Foto: www.errejon.info
POCO LE HA importado a Pablo Iglesias que las bases de Podemos no hayan elegido aún al aspirante de la formación morada a la Comunidad de Madrid en 2019. Por no haber ni siquiera está en marcha la convocatoria de ese proceso interno. No es que existieran muchas dudas sobre el apoyo inequívoco de Iglesias a Íñigo Errejón (Madrid, 1983) como aspirante a competir con Cristina Cifuentes, pero ya se ha encargado el secretario general de Podemos de dejar muy claro ante el Consejo Ciudadano Estatal, el principal órgano del partido, cuáles son sus preferencias. Iglesias, es cierto, no ha hecho más que ‘oficializar’ lo que ya era un secreto a voces tras el ‘pacto personal’ alcanzado a raíz del congreso del partido de 2017, el conocido como ‘Vistalegre II’, en el que a Errejón se le enseñó la puerta de Madrid tras salir derrotado del cónclave.El propio secretario de Análisis Estratégico y Cambio Político de Podemos y diputado nacional se viene moviendo desde hace meses con gran discreción y sigilo preparando su desembarco definitivo en la política madrileña. Lo que en definitiva le ha pedido Iglesias a Errejón con su encargo de “que se ponga trabajar desde ya para ganar en la Comunidad de Madrid” es que abandone ese trabajo en la sombra y dé un paso al frente haciéndose más visible.Errejón es un buen candidato, qué duda cabe. Pero las formas también cuentan y mucho en política. Unas ‘formas’ que no parecen haberle importado demasiado a Iglesias, más necesitado que nunca de insuflar a los suyos el ánimo que les falta en este instante.A la luz de los últimos datos demoscópicos, Podemos ha dilapidado buena parte del gran capital político que atesoraba y no es de extrañar que, de pronto, le hayan entrado las prisas. En juego está la propia supervivencia de la formación y, si quiere seguir siendo un partido importante, no le queda otra que obtener un buen resultado en Madrid.“Tenemos que empezar la campaña ya para que el cambio sea posible y viable” apostilló Iglesias, convencido de que el éxito de las generales de 2020, pasa también por sacar un buen resultado en las municipales y autonómicas de 2019.Al indicar su “preferencia” sobre Errejón, el líder de Podemos ha demostrado que ni siquiera él es ajeno a las maneras de la tan denostada ‘vieja política’. Desde ese punto de vista, mal que le pese, el ‘dedazo’ de Iglesias no es muy distinto al de Rajoy.