La Ermita de Santa Marina apareció en el Ipad mientras buscaba imágenes de mi tierruca.
En mi vocación vacacional, promovida y jaleada por la curiosidad que me caracteriza, miraba fotografías de Cantabria para visitar nuevos rincones en los días que se me presentan.
Fue así como en una imagen de Instagram apareció esta pequeña pero singular ermita.
El pino que crece sobre su campanario llamó inmediatamente mi atención.
Luego miré el nombre del fotógrafo @d3ndro y a continuación el lugar donde encontrarla. A penas 96 kilómetros desde Santoña por la cómoda autovía del Cantábrico, en el Parque Natural de Oyambre y muy cerca de uno de los pueblos más bonitos y peculiares de mi Cantabria Infinita: San Vicente de la Barquera.
Cogí el coche y una buena compañía, mi querido sobrino Patricio y en poco más de una hora habíamos llegado.
La ilusión de coleccionar esa fotografía se vino abajo cuando vimos que un coche había aparcado frente a ella, pudiendo elegir aparcamiento a discreción. Ya que la ermita está junto a un campo de golf de reciente creación, fuimos a tomar algo con la esperanza de que mientras tanto retiraran el coche.
La Ermita perteneció al mayorazgo de la familia Ceballos y los santiagueros pasan frente a ella pues es Camino de Santiago en su ruta Norte.
Data del siglo XVII y en su fachada tiene un blasón y dos inscripciones. El blasón original es el de la familia Ceballos, cuyo lema era, Es ardid de caballeros, ceballos para vencellos.
Sobre el mismo, y en 1891 la viuda de Marcos Mata y Cast..(..)colocó la segunda inscripción en mármol blanco en memoria de su esposo. Algunos ancianos del lugar cuentan que la leyenda adjudica a la viuda la autoría de colocar la semilla de pino en el campanario en recuerdo eterno a su esposo. Lo cierto es que nadie sabe cómo llegó la semilla del pino hasta lo alto del campanario pero los ancianos del lugar siempre lo recuerdan del mismo tamaño…
A pesar de encontrarse esta singular ermita en pleno Camino de Santiago y de ser además la única Ermita del Camino en las calles de un Campo de Golf, a pesar de la singularidad que le da el pino del campanario y de datar del siglo XVII, la Ermita de Santa Marina se encuentra bastante destruida. Una verdadera pena, acaso ¿ solo los intereses políticos y económicos mueven el mundo? El Ayuntamiento correspondiente permitió la construcción de un campo de golf privado pero no obligó a la empresa a rehabilitar y preservar la ermita…
Wellcome to Spain y feliz agosto.