Revista Sociedad
Existen muchos epitafios que han llegado a hacerse famosos, la mayoría son frases solemnes, como corresponden al momento y lugar en el que se exhiben...
Basta esta tumba para aquel al que no le bastaba el mundo.
ALEJANDRO MAGNO
Otros, como los que cito a continuacion, deben su popularidad al hecho de no faltarles una brizna de buen humor.
Estoy dispuesto a encontrarme con mi Creador.
Si mi Creador está preparado para la gran prueba de reunirse conmigo, es otra cuestión. WINSTON CHURCHILL
Os dije que estaba enfermo.
SPIKE MILLIGAN
Si alguien va a mi funeral con una cara larga, nunca le hablaré de nuevo.
STAN LAUREL
Perdonad que no me levante.
GROUCHO MARX (pero es falso)
Los menos, y ahí reside la rareza del que hoy os muestro aquí, transpiran del que bien puede ser interpretado como un póstumo y eterno resentimiento. Se trata del epitafio de Juanita Cruz, una madrileña pionera del toreo con faldas, cuya condición de mujer no debió facilitarle las cosas.
Juanita murió a consecuencia de un problema cardiaco en el año 1981, muchos años después de abandonar el albero y, por cuanto puede leerse en su tumba, que podemos visitar en el cementerio de la Almudena de Madrid, parece que no había perdonado todavía...
"A pesar del daño que me hicieron
en mi patria los responsables
de la mediocridad del toreo
en los años 1940 - 50...
¡BRINDO POR ESPAÑA!"