Revista Humor

Eran las once de la noche

Por Jerjes Ascanio
Eran las once de la nocheLa única luz que había encendida en la casa era la del cuarto de de la mamá. El papá se había ido en un viaje de negocios y no regresaría hasta la siguiente semana.
Pero la mamá, en cambio, nunca salia de la casa. No trabajaba, no visitaba a sus amigas y todo el día estaba en su cuarto atragantándose de pastillas y mirando la televisión.Afuera, él, temblando, más de miedo que de frió y contando los segundos hasta que la señora se quedara dormida para poder entrar.Tenia que tomar las llaves en el matero donde se las había dejado su novia y meterse de una vez por todas en la casa. La meta, acabar con la ansiedad que lo atormentaba hacia más de dos horas.¿Mañana no tienes que pararte temprano mami?. Preguntaba ella a su mamá fingiendo ternura y desinterés.En realidad a la niña lo que le provocaba era descargarle un trancazo o hacerla tragar varios calmantes para ver si de una buena vez se quedaba dormida y dejaba de cabecear frente a la azulada luz de la televisión.¿Me harías un favor mami?. ¿Me levantas mañana temprano?, es por si me quedo dormida, insinuaba ella. Ni aun así se dormía la señora.Él ya estaba cansado de esperar afuera. Las ganas se convertían en un problema y los deseos de compartir con su novia en la tierna y caliente camita casera apremiaban.Ellos habían decidido meterse en el cuarto de ella después de meses de posponer el encuentro. Esto solo por no tener un lugar donde hacerlo.Si eres menor, al hotel no entras. Además, la señora esa tenia sometida a la novia. En la casa de él, tres hermanos, la abuela y un loro, nunca salen. Es imposible hacerlo ahí.Él pensaba sobre la envidia que le daba su amigo. Su mamá es buena gente, esa señora dice que prefiere la seguridad de la casa antes de que estén cometiendo un disparate quien sabe donde.Él, ahora se siente como un damnificado del sexo. Lo peor, es que no puede estrenar el condón...

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