El silencio fue el arma mortífera con la que atacó al Sr. Iglesias, tan pagado de sí mismo que no supo de donde provenían los golpes. Guardó silencio cuando fue desterrado de la portavocía, cuando se le condenó en Vistalegre y urdió un plan tan frío como calculado, para asestar un golpe al reino de D. Pablo en el momento más oportuno. La imagen que ilustra la entrada de hoy nos muestra una pareja de amigos que terminó separada por la influencia de Yoko Ono, mujer en discordia; ignoro si Irene tiene algo que ver en todo esto, bueno en una parte sí, o que se lo pregunten a la señora Tania si la encuentran tras la columna en el Congreso de los Diputados. Que les vaya bonito.