La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda limitar el consumo de sal a menos de 5 gramos al día, el consumo de grasas saturadas a un 10% de la ingesta calórica diaria y el de azúcar a menos de un 10% para una persona con peso saludable que ingiera 2.000 calorías diarias.
¿Cumplimos fácilmente esta ingesta o nos cuesta?
"Cuando leemos estas cifras, muchos que cuidamos nuestra alimentación y la de nuestra familia pensamos que lo estamos haciendo bien. No le ponemos azúcar al café ni a la leche que nuestros hijos toman por la mañana, no tomamos bollería sino galletas de avena que son más sanas y de postre no elegimos dulces sino un yogurt con L-casei para tener nuestras defensas fuertes. Sin embargo, si miramos las etiquetas de estos productos nos daremos cuenta de que ya en el desayuno superamos la ingesta de azúcar que recomienda la OMS", asegura Noelia Jiménez, responsable de la app Qué Puedo Comer, que ayuda a personas alérgicas, celiacas y con otras intolerancias alimentarias e incorpora información nutricional para ayudar a quienes quieren controlar el consumo de azúcar, grasas saturadas y/o sal.
Si revisamos lo que nuestro hijo come a lo largo del día, seguramente nos sorprenderemos. Es bastante común que un niño español desayune un vaso de leche con cacao, un zumo de frutas y unas galletas o cereales. Sólo el zumo, si es el clásico de tetra brik que encontramos en cualquier supermercado ya nos aporta 10 gramos de azúcar por cada 100 mililitros, es decir, que en un vaso de unos 250 mililitros nos tomamos casi 23 gramos de azúcar. El cacao en polvo también tiene azúcar añadido, si ponemos 2 cucharaditas, unos 10 gramos, estaremos añadiendo 15 gramos de azúcar. Por último, si tomamos 8 galletas María estaremos sumando 8 gramos de azúcar y si optamos por cereales ingeriremos 18 gramos de azúcar. Es decir, solo en el desayuno nuestro hijo está tomando entre 46 y 56 gramos de azúcar cuando lo recomendable son 25 gramos al día.
Si repasamos el resto de comidas probablemente también encontremos más azúcar del que esperamos. Lo mismo ocurre con las grasas saturadas y la sal. ¿Es imposible llevar una alimentación sana?
Para que los ciudadanos tengamos más información, el 13 de diciembre de 2016 entró en vigor en España la nueva ley de etiquetado que obliga a indicar las cantidades de grasas, ácidos grasos saturados, hidratos de carbono, azúcares, proteínas y sal que contiene cada producto. Y es que hay que leer bien las etiquetas para saber cómo estamos alimentando a nuestros hijos o qué estamos ingiriendo en cada comida. Además, según los Presupuestos para 2017, el Gobierno gravará las bebidas azucaradas, una medida que ya se aplica en países como Reino Unido, Dinamarca, Finlandia, Francia, México y Hungría.
La aplicación Qué Puedo Comer intenta facilitar la tarea de la compra en el supermercado incorporando a su base de datos información nutricional para ayudar a quienes quieren controlar el consumo de azúcar, grasas saturadas y/o sal. La app cuenta con más de 20.000 productos con el objetivo de que el consumidor conozca lo que compra. Además, la aplicación permite ordenar los productos en un ranking por categorías de manera que el usuario pueda conocer otras alternativas con menos azúcar, sal o grasas.
"Con el escáner de código de barras, que ya funcionaba para encontrar alimentos aptos en función del perfil de alergias e intolerancias alimentarias, el usuario podrá conocer en el momento el puesto que ocupa un paquete de galletas, por ejemplo, en el ranking de 'Bollerías y galletas' y así poder comparar y ver otras alternativas", asegura la responsable de la app.
Qué puedo comer está disponible en Apple Store y Google Play contando ya con más de 40.000 descargas e incluye información sobre puntos de venta y descuentos de productos aptos para personas alérgicas, celiacas y con otras intolerancias alimentarias.