Los errores de Hacienda están permitidos
y la primera mentira del “Hacienda somos todos”
¿Qué consecuencias tienen los errores de Hacienda?, la verdad es que ninguna. Hacienda tiene la potestad de equivocarse las veces que quiera sin que pase nada por ello. Ejemplos hay los que se quieran, desde los numerosos borradores de renta incorrectos, paralelas sin sentido, cruces de datos erróneos, conclusiones peregrinas, o cosas como la ocurrida hace unos días con el informe de la Infanta, donde se le atribuían una serie de ventas que por lo visto no eran de ella… o sí, porque esa es otra, cuando se trata de dar explicaciones, no parece que les guste demasiado.
Ahora equivócate tú en la renta, olvídate de mencionar algún ingreso a ver qué pasa; puede que no se den cuenta, eso es cierto, pero si lo detectan, no solo harán que rectifiques (que es correcto), sino que te cobrarán intereses (que también es correcto), pero además, te clavarán con una sanción sangrante (lo cual es más discutible en muchos casos). Y lo mismo ocurre si te retrasas un solo día (¿Qué digo un solo día?… una sola hora) en la presentación de algún impuesto, para que te sancionen; luego ellos demoran las devoluciones de renta durante meses y no hay ningún recargo ni sanción por ello; a lo sumo pagarán los intereses y nada más.
Mientras los errores de Hacienda no tengan la misma consideración que mis propios errores, me niego a que se me incluya en ese eslogan de “Hacienda somos todos”
Sin ir más lejos, en el artículo que publiqué ayer, hice mención a una derivación de deudas que Hacienda había dictado contra mí improcedentemente. Cierto que el error vino ocasionado por otro error anterior del Registro Mercantil de Málaga, pero aún así, el único perjudicado soy yo y aquí nadie está obligado a pagar nada. Siguiendo el mismo ejemplo, si al hacer mi declaración de renta cometo un error que no es causa mía sino que viene ocasionado por un certificado erróneo de empresa, o del banco, o lo que sea, el responsable seré yo… ¿por qué no pasa aquí lo mismo? Está claro que es lo que he dicho al principio: Hacienda tiene derecho a equivocarse, nosotros no.
Ramón Cerdá