Revista Cultura y Ocio
¿Qué es lo que hace juvenil a un libro juvenil? ¡Opina! Hay una regla no escrita que dice que, una vez cumplido los 30, no tienes edad para hacer ciertas cosas: no tienes edad para andar leyendo manga, no tienes edad para divertirte viendo dibujitos, ni tampoco tienes edad para salir con gente más joven que tú. La edad parece establecer unas normas de conducta en nuestra sociedad, sobre todo relacionado con lo que nos gusta o deja de gustar. Si lo dejamos, la edad nos dicta qué debemos leer y qué no. Y entre las cosas que no debemos leer, se encuentra la Literatura Juvenil. ¿Para algo es juvenil, no?
¿Pero, qué es "juvenil"? No sé si estará bien o mal, o si la gente se me echará encima por la calle si me ve haciendo algo "no adecuado" a mi edad, pero tengo claro que, cuando tenga 30, cuando tenga 40, o hasta 50, seguiré leyendo lo que me de la gana. Seguiré soñando y seguiré haciendo buenas migas con jóvenes lectores que habrán devorado las sagas que yo también habré disfrutado. Eso lo tengo claro no, clarísimo. Pero, ¿qué me decís sobre ello? ¿Cuál creéis que es la edad universal de la Literatura Juvenil? Muchos me diréis: la literatura no tiene edad que, por otro lado, es una gran verdad, pero en modo de anécdota, os contaré que he visto muchas veces en comentarios (a mí mismo me lo han dicho y eso que yo no paso de los 25) "que no se tiene la edad adecuada" para criticar un éxito de literatura juvenil que a mí, personalmente, me ha parecido un truño infumable. ¿Se tiene la edad adecuada para leerlo si te gusta pero, si no te gusta, pueden tacharte de "viejo" para el libro? Es uno de los recursos más usados para refutar una crítica negativa de un libro juvenil, lamentablemente.
Luego tenemos a los "catalogadores". Es gente que se emperra en catalogar los libros en una edad y que no le da casi margen a la literatura juvenil. Si la protagonista o el protagonista de un libro juvenil tiene más de 20, el libro deja de ser juvenil al instante. ¿Por qué? Los que tenemos 20 años también somos jóvenes. ¿Qué es lo que hace a un libro ser juvenil? ¿Tener los tópicos prediseñados para convertirse en un éxito? ¿Ser una distopía? ¿Tener romance a primera vista, nada creíble y mal desarrollado? ¿Contar una aventura de fantasía? Todas estas cosas también se encuentran en los libros para adultos: Los tópicos nacieron de libros prediseñados para que los adultos disfrutaran con la lectura; las distopías tienen un origen muy vinculado con la crítica social de intelectuales hacia sus respectivos países; el romance mal desarrollado es un mal general de las prisas... Entonces, ¿qué hace a un libro ser juvenil? ¿Cómo pueden, estos catalogadores, estar tan seguros de las etiquetas que ponen?
Yo creo que la LIJ se caracteriza por ser ágil, por ser igual a las novelas adultas pero más centradas en los sentimientos (algunas) de los protagonistas adolescentes para que el lector pueda sentirse identificado. Pienso que el lector no tiene por qué ser adolescente, porque todos tenemos recuerdos de las etapas pasadas de nuestra vida y queremos recordarlas. Estos libros nos cuentan historias con su toque paranormal, con su toque realista, con su toque romántico, pero no dejan de ser sueños que todos podríamos haber tenido. Creo que la LIJ es un tipo de literatura hecha para disfrutar. Algunas nos hacen pensar, pero siempre nos entretienen y nos ayudan a sobrevenir el día a día. Lamentablemente, como todo, esta literatura también se masifica y se llega a publicar mucha roña en países lejanos como EEUU, dejando de lado otros mundos imaginarios que, tal vez, tienen más que aportar. Pero, sin embargo, creo que la LIJ es sobre todo, disfrute, enseñanza y una puerta abierta a la imaginación.
Eso me lleva al título de este artículo: ¿hay una fecha de caducidad para nuestra imaginación? ¿Debemos tener una edad para creer en hadas y dragones? ¿Tenemos que dejar de leer literatura juvenil una vez pasada nuestra adolescencia? Si la respuesta a todo esto es "NO", ¿por qué hacemos distinciones entre una literatura y otra si, al final, todo es lo mismo y nace para lo mismo: nuestro disfrute? Hace poco leí en un artículo, la noticia de que Joel Stein, un columnista de New York Times, un supuesto profesional de las letras, un periodista íntegro, se reía cada vez que alguien no cercano a los 20 sacaba su Harry Potter del bolso. Y donde digo Harry Potter, podéis poner cualquier título lijero, faltaría más. ¿Qué significa esto? Significa que, gran parte de la sociedad, piensa que la edad es un equivalente a "aburrimiento", a "amargura", a "muerte". Si ya tienes 30, no puedes leer Harry Potter; ni Crepúsculo, ni mucho menos "Los Juegos del Hambre". A este señor le parecía mal que un adulto leyera estos libros porque eran "para niños", pero sí le parecía bien que, supongo, ese mismo hombre sacara de su bolso "El señor de los anillos", "Entrevista con el vampiro" o "Fahrenheit 451". Y yo me pregunto, si fuera el caso, ¿qué diferencia habría? Yo sólo vería a un hombre disfrutando con un buen libro.
