Dos días. Dos, llevaba la petite sin hacer caca. Debía de tener dos meses, o a punto de cumplir los tres. Pasó una buena mañana. Y comenzó su tarde infernal. Lloraba y lloraba sin cesar. No quería cuna, no quería brazos, ni boca arriba, ni boca abajo, nada. Hasta que el padre decidió meterla en el carro y sacarla al parque, a airearse. (¿la petite o él?)
Yo salí con la mayor y el perro a dar una vuelta canina.
A la vuelta, decidimos que era la hora del baño, y mientras ayudaba a la mayor a quitarse la ropa, el padre hacía lo mismo con la pequeña... La llevó al baño, puso la música, y volvió al cuarto a quitarle el pañal. De camino al baño, se oyó un gran "viento" (que diría mi madre) y un "¡no!" paterno.
La escena fue: padre con los brazos extendidos con la niña en alto, y la camiseta llena de caca, y el suelo, y el pantalón, y los zapatos.
No le dije "¿ves, te dije que el problema era que no había hecho cacas" porque me eché a reír. Después durmió estupendamente. Y no ha tenido ningún momento de cólico más en todo su primer año.