Revista Cultura y Ocio
ERISTAL
En la orilla hay lágrimas de mar, lágrimas que el alba lloró y que el océano enjugó con una esponja marina. Lagrimas de luz que manan del canto de las sirenas en un llanto de burbujas y un eco de brisa y agua. Lamentos de sal y cristal que yacen como diamantes arrancados de la sima de las profundidades.
En el fondo del abismo, Oceánida grita. No llora, nunca volverá a llorar; la bruja enjugó sus lágrimas, la engañó con sus palabras mientras guardaba su magia en la esfera de cristal.
Llora el agua que era libre al verse esclava en el seno de un globo de mesoglea. Son sollozos prisioneros en los que aún late con fuerza un sol que se despereza. Una campana que guarda la esencia vital de Gaia, y late al acariciarla con memorias olvidadas.
En el litoral hay cuerpos que ruedan entre las rocas. Son reflejos de azul cielo y mil destellos de aurora que se bañan o se secan al capricho de mareas; son reliquias encantadas, fragmentos de agua cautiva que al luchar con su destino flotaron hasta la orilla. Celdas de lágrimas muertas que navegaron a tierra como una flor marinera. Erizos de sal y cristal aún yacen en el océano inertes, y sin moverse.
Un fruto de mar parecen, tiernos y jugosos granos de la dulce gelatina de una granada marina. Al recogerla en la arena, solo quise protegerla. Le busqué un hueco en mi mesa donde poder estudiar mi hermosa fruta de mar. Al mirarte, he de estrujarte, como una gominola, morderte, o colgarte en mi ventana junto a la luz de otra gota tallada en cristal de roca.
Noto un nudo en la garganta y en mis ojos brotan lágrimas salpicadas de nostalgia. Debes volver a la orilla antes de que llegue el día que dejes de ser... un agua viva.
Si queréis conocer la historia del porqué de esta poesía y ver qué la inspiró, tendréis que visitar su origen: http://viajeyfotos.blogspot.com.es/2016/05/seres-transparentes.html