La hegemonía se mueve en la tensión entre el núcleo irradiador y la seducción de los sectores aliados laterales. Afirmación – apertura.
No está de más, casi dos años después de su publicación, reproducir el “tweet” de D. Iñigo Errejón, sobre todo si consideramos que, pasado ese tiempo, sigo sin entenderlo. Reconozco mi torpeza innata, pero también es cierto que mucha gente -sobre todo mucha de la que vota a Podemos- no disponen de más luces que un servidor, por escasas que sean. Así que pienso en el derroche intelectual del conspicuo líder morado, tan desaprovechado y perdido en la tierra de nunca jamás de los mensajes caducos o demodés; recuerdo la más próxima, temporalmente, purga leninista de Vistalegre y la eterna vehemencia del joven político emergente, en la que contrasta su semblante lampiño con la elevada estatura, y, en algún modo, me entristece, porque representa el paso de la adolescencia a la madurez, tanto biológica como política. Casi seguro que entonces la hegemonía le preocuparía menos y el núcleo irradiador habría perdido fuerza, como les sucede a las gigantes rojas en nuestro universo más próximo.