Recep Tayyip Erdogan, primer ministro y hombre fuerte de Turquía desde 2003, ganó ayer 10 de agosto las primeras elecciones presidenciales que celebra el país, sin necesidad además de ir a una segunda vuelta. Con el 51,8% de los votos se imponía a los otros dos candidatos: Ekmeleddin Ihsanoglu que obtuvo el 38,4% y el kurdo Selahattin Demirtas el 9,8%.
Logo de la campaña presidencial de ErdoganDesde 2003 en la jefatura de gobierno y dirigiendo el AKP (Partido de la Justicia y el Desarrollo, islamista conservador) Erdogan había sido previamente alcalde de Estambul entre 1994 y 1998 pasando posteriormente 4 meses en la cárcel por recitar un poema islámico. Desde 2003 ha ido aumentando su poder, sobre todo a costa del ejército, hasta entonces auténtico árbitro en la política turca y garante de la laicidad del estado. Favorecido por una oposición débil y dividida (kemalistas socialdemócratas laicos por un lado, nacionalistas turcos por el otro), ha ganado hasta en 3 ocasiones las elecciones legislativas por mayoría absoluta (2002, 2007 y 2011). A su favor ha tenido a las clases medias turcas, cuyo poder adquisitivo ha ido aumentando durante el “reinado” de Erdogan y que han abrazado el conservadurismo religioso del primer ministro, a los kurdos, castigados durante décadas por el nacionalismo kemalista, y a las clases bajas, embaucadas por el discurso populista del AKP. Los buenos datos económicos (ha pasado a ocupar el puesto 15 en el ranking de economías mundiales, 4% crecimiento en el primer trimestre de 2014, 9% de paro) han sido determinantes.
Imagen del escrutinio con los 3 candidatosErodogan, obligado por ley a sólo 3 mandatos como Jefe de Gobierno, ha querido continuar su carrera política desde la presidencia y por tanto llegar a 2023, centenario de la fundación de la Turquía moderna, como hombre fuerte del país y como dirigente turco que más tiempo ha permanecido en el poder. Para ello tenía que ganar estas elecciones y dentro de 5 años reeditar la victoria para un segundo mandato presidencial. Aunque en Turquía el cargo presidencial es más ornamental que otra cosa (aunque puede vetar leyes, nombrar jueces y convocar reuniones de seguridad nacional) Erdogan tiene como objetivo reformar el sistema político turco para pasar a ser un sistema presidencialista como el de EEUU o semipresidencialista como el de Francia. Para ello pretende seguir controlando el AKP desde la presidencia y colocar a alguien manejable en la jefatura del gobierno. Los principales analistas apuntan al socio histórico de Erdogan, Abdullah Gul, Presidente del país desde 2007, como próximo primer ministro turco. A pesar de la represión surgida tras las protestas de jóvenes en Ghezi (Estambul) que estalló en el verano de 2013 y los últimos casos de corrupción que afectaban directamente al entorno de Erdogan, este ha conseguido su mayor victoria en las urnas. Por el camino Erdogan ha perdido el apoyo de los sectores más liberales de la intelligentsia turca y del poderoso movimiento religioso reformista liderado por el iman Fetulá Gülen, ahora enemigo número 1 de Erdogan. Figura que concita odios y amores a partes iguales, las encuestas demuestran una auténtica polarización al 50% de la sociedad turca en torno al hasta ahora primer ministro.
Los otros dos candidatos tenían muy pocas posibilidades de obtener la victoria. Ekmeleddin Ihsanoglu Secretario General de la Organización para la Cooperación Islámica entre 2004 y 2014 es un intelectual y diplomático turco relativamente conocido en el país, aunque muy lejos de alcanzar la popularidad de Erdogan. Era el candidato de la mayor parte de la oposición, principalmente del Partido Popular Republicano (socialdemócrata kemalista, principal partido de la oposición) y el nacionalista Partido del Movimiento Nacionalista (tercera fuerza en el parlamento turco). Selahattin Demirtas era el candidato de la minoría kurda, apoyado además por el Partido Popular Democrático (socialista, feminista, pro-minorías) surgido en torno al partido kurdo de la Paz y la Democracia (cuarta fuerza en el parlamento turco). Demirtas además ha sido apoyado por los principales partidos y movimientos de la izquierda turca y kurda. A pesar de quedar tercero, el 9,8% de los votos ha sido interpretado como una pequeña victoria ya que es el mejor resultado obtenido por un candidato kurdo y alternativo. Geográficamente Erdogan ha ganado en sus feudos tradicionales (Estambul y el interior anatólico), Ihsanhoglu en los feudos kemalistas (costa Egea) y nacionalistas (costa sur) y Demirtas en las provincias de mayoría kurda (sudeste del país). La participación fue del 74%; en las últimas generales de 2011 fue del 83,2%.