María Dolores de Cospedal, que acaba de ganarle las elecciones a José María Barreda en Castilla-La Mancha, centró su campaña electoral en lo que llamaba escandalosos dispendios de su antecesor socialista, que habría arruinado la región dejándole 1.742 millones de euros impagados.
Pero una de sus primeras medidas como presidenta no fue aplicar el rigor económico que prometía, porque nombró director de la deficitaria televisión pública castellano-manchega (CMT) a un periodista que cobrará 120.000 euros anuales, igual que su antecesor socialista, Jordi García-Candau.
Cospedal había anunciado que vendería en cuanto pudiera esa televisión porque lo público no debe sostener una actividad que debe ser privada, afán imposible porque la actual ley de canales autonómicos impide privatizarlos.
Pero esa situación no imposibilita buscar el bajo coste, y en épocas de precariedad gastos y salarios deberían ser inferiores a las que llevaron supuestamente a la ruina a esa región, que en superficie es la sexta parte de España, y tiene 2,1 millones de habitantes.
Si con García-Candau la CMT manipulaba a favor del PSOE, con el nuevo director será fogosamente conservadora, como corresponde a la historia del nuevo director, Ignacio Villa Calleja, hasta ahora jefe de Informativos de la Cope, y conocido por sus ataques a Mariano Rajoy por considerarlo excesivamente blando.
Por tanto, la CMT será igual, deficitaria y manipuladora, pero al revés, al servicio de la derecha más dura de un PP que posiblemente gobernará España tras las próximas elecciones generales.
La ideología socialista está en retirada en todas las televisiones autonómicas, aunque conserve su poder en importantes medios nacionales.
Pero el problema provocado por Zapatero al destruir su partido es que la nueva manipulación ideológica que sustituirá a la suya parece que será igual, pero desde el polo opuesto. Otra desgracia.
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