Pero el segundo ataque vino perpetrado por hordas de viruses malos, malísimos. Los pocos que quedaron de la primera batalla se habían camuflado, quedándose en la retaguardia para la llegada de los nuevos contendientes. La refriega comenzó a mediados de semana. Los niños caían uno detrás de otro. Y la petite no quedó atrás. Es solidaria hasta para compartir virus. Comenzó a arderle la frente. Temperaturas altas de 39 grados. No hubo aviso. Ni preaviso. Fiebre. ¿porqué? ¿Los síntomas de tos y moqueo de nariz os suenan de algo? ¿Sí? ¿Lo acabáis de leer? No me digáis... Pues ahí estaban, los viruses que pensábamos que habían caído todos en el campo de batalla hacía apenas una semana y media, volvían a atacar. Y el acoso al que nos tuvieron expuestas fue mortal de necesidad. Además de los síntomas de fiebre, tos y moco, se juntaba la impertinencia de niña malita y los lloriqueos de mimos y mamitis a partes iguales. Pero atacamos sin piedad. Apiretal y Junifen. Doble concentrado. A partes iguales. Ahora uno, ahora otro. Los viruses no daban abasto. Seguían atacando sin piedad. Bajaban la supervisión de la retaguardia unos cuantos minutos, que se centraban en apenas unas décimas de fiebre de menos. Y volvían a la carga. Así cuatro interminables días, sin fin de semana de por medio. Ale. Para que vuelvas, mamá. Diagnóstico: proceso vírico. Al ver que la fiebre no bajaba, y sólo por tranquilidad del frente materno, decidimos acudir a la hechicera del reino con un fuera de hora. Indicó lo que ya conocíamos, pero cumplió su objetivo. Niña buena, unga chaca, un par de palmaditas y vuelta de nuevo a casa, no vaya a ser que me deje los virus en la consulta. Así que, lavados nasales, apiretal e ibuprofeno, sin necesidad de antibiótico. Sueños y más sueño. Agua y teta. Y al quinto día sanó. La fiebre fue vencida. La tos remitió. Los mocos han ido saliendo. Y ahora, tememos el próximo frente: la salida de dos muelazas en ambas encías inferiores. Seguiremos narrando...
PS. Yo no tengo fiebre. El relato estrambótico ha salido por sí solo.