Si las relaciones familiares sanguineas a veces se complican imáginense, bah, ya lo deben saber de sobra, como se dificultan con las políticas. Yo tengo ganas de gritar, como hubiera gritado sin ningún empacho mi abuela: éramos pocos y parió mi abuela (valga, les juro que sí, la redundancia y la rebundancia; también) porque arribó a casa un yerno. y no era que éramos pocos. Porque somos la jefa del hogar, ergo eu, la que suscribe cuesta nota, la hermana mayor, de la que se puede decir: (como diría Franchela) pero si es una nenaaaaaaaaaaaaaaaaaaa, 16 años y con muchas lecciones atrasadas de: más respeto que soy tu madre. Un chuky san de siete, que ya le confiesa a la hermana mayor que está enamorado, un gato patrimonio familiar: sr Franello y por si fuera poco una amiga conviviente más su gata. Así que imaginénse…Pero bueh…por hoy recién termino de escribir. Sigo pretendiendo ser mujer, madre, y periodista, ah y ahora me toca ser suegra…Los dejo con la intriga hasta mañana. Mientras tanto los despido con una sugerencia: que no se pierdan, mañana por la mañana, a pocos meses del arribo, la conclusión de mi yerno en: mi vida con mi yerno…