Afortunadamente pudo más mi aprecio por el actual director del CDN y el grupo estudiantil [digo estudiantil por eso de que sus inicios fueron en el ambiente de jóvenes artistas del IES Ramiro de Maeztu de Madrid], pues de ambos siempre vi buenas creaciones y siempre salí muy satisfecho. ____________
"La autora de las Meninas" de Ernesto Caballero
Me llamaba mucho la atención este título porque, casi todo lo que hasta el momento había visto montado por Ernesto Caballero: "Montenegro" en 2013 a partir de las 'Comedias Bárbaras' de Valle Inclán (¡brutal!) [leer reseña aquí], "Rinoceronte" de Ionesco en 2014 (¡espectacular!) [leer reseña aquí], o "La vida de Galileo" de Bertold Brecht en 2016 (¡magistral!) [leer reseña aquí], me habían encantado. De las escritas por él nada había visto hasta el momento, así que ésta era una buena oportunidad pues además de ser el director en esta ocasión era también el autor. ¡Miel sobre hojuelas! -me dije-. Si a esto unimos que la actriz era la gran Carmen Machi para que quería más. Era una oportunidad inmensa, qué importaba que fuese una distopía. Y acerté totalmente.
Sitúa la acción Ernesto Caballero en 2037, un futuro no muy lejano de nosotros por lo que muchos de los referentes de lo que allí sucede encuentran su origen en nuestro presente actual o el inmediato pasado. En síntesis el asunto es el siguiente: la crisis económica que ahoga a los países de lo que en el pasado fue Europa es tal que los partidos de la nueva política -en la obra el partido gobernante se denomina 'Puebloenpié'- deciden medidas drásticas como vender parte del patrimonio artístico a fin de poder pagar los asfixiantes intereses de la deuda que atenazan a España. Para no dejar vacías las paredes de los museos han aprobado un ambicioso plan de copias de los cuadros que cuelgan en ellas. Le ha llegado el turno a una de las obras maestras de la pintura española, "La familia de Felipe IV" más conocida por "Las Meninas", la cual puede sacar a España del hoyo económico en que se encuentra pues una petromonarquía quiere adquirirla para su Museo en pleno desierto. Para realizar esta copia el gobierno ha elegido a la mejor copista de cuadros que hay en España, la madre Sor Ángela (Carmen Machi), una afable monja que utiliza sus habilidades pictóricas para aportar dinero a su convento al igual que otras hermanas hacen dulces o bordan ropa.
Sor Ángela durante los días que debe estar en el Prado realizando la copia verá como en su interior empieza a surgir la tentación de la vanidad del creador. Su tentador es Adrián (Francisco Reyes), el apuesto vigilante nocturno con quien conversa mientras ella trabaja en la copia. Adrián, gran conocedor del mundo del Arte y sus creadores, dialoga con la religiosa sobre estas cuestiones. Frente a Adrián, licenciado en Humanidades y de mente abierta, se encuentra Alicia (Mireia Aixalá), la directora del Museo del Prado, burócrata donde las haya que sin apenas tener conocimientos artísticos dirige tamaña institución siguiendo al dedillo las populistas consignas de su formación política.
Entre bromas y veras se desarrolla la función que sostienen sólo tres actores sobre un escenario minimalista que proyecta el famoso cuadro completo y por partes según interesa al desarrollo de la trama. Hay reflexiones muy serias sobre el Arte, la Política, la Religión, el Amor... adobadas en ocasiones con un humor fantástico que emana de los dobles sentidos con que a veces se pueden interpretar algunas de las frases que se cruzan Sor Ángela y Adrián, al fin y al cabo, un hombre y una mujer. La vis cómica consustancial a la actriz Carmen Machi sirve para que la Obra, seria en sus planteamientos, discurra por unos cauces amenos y nada pesados. El contraste entre las figuras del vigilante y la directora, totalmente opuestos, y la evolución interior de Sor Ángela, de mera monja artesana a creadora artística, están tan bien plasmados en el texto y ejecutados sobre las tablas que la obra es un exquisito ejercicio teatral del que yo y, por las sonrisas durante la función y los aplausos del final, el resto del público disfrutamos muchísimo. ¡¡Una gran representación, sí señor!!
____________ "Crimen y Telón", creación colectiva de 'Ron La Lá'
En cuanto vi anunciada esta obra, decidí que tenía que verla. Desde que el año pasado por estas fechas viera "Cervantina" (leer reseña aquí), la anterior creación de esta agrupación, me hice adepto al grupo que desde sus inicios, allá por el año 1999, lleva realizados con éste ya 10 espectáculos en los que sus seis componentes de manera colectiva efectúan el proceso de creación y la puesta en escena que siempre incorpora música en directo.
En "Crimen y Telón", como se advierte con claridad en el video anterior, estamos ante una realidad distópica de la que nos separan 20 años. Es curioso que ambas obras -la de Ernesto Caballero y la de Ron LaLá- sitúen ese futuro indeseado a 20 años vista. Es evidente que el verso del tango gardeliano 'que veinte años no es nada' ha cuajado como cifra redonda para situar una acción pasada o futura lejana, sí, pero no en exceso. Los 'ronraleros' adecúan sus creaciones al momento concreto de cada espacio y ciudad donde las representan. Aquí comenzamos por la fecha: estamos en 2038; de este modo se mantiene la mítica distancia temporal.
