El film Eréndira Ikikunari -la que no se deja, la indomable-, escrita y dirigida por el cineasta Juan Mora Catlett (Retorno a Aztlan, 1998; Recuerdos de Juan O’Gorman, documental 1984) protagonizada por Xochiquetzal Rodríguez, hablada en lengua purépecha y filmada en locaciones de Michoacán, pone en escena la leyenda de Eréndira -mañana risueña-, una joven mujer indígena purépecha que, durante la conquista de México en el siglo XVI, robó un caballo a los europeos y lo montó en la guerra contra ellos: “El caballo, para los indígenas de los pueblos mesoamericanos y específicamente para los purépechas, era un monstruo mitológico, Eréndira lo roba, aprende a montarlo e inicia la guerra contra los invasores. Es una historia importante no sólo en el sentido de la anécdota sino como ejemplo reflexivo del papel de la mujer mexicana en la historia y en la actualidad, donde se le sigue coartando su desarrollo como ser humano, hacerlo con este personaje que no es ficticio ni inventado es increíble“, afirma el director sobre uno de los aspectos importantes de su obra. (Más info. en artic. en La Jornada)
La leyenda de Eréndira cuenta la historia de una joven e intrépida mujer indígena que se levantó en armas contra los conquistadores españoles durante el siglo XVI. Esta mujer pertenecía a los purépecha, un grupo indígena que vivía en la región de lo que hoy es el estado de Michoacán. Cuando estaba a punto de contraer matrimonio, Eréndira desafía las convenciones sociales de su gente rehusándose a casarse, y solicita en cambio, unirse a la lucha contra los invasores españoles.
Normalmente la guerra estaba reservada a los hombres, pero existía en la memoria de los purépecha el precedente de una mujer que había participado valientemente en luchas anteriores contra otros grupos indígenas. Por esa razón, su tío y jefe le permite acompañarlos al encuentro con los españoles.
Durante un encuentro armado, Eréndira logra robar un caballo de los españoles. Para los indígenas, que nunca habían visto semejantes animales, estos “ciervos sin cuernos” resultaban temibles. Cuando Eréndira aprende a montarlo y usa su recientemente adquirida habilidad contra los opresores, su audacia la convierte en un importante icono de fuerza y rebelión.
Para capturar el sabor de la cultura purépecha, la historia fue tomada de un códice precolombino que cuenta la historia de este pueblo indígena.
En su intento por capturar la óptica indígena, el filme sorprende con sus exuberancias visuales y una representación no idealizada de los indígenas que resulta refrescante. También es de destacar que la película fue rodada en el lenguaje nativo de los purépecha. Si bien el video está disponible con subtítulos en inglés y español, el hecho de que esté hablada en un idioma indígena facilita que los espectadores se acerquen a una realidad tan foránea. (reseña tomada de aquí)
Una entrevista al director Juan Mora en CinemaNet (21 mayo 2007)
Culmino así, y por ahora, esta “trilogía de cine de verano” iniciada con El Guardián de los Sueños, seguida por Corazón del Tiempo y concluida aquí con Eréndira Ikikunari.