Epístola del viernes (12): Reyes Magos.

Queridos Reyes Magos:
No es el Día del libro. No es el Día de las librerías, ni el de las bibliotecas, pero esta es la noche más bonita del año para mí, y hay muchos libros presentes en la carta que os he enviado. En el 2017 he disfrutado de grandes historias. También de reediciones, porque eso es otra: por si no tuviera ya libros en mi poder, resulta que salen nuevas ediciones mejorando las anteriores: que si el aniversario, que si la nueva traducción con anotaciones para curiosos (lo de Frankenstein se nos va de las manos) y claro, una es débil y acaba acumulando el mismo título en diferentes ediciones.Pienso, como Auster, que leer es una válvula de escape, un desahogo, un consuelo; también es mi estimulante favorito. Por eso, no solo os pido libros para mí. También os pido que dejéis un poco de vuestra magia en nuestros escritores, regaladles las herramientas necesarias para que los lectores sigamos alimentándonos de palabras, títulos, historias...esas que nos hacen pensar, cuestionarnos cosas, sentir, trasladarnos lejos, muy lejos,  hasta el punto de molestarnos la puntualidad de alguien a quien esperamos leyendo.Poned a su alcance lo que requieran. Algunos serán más puristas, querrán perfeccionar su técnica. Otros arriesgarán más y se dejarán llevar por esa palabra para muchos prohibida en literatura...Y es que hay, afortunadamente, mucha diversidad entre ellos, al igual que la hay entre los lectores.Os pido que el engranaje siga funcionando, que siga existiendo ese punto de encuentro tan especial, que podamos seguir adentrándonos en ese mundo del que hablaba Mendel, un mundo donde no hay guerras, ni malentendidos, solo el deseo de más palabras, nombres, títulos.Queridas majestades: hemos sido buenos. Es vuestro turno...