Revista Diario

Erase una vez... Un mote divertido

Por Bergeronnette @martikasprez
Genoveva mayor y Genoveva pequeña. Danièle e Yvette. L'aînée y la petite. La mayor tuvo un montón de apodos desde bien pequeña: yo comencé llamándola grillito y "ma puce". Este último es una expresión cariñosa que se emplea mucho en Francia. El padre le puso también los suyos: Ahora se ha quedado con el diminutivo de su nombre: Dani. Prefiero el diminutivo antes que la llamen Daniela. Porque su nombre es Danièle, en francés. Y aunque vivamos aquí, ella también tiene nacionalidad francesa, y su nombre es francés. Vale que algunas personas la llaman pronunciando la última sílaba: "Daniélé", pero es para diferenciarla de otros chicos. Y la pequeña, como siempre, es la que no tiene ni apodo. Hasta que salió el Genoveva.
La historia es sencilla, en mi familia son muy dados a cambiar el nombre, que si Toribio por aquí, que si Pancracia por allí... Y algo se me ha pegado. Escogí Genoveva, porque es un nombre con fuerza, y porque el santo se celebra el mismo día que nació mi madre. Así que Yvette comenzó a ser Genoveva, y poco a poco, su hermana fue siendo Genoveva mayor.
Eso sí, la mayor llama a su hermana muchas veces "Yvecita". (de oírselo al padre) Erase una vez... Un mote divertido
Et voilà, l'histoire de mes Genevièves.

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