Ahora en primavera nuestros Erasmus resurgen y
nos cuentan sus diversas y coloridas historias...
sus expectativas y experiencias en tierras gaditanas...
El Erasmus es algo difícil de describir porque es sobre todo una experiencia personal y que puede ser muy distinta de una persona a otra. Pero voy a intentar explicarlo en general como lo vivo y entonces, con mi subjetividad.
El Erasmus primero permite tener nuevas experiencias, permite vivir de otra manera, permite cambiar el personaje que hemos construido con toda una vida de costumbres. Por ejemplo, tienes que vivir en un piso compartido, en comunidad, o para ciertas personas, es la primera vez que tienen que ir de compras o limpiar sus ropas.
Segundo, en mi opinión, el Erasmus es un viaje que puede ser muy paradójico: que es un momento con muchas libertades y responsabilidades, con muchos encuentros pero con los peores momentos de soledad, con momentos muy felices y momentos muy tristes.
Tercero, es que tienes que darte cuenta de que no es la realidad: es un paréntesis y no puedes seguir viviendo así durante toda la vida, es por eso que es un viaje tan increíble porque tienes que aprovechar, porque es una vez en la vida y además es muy corto.
Cuarto, tengo que hablar de la organización, del montón de papeles y de firmas que necesitas y creo que eso puede desanimar a ciertos estudiantes. Por ejemplo, para cambiar mi elección de asignaturas, he tenido que enviar tres veces papeles a Bélgica para obtener las varias autorizaciones. Pienso que el Erasmus es la imagen de una Europa que se dice unida pero que es muy heterogénea y que tiene que proponer un sistema internacional más elaborado.
Para concluir, el Erasmus, como muchos grandes viajes, permite cambiar la manera de pensar, las costumbres, invita a superarse. Espero salir engrandecido de esta experiencia.
Infinitas experiencias...
51 estudiantes Erasmus participan en Emplazados por el Doce,
enviando fotografías, tomadas el 19 de marzo en plazas de 15 países
Siguiendo los pasos del Erasmus original...
Erasmus fue notable científico de su época y figuró entre los médicos británicos más reputados. El propio rey Jorge III le pidió incluso que se convirtiera en su médico de cabecera. [...]
El caso es que a Erasmus le iban más otras cosas. Permaneció en Lichfield (Staffordshire) y compaginó la Medicina con una acendrada vocación científica, destacando en Física, Química, Geología y, en general, todos los aspectos de la Biología. Además fue aceptable poeta en lengua inglesa, algo poco meritorio pues es idioma fácil de rimar. (Lean traducida cualquier letra de los Beatles y me cuentan). Lo notable es que Darwin escribió poemas sobre temas científicos, Botánica especialmente.
Gran investigador (suya es la frase "un tonto es aquel hombre que nunca ha realizado un experimento") se adelantó a su tiempo y pronto cabreó como una mona a la iglesia; algo que sólo había hecho antes gentuza como Copérnico. Tal trayectoria familiar la remataría su nieto; Charles Darwin, enunciando la Teoría de la Evolución.
Lo mejor de Erasmus era que amaba gozar de la vida. Tuvo dos esposas, una amante entre ambas y dejó catorce hijos. Le pirraba comer y beber. Tanto, que hizo abrir un semicírculo en la mesa del comedor, para encajar su orondo estómago en el rebaje y seguir poniéndose cianótico.
De modo que, si ven por ahí de jarana a chavalitos guiris, desmadrados y mamados, piensen que andan honrando a su patrón.
(P.S.: Esto último es falso. ERASMUS es el acrónimo de European Region Action Scheme for the Mobility of University Students, o Plan de Acción de la Comunidad Europea para la Movilidad de Estudiantes Universitarios. Pero no sólo capillitas y beatonas van a tener santos).