Es "Crimen y Telón" una creación metaliteraria desde la cruz a la fecha que decíamos no hace tanto los que crecimos y nos educamos en tiempos no digitales; quiero decir, desde el título, que evoca con claridad la novela "Crimen y Castigo" de Dostoievski hasta su final, la resolución de dicho delito, siguiendo la manera de proceder de la novela negra tan del gusto de los lectores actualmente.
Comienza la función con el hallazgo de un cadáver colgando: el Teatro ha muerto. El detective Noir (Juan Cañas) tiene que descubrir al asesino antes que la Agencia Anti Arte dirigida con mano de hierro por el teniente Blanco (Íñigo Echevarría) desvele el secreto de su oscuro pasado. Noir y Blanco se oponen el uno al otro pero en el fondo se necesitan mutuamente pues ambos esconden secretos profundos que dadas las circunstancias a ambos conviene ocultar. ¿Quién mató a Teatro (Daniel Rovalher)? Blanco quiere encontrar a los culpables y enviarlos a los campos de concentración de Marte. Noir necesita hacerlo antes que él para así salvar el culo. Como buen detective que es ha de remontarse al origen de Teatro y su posterior evolución. A base de flash-backs Noir logrará repentizar a Teatro acompañado de Comedio (Miguel Magdalena) y Tragedio (Álvaro Tato) en Grecia donde ve a Edipo convertido en detective y creador de la emoción escénica. También allí ve a Teatro cual Ulises luchando contra las Sirenas (Cine y Televisión) que quiere llevarle a él y a los actores a su terreno. Como le ocurriera a Edipo, el Cine y la Televisión pueden haber matado al Teatro, su padre. Tras esta intensa ida al pasado Noir vuelve al momento actual y prosigue la investigación perseguido muy de cerca por Blanco que sospecha de él dada su oculta afición a la Poesía.
Sufre Noir de nuevo varios flash-backs que le hacen pasar por los grandes momentos del teatro universa: el teatro isabelino con Shakespeare, Marlowe, Johnson...; el teatro clásico francés de Racine, Corneille, Molière...; el teatro del Siglo de Oro español lleno de creadores con cuyos nombres entona el himno nacional actual ("Lope, Tirso, Moreto y Cervantes / Rojas y Alarcón, sor Juana y Calderón / Valle Inclán, Lorca, Zorrilla, Mayorga / Nieva y Arrabal..."). Y todo esto a un ritmo frenético, con gags que se suceden y se superponen unos a otros sin dar descanso al espectador que atónito asiste a esta demencial investigación, en realidad una increíble clase de literatura universal.
Es "Crimen y Telón" un ejercicio fantástico de teatro dentro del teatro. Si antes he dicho clase de literatura universal también hay que destacar la fantástica información que de los entresijos del propio teatro se realiza en este texto, responsabilidad exclusiva de Alvaro Tato. Por la escena corren los tecnicismos propios de este arte y de la parafernalia que lo constituye (el proscenio, la embocadura, el foro, el peine, luz cenital, luz estroboscópica...) hasta llegar al regidor, oficio que existe en el teatro pero que nadie sabe para qué sirve: "¿Qué es un regidor? Nadie lo sabe. Pero si algo va ma, la culpa es suya". Este gag con esta función me recordó la película "Shakespeare in love" del británico John Madden cuando ensayando "Romeo y Julieta" en medio de muchas dificultades y eventos sobrevenidos preguntaba Mr. Hugh Fennyman (Tom Wilkinson), el productor teatral, a Philip Henslowe (Geoffrey Rush), empresario teatral, cómo creía que con esos problemas iba a salir adelante el espectáculo, y éste impertérrito respondía eso de "Nunca se sabe. Es un misterio".
Es "Crimen y Telón", una obra hilarante, llena de referencias al momento actual, con una información literaria espléndida, que mezcla con sabia dosificación el texto en prosa y en verso, la letra con la música, el pasado y el presente, la realidad y la ficción. Una obra que rompe la pared de cristal que separa el escenario del patio de butacas y que integra al espectador en el espectáculo que se desarrolla ante sus ojos y en el que él en muchos momentos participa directamente a instancias de los actores. ____________
FinalDos obras, pues, que coinciden en muchas cosas como se ha visto: incluso coinciden en que las dos se representan en Madrid sólo hasta el próximo 28 de enero. Dos obras que nadie que guste del Teatro debería dejar pasar. Imagino que luego cada una por su lado saldrán de gira y visitarán muchas ciudades españolas. Cuando esto ocurra, de verdad no hay que perdérselas porque son teatro del bueno.
- "La autora de las meninas" se representa en el Teatro Valle-Inclán del Centro Dramático Nacional.
- "Crimen y Telón" lo hace en el Teatro Fernán Gómez del Centro Cultural de la Villa del Ayuntamiento de Madrid