Revista Opinión
Era lo único rojo en su vida
Publicado el 13 septiembre 2014 por José Ignacio Dionisio De La Torre @JoseIDionisioCon su muerte reposada y su vida repasada, lo único que queda de Emilio Botín en este mundo son recortes de fotografías, de periódicos, alabanzas capitalistas y reproches de medianidad. Porque son estos dos últimos aspectos los que, con fiereza de extremos, han empañado la muerte de alguien que, pese a anteponer el papel de textura rugosa del dinero a la honradez y el buen hacer, se le debe mostrar un mínimo respeto aunque solo sea por el hecho de fallecer -aquellos que se van siempre son buenos-.
En mis paseos diarios por las redes sociales, ya me hice eco de lo llamativo que era no encontrar el típico hashtag de Twitter del tipo #EmilioBotinDEP que tanto se estila cuando acontece la pérdida de algún ser medianamente reconocido. Solo encontraba miles, millones de menciones a la figura del presidente del Banco Santander, y he de decir que tantos las buenas como las malas, se encontraban perfectamente acotadas.
Por un lado, encontrába a los que con un capital envidiable, defendian la labor de Emilio Botín por hacer de un mediocre banco una marca internacional y de primer nivel. Por otro lado, encontraba a los dirigentes de partidos políticos que en ciertos aspectos actuaban como él y compartían vacaciones en Suiza. Y finalmente, leía los comentarios de muchas más personas que celebraban el fallecimiento de Botín o que al menos no sentían su pérdida.Tengo que decir, que no puedo estar deacuerdo con las personas que sienten alegría por una pérdida humana, pero sí que comparto la opinión de no lanzar frases cariñosas hacia alguien que se mostró impasible con la situación de los ciudadanos de ese país que otros dicen defendían.
A medida que pasa el tiempo, que leo, que investigo y examino ciertos temas, más lucho y pongo de manifiesto el poder fáctico existente en España, entre los que se encuentran como no las entidades financieras. El Banco Santander era y es, una de esas "grandes superficies" de gobierno que sin ser elegidas democráticamente, maneja muy a su antojo diversos temas que afectan al conjunto de Españoles que sufren diariamente los azotes de la crisis.
El Sr. Botín, al que se le despedia verbalmente casi con honores de Estado, amasó una fortuna a base de freír a sus usuarios a comisiones ilegales, esas comisiones reclamables ante la misma entidad, y que de no ser efectivamente contestadas, se pueden enviar al BDE. Pero nos encontramos con que en la mayoría de casos, este Señor y su entidad salían indemnes por la influencia económica que ejercía entre los partidos de gobiernos que comprado su silencio, ponían cara de tontos y a callar.
No solo la fortuna y los beneficios de Botín mediante comisiones ilegales quedarán como recuerdo. También ser el Presidente del Banco más implacable con los desahucios quedará para los anales. En un situación drámatica -por si alguno no la quiere ver, le puedo decir que es así- como siempre, anteponía la ganancia. No pensaba en esos Españoles que de un día para otro se ven sin trabajo y sin dinero, y que no pueden hacer frente a la hipoteca, y por lo tanto, no defendía España, porque defender a España, no solo es tener muy bien aprendida la física y geografía de un mapa, es luchar por los que nacieron dentro de esas fronteras e intentar ayudar, sumar y buscar un consenso de bienestar.
Por último, y con este tema voy a ser muy breve, quedan también fuera de esa España tan querida por este patriota, los miles de millones que supuestamente hay depositados en paraísos fiscales y que no contribuían precisamente, a mejorar nuestra España.
Desconozco de que color sería el corazón de Botín, pero lo que si puedo asegurar, es que Santander...era lo único rojo en su vida.