1.- Esperar que el deseo llegue sólo: Generar el deseo sexual, es un trabajo cotidiano y personal, donde cada quién debe responsabilizarse de él.
2.- Esperar que el otro me provoque el deseo: Muchos le entregan a la pareja la responsabilidad de su propia sexualidad. En el seducir o tomar la iniciativa, hay mayor probabilidad de conectarse con el placer, ya que entrega la sensación de control.
3.- Pensar que si no hay sexo, no hay amor:Uno puede amar, pero no sentir deseo, y esto puede deberse a que no hay un trabajo adecuado en ese plano (mala o escasa estimulación, prácticas sexuales muy rutinarias, dolor durante el coito, poca capacidad de erotizarse en pareja, baja capacidad para generar espacios de intimidad, etc.)
4.- Esperar contextos perfectos: Esperar que los lugares sean de ensueño, las velas, los pétalos de rosa, la cena romántica, en fin, pretender que nuestra sexualidad sólo pende de factores externos y factores que generalmente no tienen que ver con nuestra realidad.
5.- Creer que porque el hombre tiene una erección, “nuestro trabajo ya está hecho”: Debemos entender que tanto los hombres como las mujeres necesitamos de procesos para sentirnos excitados. El hombre puede generar una erección por múltiples factores, por lo mismo, el que la tengan en el inicio de la relación, no significa que se deba dejar de seducir o estimular.