Ahora resulta que no era un millón sino 10.000 euros la fianza impuesta a Manuel Fuentes, --ver la anterior entrada—, se ve que los hados no han sido propicios a quien escribió la fianza.
¡Y una leche! Pero, hay que ser burdo para urdir una historieta como ésta. O sea que después de más de dieciocho horas, donde afortunadamente ha habido presión desde la blogosfera de IU y en Facebook, reconocen que es un lígero error. No se lo creen ni de coña.
La verdad no saldrá nunca a la luz. Según el que suscribe, el cuento de lo ocurrido ha sido que la señora jueza presuntamente dictó esta fianza escandalosa y al ver la reacción fuerte que se ha producido de solidaridad con un alcalde honrado hasta la médula, alguien, a lo mejor el CGPJ o vaya usted a saber quién, ha cogido el teléfono y ha dicho: Esto hay que arreglarlo es un escándalo. Y ¿cómo?, pues decimos que ha sido un error mecanográfico, y la próxima vez, más cuidadito.
Claro que esto que cuento es un cuento, y como tal, sólo una presunta realidad, así es que no me hagan mucho caso. Probablemente le echarán la culpa al becario, y es que los becarios de hoy no van a estudiar mecanografía como hacíamos en mi tiempo. Y así, se le ha quedado encasquillado el dedo en la tecla del cero.
¡Lo que hay que tragarse!
Por cierto, el hecho sigue siendo grave, ahora ya no irá a prisión Manuel Fuentes, pero es el primer caso en el que a alguien que para la corrupción, por unas declaraciones de un presunto corrupto, le imputan y además le imponen una fianza importante, porque no olvidemos que 10.000 euros para Manuel deben ser algo así como 1.000.000.000 para El Pocero, por lo menos.
Y del susto ¿quién se hace responsable?
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