Revista Coaching

Errores comunes de los emprendedores novatos

Por Josep Autet Crous @emprendeycrece1

Es natural cometer errores mientras crecemos y aprendemos, sin importar la actividad que realicemos. El verdadero problema no radica en equivocarnos, sino en persistir en ellos. En el mundo de los negocios, la capacidad de detectar y corregir errores a tiempo puede ser la clave para salvar tu empresa y asegurar su éxito a largo plazo.

ERRORES COMUNES DE LOS EMPRENDEDORES NOVATOS

Además de lo que te voy a mostrar, me he dado cuenta de que el mayor obstáculo para muchos emprendedores es admitir que se están equivocando. Es común que nos cueste aceptar que estamos cometiendo errores, ya que reconocerlos y estar dispuestos a cambiar implica tener la humildad necesaria. Si logras hacerlo, estarás en el camino correcto para solucionarlos.

Dado que no existe un manual de instrucciones para emprendedores, muchos caen en errores usuales. Aquí te muestro algunos de ellos que suelen surgir al iniciar un negocio:

1- Confundir ser emprendedor con empresario

Un emprendedor crea una empresa, mientras que un empresario la gestiona y dirige. La falta de distinción entre estas dos funciones ha llevado a muchos a cerrar sus negocios. Para ser un emprendedor exitoso, no es necesario tener habilidades de gestión, pero sí para ser un empresario. Además, el componente emocional también es importante, ya que la mayoría de los emprendedores se sienten motivados por la parte creativa del negocio, mientras que la dirección y gestión del día a día puede resultar aburrida para ellos.

2- Confundir idea con negocio

Si logras disfrutar con tu actividad, tendrás mayores posibilidades de éxito, pero es relevante no confundir la diversión o una buena idea con un negocio rentable. Muchos emprendedores inician una empresa en un sector que les apasiona, pero no se plantean cuáles son las necesidades reales de ese nicho de mercado ni cómo van a solventarlas.

Para tener éxito en el mundo empresarial, es necesario tener una visión clara y realista de las necesidades del mercado y cómo tu producto o servicio puede satisfacerlas. Disfrutar de lo que haces puede ser un gran incentivo, pero no puede ser el único factor determinante para el éxito de tu empresa.

3- Capital insuficiente

Los emprendedores novatos a menudo se centran en conseguir el capital inicial para poner en marcha su negocio, pero no tienen en cuenta lo que ocurrirá después. Muchos negocios cierran porque no hicieron una buena previsión de la liquidez. Es como un avión que lleva mucho tiempo circulando por la pista y, cuando está a punto de despegar, se queda sin combustible.

En tu plan de negocios, es importante prever siempre el peor de los escenarios y realizar una provisión de fondos suficiente, al mismo tiempo que se reducen al mínimo los costos fijos. De esta manera, tu empresa podrá afrontar los altibajos del mercado sin tener que cerrar sus puertas. Además, es relevante recordar que la gestión de la liquidez no es una tarea única, sino que es un proceso continuo que debe ser evaluado y ajustado regularmente para asegurarse de que tu empresa esté preparada para cualquier imprevisto.

4- Mala o nula planificación y organización

El emprendedor se caracteriza por ser una persona decidida y motivada, que no tiene miedo a tomar acción y asumir riesgos. Sin embargo, a menudo no planifica y se organiza de forma adecuada, lo que puede ser un gran obstáculo para el éxito de su negocio.

En el mundo empresarial, la planificación y la organización son esenciales para garantizar el éxito a largo plazo de cualquier empresa. Es importante definir objetivos claros, establecer un plan de acción y asegurarse de que todas las tareas se lleven a cabo de manera eficiente y efectiva. Para ello, es fundamental contar con una buena estructura organizativa que permita delegar tareas y responsabilidades a los miembros del equipo.

Es cierto que, al principio, puede resultar difícil confiar en otras personas para delegar tareas y decisiones relevantes. Sin embargo, a medida que tu empresa crece y te enfrentas a nuevos retos y oportunidades, te darás cuenta de que es imposible hacerlo todo tú solo. Aprender a delegar y a confiar en tus empleados es crucial para liberar tiempo y energía para enfocarte en lo que realmente importa: hacer crecer tu negocio.

En definitiva, si eres un emprendedor, es fundamental que tengas en cuenta que la planificación y la organización son importantes para el éxito de tu negocio a largo plazo. Aprender a delegar y definir tus objetivos con claridad te ayudará a construir una estructura organizativa sólida, y a hacer crecer tu empresa de manera efectiva y sostenible.

5- Falta de conocimientos

Para llevar un negocio con éxito no es suficiente con tener una actitud positiva y motivación, aunque son importantes. Es fundamental poseer conocimientos específicos sobre la actividad y el sector en el que se desarrolla la empresa. Ser un experto en la materia te ayudará a tomar decisiones informadas, a detectar oportunidades de negocio y a anticipar posibles obstáculos.

No es raro encontrarse con emprendedores que confunden su profesión con su negocio. Puede parecer que al tener experiencia en un campo, se tiene el conocimiento necesario para dirigir una empresa en ese mismo sector. Sin embargo, no es lo mismo ser un profesional en una materia que tener la capacidad de liderar y gestionar un equipo de personas, tomar decisiones estratégicas, manejar la contabilidad y las finanzas, entre otras habilidades.

Es importante reconocer las áreas de la empresa en las que se tienen debilidades y buscar asesoramiento o formación para mejorar en esas áreas. Además, a medida que la empresa crece, es necesario aprender a delegar tareas y a confiar en el equipo de trabajo. La capacidad de definir objetivos claros y de medir el rendimiento de la empresa en relación con esos objetivos también es clave para el éxito empresarial.

En resumen, para convertirse en un verdadero empresario es necesario combinar una actitud positiva y motivada con conocimientos específicos sobre la actividad y el sector, habilidades de liderazgo y gestión, capacidad de delegar y confiar en el equipo de trabajo, y habilidades para definir objetivos claros y medir el rendimiento empresarial.


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