El premio Iberoamericano de Poesia Reina Sofía, ha sido concedido al nicaragüense Enersto Cardenal, cura, poeta, uno de los impulsores de la teología de la liberación, nace en Granada, como Lorca, pero la Granada de Nicaragua. Fundador de la comunidad en Solentiname, promoviendo entre otras muchas cosas la pintura primitivista.
En ese proceso de cambio en la conciencia de los campesinos de Solentiname aparece el arte como un agente transformador. Primero fue la pintura. Ernesto le dio unos lápices y papel a un campesino y éste le devolvió un dibujo muy bonito. Más tarde repartió unas telas, pinceles y óleos y se pintaron los primeros cuadros de una belleza primitivista excepcional. Cardenal cuenta: “la mayor parte de estos pintores primitivos eran jóvenes y llegaron a ser hasta cuarenta o cincuenta. Así se hizo la escuela de Solentiname, de muchos pintores y pintoras, que luego se impuso en todo el país y hay toda una pintura primitivista en Nicaragua derivada de la de Solentiname”. El lago, las islas, la naturaleza, todo el hermoso paisaje de Solentiname, sirvió de inspiración para esta naciente pintura popular campesina. ( prensa del frente)
Yo he repartido
papeletas clandestinas
Gritando
¡Viva la Libertad!
en plena calle
desafiando a los
guardias armados
Yo participé en la
rebelión de abril
pero palidezco
cuando paso por tu casa
y tu sola mirada
me hace temblar.
En 1983, Juan Pablo II visitó oficialmente Nicaragua. El pontífice -frente a cámaras de televisión que transmitían a todo el mundo- amonestó e increpó severamente a Ernesto Cardenal, arrodillado ante él en la misma pista del aeropuerto, por propagar doctrinas apóstatas (según la fe católica) y por formar parte del gobierno sandinista.
Todo un honor recibir esta critica, de esta manera. Fiel a su fe y fiel a su compromiso social y cultural. Muy grande Ernesto Cardenal