Revista Coaching

¿Eres un director virtuoso?

Por Juan Carlos Valda @grandespymes

Eres un director virtuoso?por Jose Antonio Ramirez

Es quizá el grado máximo que un líder puede alcanzar. No se trata de un rango o cargo, sino de una forma de vida.

Un líder virtuoso “contagia” a ser mejores.

¿Eres un director virtuoso?… Si te tomaste más de tres segundos en contestar y te vino alguien más a la cabeza, entonces vale la pena analizar tu posición. Según los expertos, un líder virtuoso no es aquel que tiene las mejores destrezas sobre un área, sino aquel que es capaz de predicar con el ejemplo. Es, quizá, el más alto grado que un director puede alcanzar, porque este liderazgo no es un rango o un cargo, sino una forma de vida.

Para Alexandre Havard, autor del libro “Virtuous Leadership: An Agenda for Personal Excellence”, una de las grandes características de este tipo de dirección es la magnanimidad, es el hábito de luchar por cosas grandes. Son líderes capaces de desafiarse a sí mismos e inspirar a quienes los rodean para hacer lo propio. Son personas que viven sus vidas y dirigen sus empresas con integridad moral y responsabilidad social y tienen muy claro que dirigir con valor tiene un efecto real en sus empresas.

En México, especialmente aquellas empresas que se transmiten de generación en generación, suelen tener este tipo de comportamientos. Los hermanos Servitje, del Grupo Bimbo, son un ejemplo de ello, afirma Carlos Ruiz González, profesor del área de Política de Empresa (Estrategia y Dirección) en el Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresa (IPADE).

Son gente que en su particular estilo de dirigir, son personas muy trabajadoras que mezclan la autoridad, el respeto, el liderazgo y la humildad hacia sus trabajadores, lo que resulta en una empresa próspera, explica a AltoNivelcom.mx.

El también director del Programa de Alta Dirección de la misma institución, añade que un director virtuoso es también es aquel individuo que conforme va mejorando sus actividades arrastra a los demás con su ejemplo, de tal forma que quienes están a su alrededor, se sienten obligados y luego motivados a trabajar bajo la misma línea.

Es algo así como algo “contagioso”, similar a cuando alguien observa a algún ser cercano realizar cuidadosa y disciplinadamente cualquier actividad. “Hacen que la gente vaya volviéndose virtuosa”, dice el entrevistado.

Otro de los grandes teóricos del papel de las humanidades en la alta dirección, Carlos Llano Cifuentes fundador del IPADE, decía que un buen líder debería ser ejemplo de valores como la libertad, paciencia, confianza, magnanimidad, templanza, simpatía y en especial de la humildad.

La humildad, el gran valuarte

Si bien todas estas características son fundamentales en un líder virtuoso, la humildad es uno de sus principales pilares. Pero, ¿qué es? En términos directivos no es otra cosa que saber que un líder no es perfecto, que tiene defectos y cualidades y que, como dijera Carlos Llano Cifuentes, “nadie es capaz de todo, nadie es capaz de nada”.

Para el experto, la clave de un director que quiere ser virtuoso es: diagnosticar, después decidir y luego actuar. Esto significa diagnosticar con objetividad y humildad para decidir con audacia, fortaleza, constancia y confianza.

 “Para diagnosticar se necesita ser objetivo, ver las cosas como son, lo que requiere ser humilde; reconocer cuales son las limitaciones y capacidades; posteriormente y para decidir, ser audaz y tomar decisiones que necesiten de esfuerzo”, dijo el especialista.

Después, añade, ser fuerte y capaz de atacar y recibir, así como tener confianza en los demás, pero sobre todo ser muy constante.

En otras palabras significa que si todos tenemos virtudes y todos tenemos defectos, los debemos de reconocer y a partir de ahí ir cosechar, aumentar o cultivar otras virtudes. “Las cosas que hacemos bien cuidarlas, e ir peleando con nuestros propios defectos”.

Como herramientas para alcanzar el virtuosismo, el académico sugiere practicar y practicar, además de seguir “ejercitándonos” para que no se pierda la actividad y aprender de las fallas y errores, similar a como se realiza alguna actividad deportiva o de competencia olímpica.

“En la medida que  vayas haciendo las cosas bien, tus capacidades se vuelven ventajas competitivas a diferencia de los demás”, puntualiza.

¿Te consideras o eres virtuoso? ¿Pregonas con el ejemplo hacia tu equipo de colaboradores?

Autor José Antonio Ramírez – http://www.altonivel.com.mx/23253-las-bondades-para-ser-director-virtuoso.html

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