Revista Opinión

Épocas opuestas

Publicado el 24 noviembre 2019 por Carlosgu82

Marx nos enseñó que si queremos saber el porqué las personas de una época tienen determinados valores o creencias debemos mirar la infraestructura económica. La observación es correcta siempre y cuando no caigamos en la tentación de creer que todos los valores son relativos a la economía. Nadie ha orado para que los dioses le den cobardía, debilidad, injusticia, enfermedad o lo mantengan en la mentira. Todas las personas, en todas las épocas, han sabido que la valentía, la fortaleza, la salud, la verdad y la justicia son superiores a sus opuestos.

No obstante, el análisis de la infraestructura económica nos explica buena parte de lo que pasa en la superestructura de valores y creencias. En los años 50 y 60 del siglo pasado el mundo estaba bastante menos poblado que hoy. Costa Rica llegó al millón de habitantes en 1956. Se hicieron concursos para ver dónde nacía el afortunado y la gente desfilaba para conocerlo. Se dieron premios a la familia y se les prometió una casa. Hoy sería impensable celebrar la llegada del tico ocho millones. La gente carecía de preocupaciones ecológicas aunque en el mundo las superpotencias hacían pruebas atómicas a diestro y siniestro. ¿Cómo iba a haber preocupaciones ecológicas si los niños tenían abundantes pozas cristalinas donde aprender a nadar, rodeadas de vegetación y animales? La época también se caracterizó por su rápido desarrollo económico. Si las mujeres de 1950 tenían que lavar en quebradas, recoger agua en ellas y poner fuego, para 1965 había lavadoras, teléfonos, agua potable, televisores, cocinas… en casi todas las casas de las ciudades. Tanta comodidad originó reacciones. Ninguna muchacha de los años 70 quería sumirse en su casa, por muchos electrodomésticos que tuviera. Anhelaba realizarse en el trabajo, independizarse del hogar. Los jóvenes rechazaban el materialismo y buscaban lo espiritual en filosofías orientales o drogas psicodélicas.

Hacia 1980 una tremenda crisis económica, con devaluación, estanflación (inflación combinada con estancamiento) y desempleo golpeó a la mayoría de los países occidentales. Lo material nos recordó que existía. La estética cambió. Si en los 70 los jóvenes gustaban de parecer viejos, desaliñados, pues eso enfatizaba su interés por la sabiduría y su desprendimiento de lo material, en los 80 las películas de Rocky Balboa y la canción Físico de Olivia Newton nos recordaron la necesidad de tener un cuerpo poderoso y atractivo para abrirse campo en el mundo real.

Hoy el mundo está sobrepoblado o lo percibimos así. Reinan la desigualdad, la competencia y la falta de oportunidades. No es de extrañar que la gente sienta lo opuesto a lo que sentían los jóvenes adultos de los años 60: intensa preocupación por la ecología y desinterés por reproducirse.


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