La cinta es la opera prima de Eddie Huang, director de origen taiwanés. Se sirve de su propia cultura y experiencia para narrar las dificultades de los asiáticos en el “país de la libertad”. Un dato interesante, es la aparición, como uno de los personajes principales, de Pop Smoke. Un rapero estadounidense que murió en febrero del año pasado después de que unos ladrones le dispararan al asaltar su casa.
Érase una vez en Queens cuenta la historia de Boogie, un joven taiwanés que se ha cambiado de instituto para jugar en el equipo de baloncesto y tener más posibilidades de conseguir una beca universitaria. El personaje tendrá que lidiar con problemas familiares, afectivos y personales que determinarán su futuro. En general, es una referencia al mitificado “sueño americano”. Desmonta el mito, concibiendo la dificultad que supone triunfar en un sistema que segrega a las personas. Hay un diálogo bastante esclarecedor acerca de la inferioridad de las culturas que conviven en Estados Unidos.
En cuanto al guion, no es nada que no se haya visto antes en el cine de deportes. Con la típica estructura de conflicto y resolución. Para acabar con el triunfo del personaje principal. Hemos podido comprobar películas mejores en el género. No se hace tediosa y mantiene el entretenimiento a lo largo de todo el metraje. El espectador quiere seguir comprobando el devenir de la historia del protagonista. Pero, hay momentos en los que la calidad disminuye: los flashbacks o el romance del protagonista (muy tópico).
El estilo visual es bastante videoclipero, con un montaje de escenas al ritmo de canciones de rap inglés y planos atractivos. El problema es que este tipo de montaje se utiliza en exceso y llega a ser reiterativo hasta cansar. No es problema de la música, sino que ya no sorprende y genera cierta artificialidad. Sin embargo, resaltar ciertos primerísimos primeros planos de los ojos (pocas veces) que ocupan toda la pantalla y atrapan. Gana mucho cuando sucede esto porque la cámara desnuda a los personajes y capta su naturaleza.En conclusión, es una película que cumple con lo que promete. No va más allá del típico discurso de superación y de cualquier otra historia de madurez. Pero sirve como entretenimiento. Sin embargo peca de superficialidad.
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- ##check## Lo bueno
- Muestra la cara de una parte de la sociedad muchas veces oculta.
Es entretenida.
Ciertos planos cortos de los ojos que consiguen calar durante el visionado. - ##times## Lo malo
- Cae en la redundancia y en el relato manido y tópico.
Flashbacks y escenas innecesarias, que podrían haberse evitado.
Abuso del montaje musical.
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- Ambientación 7.0
- La cinta es capaz de recrear de forma muy realista el ambiente de los suburbios de Queens. La música callejera, junto con las localizaciones confieren ese carácter de pobreza de los barrios obreros.
- Desarrollo de Personajes 5.0
- Quizás sea uno de los aspectos donde flaquea. No hay una gran evolución en los personajes. Tampoco te identificas con ellos, todo sucede en la pantalla sin que te emocione o te involucres sentimentalmente.
- Argumento / Guión 6.0
- Deconstruir el mito del “sueño americano” siempre es interesante. Pero, la historia de superación que acompaña y guía el relato es tópica y sencilla. Todo sucede de forma que lo puedes anticipar.
- Entretenimiento 7.0
- Si aprecias el cine deportivo, la película te mantendrá pegado a la butaca. Por el contrario, si buscas un relato más íntimo no lo encontrarás. Se hace liviana y corta. Un punto a su favor.
- Montaje / Innovación técnica 5.5
- Sucesión de montajes musicales que de vez en cuando funciona, pero que llega a cansar por su uso frecuente. La iluminación y la fotografía tiende más a un estilo gratuito, sin ser del todo negativo.
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- Puntuación Total 6 / 10






