo un embargo alimentario de consecuencias devastadoras.

Epigenética, el “recuerdo” del genoma

El invierno del hambre holandés

Durante el período de hambruna subsiguiente, al menos 20.000 ciudadanos holandeses murieron de inanición o debido a malnutrición.

Epigenética, el “recuerdo” del genoma

El invierno del hambre holandés

Los efectos del invierno del hambre se prolongarían más allá de la liberación del país, en 1945. Las mujeres que estaban embarazadas durante la hambruna tuvieron hijos con un elevado riesgo de sufrir una amplia gama de problemas de salud, como diabetes, obesidad y enfermedades cardiovasculares.

En algunos casos, incluso los nietos de estas mujeres todavía tenían más probabilidades de las normales de nacer con bajo peso corporal. A pesar de que los problemas de salud que sufrieron las personas de la primera generación  podían quedar explicados por la malnutrición durante el embarazo de sus madres, Holanda ya era un país rico cuando nacieron las pertenecientes a la segunda generación: persistía todavía un efecto hereditario.

En la ciudad de Överkalix, en el norte de Suecia, se mantienen con orgullo registros históricos meticulosos de las cosechas, los partos y los fallecimientos, lo que permitió a Marcuss Pembrey, del Institute of Child Health londinense, realizar un estudio detallado de la disponibilidad de alimentos y de la esperanza de vida.

Epigenética, el “recuerdo” del genoma

Överkalix, Suecia

Este investigador observó que, cuando los niños se criaban en períodos de abundancia, sus nietos tenían más posibilidades de fallecer a edades tempranas.  En un análisis más detallado, se constató que este hecho reflejaba la predisposición a la diabetes y a la cardiopatía, confirmando al mismo tiempo que el efecto sólo se transmitía por la línea paterna.

Los dos ejemplos citados sugieren que la salud de las personas puede estar influida por la dieta de sus abuelos. No obstante, según la teoría evolutiva ortodoxa este efecto debería ser imposible. Las características adquiridas no pueden ser hereditarias; ésta fue la “herejía” de Lamarck, rechazada de pleno a partir de Darwin.

Las experiencias holandesa y sueca se pueden explicar a través del fenómeno denominado epigenética, mediante el cual el genoma parece “recordar” ciertas influencias ambientales a las que ha estado expuesto.

Normalmente, los efectos epigenéticos actúan sólo sobre las células somáticas del cuerpo adulto, desactivando genes o ajustando su actividad. Sin embargo, algunos de estos efectos también pueden actuar sobre los espermatozoides y los óvulos, de manera que las generaciones siguientes los heredan. A pesar de todo, las características adquiridas pueden, en ocasiones, heredarse.

Los efectos epigenéticos pueden explicar de qué modo diversas experiencias traumáticas dejan su marca sobre el comportamiento humano y hacen que los adultos tengan más posibilidades de deprimirse e incluso de suicidarse.

Epigenética, el “recuerdo” del genoma

Un equipo dirigido por Moshe Szyf, de la Universidad McGill, estudió el ADN del cerebro de 13 suicidas de sexo masculino y observó que, mientras que las secuencias genéticas eran normales, la programación epigenética era distinta de la hallada en el cerebro de hombres que habían fallecido por otras causas.

Todos los suicidas evaluados en este estudio habían sufrido abusos durante su niñez, lo que podría haber sido el desencadenante de este cambio epigenético.

fuente:  50 cosas que hay que saber sobre GENÉTICA   (Mark Henderson)


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