Creo que separar los libros por edades contribuye a esta discriminación y la falta de interés total de algunas mentes "poco privilegiadas" por la diversidad y la amplitud de mundos lo pone aún más complicado. Si todo fuera "literatura", sin más, estas cosas no pasarían. No habría manera de decir: "Es que estás leyendo libros "para niños" y tú no tienes edad". No habría manera de decir: "ese libro está recomendado para edades entre los 13 y 18 años y tú hace lustros que los dejaste atrás. ¡Madura!". Todos somos diferentes: hay niños de 12 años que son capaces de leerse Juego de Tronos y disfrutarlo más que Harry Potter. Los expertos dirían que no, que Harry Potter ES adecuado para su edad y Juego de Tronos NO. Pero es que los expertos NO saben cómo es ese niño de 12 años. No saben de su vida, ni de sus gustos, ni de su desarrollo mental. Igual ocurre con los adultos: hay adultos que no quieren amargarse, hay adultos que no están dispuestos a aburrirse leyendo un libro que les resulta demasiado floriteado (como algunos clásicos o ensayos filosóficos), hay adultos que quieren recordar cómo eran de jóvenes y quieren vivir una y otra vez una aventura que va al grano, que se lee fácilmente y que se disfruta siempre a partes iguales. También hay jóvenes que se aburren con los libros juveniles de hoy en día, en el que sólo parece primar el amor y no hay variedad o color. ¿Por qué no dividir la literatura por colores, por soñadores, rústicos, y demás criaturas que pueblan nuestro mundo? ¿Por qué no nos inventamos una etiqueta menos discriminatoria y más universal para un arte tan potente como es la literatura?
Con esto quiero llegar a la conclusión de que cada uno es un mundo y la literatura no debería estar reservada a una etiqueta que va junto a nuestra edad. La literatura debería ser para todos y no debería haber distinciones para unos y otros. No debería primar "cuánto" sino "cómo". En la librería, el librero no debería preguntar: "¿cuántos años tiene su hijo/a?", sino "¿cómo entiende la vida, qué es lo que le apasiona?". Y creo fervientemente que jamás se es demasiado viejo para creer en hadas y en dragones. Jamás se es demasiado viejo para soñar.
¿Pero, qué es "juvenil"? No sé si estará bien o mal, o si la gente se me echará encima por la calle si me ve haciendo algo "no adecuado" a mi edad, pero tengo claro que, cuando tenga 30, cuando tenga 40, o hasta 50, seguiré leyendo lo que me de la gana. Seguiré soñando y seguiré haciendo buenas migas con jóvenes lectores que habrán devorado las sagas que yo también habré disfrutado. Eso lo tengo claro no, clarísimo. Pero, ¿qué me decís sobre ello? ¿Cuál creéis que es la edad universal de la Literatura Juvenil? Muchos me diréis: la literatura no tiene edad que, por otro lado, es una gran verdad, pero en modo de anécdota, os contaré que he visto muchas veces en comentarios (a mí mismo me lo han dicho y eso que yo no paso de los 25) "que no se tiene la edad adecuada" para criticar un éxito de literatura juvenil que a mí, personalmente, me ha parecido un truño infumable. ¿Se tiene la edad adecuada para leerlo si te gusta pero, si no te gusta, pueden tacharte de "viejo" para el libro? Es uno de los recursos más usados para refutar una crítica negativa de un libro juvenil, lamentablemente.
Luego tenemos a los "catalogadores". Es gente que se emperra en catalogar los libros en una edad y que no le da casi margen a la literatura juvenil. Si la protagonista o el protagonista de un libro juvenil tiene más de 20, el libro deja de ser juvenil al instante. ¿Por qué? Los que tenemos 20 años también somos jóvenes. ¿Qué es lo que hace a un libro ser juvenil? ¿Tener los tópicos prediseñados para convertirse en un éxito? ¿Ser una distopía? ¿Tener romance a primera vista, nada creíble y mal desarrollado? ¿Contar una aventura de fantasía? Todas estas cosas también se encuentran en los libros para adultos: Los tópicos nacieron de libros prediseñados para que los adultos disfrutaran con la lectura; las distopías tienen un origen muy vinculado con la crítica social de intelectuales hacia sus respectivos países; el romance mal desarrollado es un mal general de las prisas... Entonces, ¿qué hace a un libro ser juvenil? ¿Cómo pueden, estos catalogadores, estar tan seguros de las etiquetas que ponen?
Yo creo que la LIJ se caracteriza por ser ágil, por ser igual a las novelas adultas pero más centradas en los sentimientos (algunas) de los protagonistas adolescentes para que el lector pueda sentirse identificado. Pienso que el lector no tiene por qué ser adolescente, porque todos tenemos recuerdos de las etapas pasadas de nuestra vida y queremos recordarlas. Estos libros nos cuentan historias con su toque paranormal, con su toque realista, con su toque romántico, pero no dejan de ser sueños que todos podríamos haber tenido. Creo que la LIJ es un tipo de literatura hecha para disfrutar. Algunas nos hacen pensar, pero siempre nos entretienen y nos ayudan a sobrevenir el día a día. Lamentablemente, como todo, esta literatura también se masifica y se llega a publicar mucha roña en países lejanos como EEUU, dejando de lado otros mundos imaginarios que, tal vez, tienen más que aportar. Pero, sin embargo, creo que la LIJ es sobre todo, disfrute, enseñanza y una puerta abierta a la imaginación.
Eso me lleva al título de este artículo: ¿hay una fecha de caducidad para nuestra imaginación? ¿Debemos tener una edad para creer en hadas y dragones? ¿Tenemos que dejar de leer literatura juvenil una vez pasada nuestra adolescencia? Si la respuesta a todo esto es "NO", ¿por qué hacemos distinciones entre una literatura y otra si, al final, todo es lo mismo y nace para lo mismo: nuestro disfrute? Hace poco leí en un artículo, la noticia de que Joel Stein, un columnista de New York Times, un supuesto profesional de las letras, un periodista íntegro, se reía cada vez que alguien no cercano a los 20 sacaba su Harry Potter del bolso. Y donde digo Harry Potter, podéis poner cualquier título lijero, faltaría más. ¿Qué significa esto? Significa que, gran parte de la sociedad, piensa que la edad es un equivalente a "aburrimiento", a "amargura", a "muerte". Si ya tienes 30, no puedes leer Harry Potter; ni Crepúsculo, ni mucho menos "Los Juegos del Hambre". A este señor le parecía mal que un adulto leyera estos libros porque eran "para niños", pero sí le parecía bien que, supongo, ese mismo hombre sacara de su bolso "El señor de los anillos", "Entrevista con el vampiro" o "Fahrenheit 451". Y yo me pregunto, si fuera el caso, ¿qué diferencia habría? Yo sólo vería a un hombre disfrutando con un buen libro.
Creo que separar los libros por edades contribuye a esta discriminación y la falta de interés total de algunas mentes "poco privilegiadas" por la diversidad y la amplitud de mundos lo pone aún más complicado. Si todo fuera "literatura", sin más, estas cosas no pasarían. No habría manera de decir: "Es que estás leyendo libros "para niños" y tú no tienes edad". No habría manera de decir: "ese libro está recomendado para edades entre los 13 y 18 años y tú hace lustros que los dejaste atrás. ¡Madura!". Todos somos diferentes: hay niños de 12 años que son capaces de leerse Juego de Tronos y disfrutarlo más que Harry Potter. Los expertos dirían que no, que Harry Potter ES adecuado para su edad y Juego de Tronos NO. Pero es que los expertos NO saben cómo es ese niño de 12 años. No saben de su vida, ni de sus gustos, ni de su desarrollo mental. Igual ocurre con los adultos: hay adultos que no quieren amargarse, hay adultos que no están dispuestos a aburrirse leyendo un libro que les resulta demasiado floriteado (como algunos clásicos o ensayos filosóficos), hay adultos que quieren recordar cómo eran de jóvenes y quieren vivir una y otra vez una aventura que va al grano, que se lee fácilmente y que se disfruta siempre a partes iguales. También hay jóvenes que se aburren con los libros juveniles de hoy en día, en el que sólo parece primar el amor y no hay variedad o color. ¿Por qué no dividir la literatura por colores, por soñadores, rústicos, y demás criaturas que pueblan nuestro mundo? ¿Por qué no nos inventamos una etiqueta menos discriminatoria y más universal para un arte tan potente como es la literatura?
Con esto quiero llegar a la conclusión de que cada uno es un mundo y la literatura no debería estar reservada a una etiqueta que va junto a nuestra edad. La literatura debería ser para todos y no debería haber distinciones para unos y otros. No debería primar "cuánto" sino "cómo". En la librería, el librero no debería preguntar: "¿cuántos años tiene su hijo/a?", sino "¿cómo entiende la vida, qué es lo que le apasiona?". Y creo fervientemente que jamás se es demasiado viejo para creer en hadas y en dragones. Jamás se es demasiado viejo para soñar.
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