Todo el proceso es una sucesión de mentiras, que nunca fueron desmentidas por el gobierno o los partidos o las entidades civiles, empresas, sindicatos...salvo por algún individuo aislado que se tomaba la molestia de escribir. No se trata de convencer a los secesionistas clásicos, ese 15/20% tradicional, pero si de influir sobre los otros 2/3 de indepes sobrevenidos que poco a poco han ido abrazando ideología y comportamientos.
Mucha gente tomó partido desde 2010, sin oposición, las consignas entraban fácilmente, el romanticismo de lo nuevo e inmaculado caló en una población desarmada nutrida en gran parte por jóvenes románticos que se veían estar protagonizando la historia, era una gran oportunidad de ser héroes románticos, sin costes, porque siempre remaban a favor de la corriente en la medida que las movilizaciones se organizaban desde el poder, siempre estaban a salvo.
Uno de los problemas que ello provocó es que una vez tomada oposición es dificilísimo modificar, se elige la trinchera y desde ella se defiende a tu equipo, la gente no atiende lo que proceda de fuera de su grupo salvo lo muy extremo y para ridiculizarlo, se toma lo anecdótico para convencerse de que su enemigo es despreciable.
Y aquí seguimos repercutiendo los costes en el enemigo externo, 'Es un golpe de Estado' dice Carmen Forcadell, presidenta del Parlament y anteriormente de la ANC, nada más anunciarse por Rajoy la futura puesta en marcha del 155. Igual que Tejero cuando decía que aquellos parlamentarios dieron un golpe de estado a la legalidad franquista. Forcadell fue la gran lideresa del golpe de estado los dias 6 y 7 en el Parlament, aprobando las leyes de desconexión y repferendum de la nueva República Catalana. Como dice Borrel, el Parlament para tocar una coma de la ley electoral catalana necesitaba 2/3, y para romper el reglamento del Parlament, el Estatut y la Constitución lo hicieron con mayoría simple. Y así los costes del process aumentaron vertiginosamente, y las empresas viéndose fuera de la UE y del euro empezaron a tomar la salida.
En 2013 escribí sobre los costes de la secesión y el absurdo manipulador de ocultar y mentir sobre ello.
Es
absurdo y manipulador ocultar costes en un proceso secesionista
Toda ruptura conlleva costes,sean las personales por amor, amistad, o
religiosas, partidistas, societarias… sería imposible que ésta no los tuviera.
En Catalunya los promotores de la secesión no hablan de costes, se trata de pintar una ilusión y el paraíso y
nada puede diluir la imagen edulcorada que hay que transmitir para sumar
voluntades. La marcha por la
independencia está tan rellena de sentimientos como vacía de
racionalidad y concreción. La presentación de la opción independentista
como solución a todos los problemas, sean personales o colectivos de los
catalanes, debería oler mal a cualquiera que tenga un pie puesto en la
Ilustración y use un poco de racionalidad, -máxime a militantes, partidos y
sindicatos de izquierdas, e intelectuales y teóricos sociales-.
Ni
siquiera las separaciones que se dicen modélicas, Escocia y Canadá, se dan a
conocer aquí ampliamente con sus particularidades, acuerdos y diferencias
relacionadas y explicadas las condiciones concretas y diferenciales,
simplemente se citan los nombres de las naciones para supuestamente mostrar que
es posible la secesión, con la coletilla, eso sí, de queotros son mejores que los españoles son
más demócratas y abiertos.Al
margen de las similitudes y diferencias existentes, hay que recordar lo
fundamental, no se ha producido tal secesión en ninguno de los dos casos, por
ahora. Algunos comentarios sobre ellos se desarrollan en otras partes de este
trabajo, simplemente cabe recoger aquí que ambos consideran el proceso
extremadamente complejo y delicado y ninguno de los dos lo quiere imponer por
las bravas, o para ser más explícito, en ambos procesos los interlocutores se
someten a la legalidad vigente en cada sitio, intentando modificarla
negociando, sin que anuncien la posibilidad de declaración unilateral de
independencia como sí está planteada en Cataluña.
Estamos
ante un problema del que ignoramos gran parte de las dimensiones que podría
tomar, y todavía muy lejos de entender qué posibles salidas podrían ser
válidas, aceptadas por amplias mayorías sociales representativas. Ignoramos,
allí y aquí, la gravedad de las rupturas que pueden producirse y los
torbellinos que podría generar una ruptura unilateral, desconocemos la reacción
de millones de personas ante una realidad que hoy no somos capaces de
vislumbrar. Los cambios en los equilibrios y relaciones de fuerzas sociales y
políticas y sus liderazgos podrían ser enormes y bastante alejados de lo
conocido hoy, por lo que nada de lo soñado por las partes tendría por qué ser
parecido a lo que realmente nos encontráramos. Una sensación parece que se
impone con mayor peso que el resto,
todos perderíamos en un proceso descontrolado.
Los
primeros costes a pagar son los de la racionalidad, la carrera del todo vale
para conseguir el objetivo, deja sepultada la ética ante el bien supremo de la
independencia. Las mentiras difundidas por la gigantesca maquinaria de
propaganda secesionista se extendieron durante meses sin encontrar resistencia,
lo que permitió su implantación en miles de ciudadanos dotando a la carrera por
la independencia de una ventaja considerable, porque una vez tomado partido,
cuesta mucho menos buscar argumentaciones para consolidar la postura, que para
cuestionarla, lo que supone generalmente un esfuerzo considerable y mayor
preparación específica máxime en Cataluña ya que sin duda producirá rechazos y
choques en el entorno social. Agrava el problema la utilización de argucias y
malas artes por parte de instituciones de la Administración del Estado en
Catalunya, como la Generalitat. La presentación de las balanzas fiscales a la
prensa, mostrando resultados favorables a sus tesis, apoyados en solo dos de
los cuatro modelos que contenía su propio trabajo; la difusión de la falsa ley
alemana sobre el límite de contribución fiscal del 4% que tenían los lander; el principio de ordinalidad
según el cual estaba legislado en estados federales que las transferencias
interregionales no podían modificar el orden del territorio contribuyente… ‘No eran calentones de tertuliano borrachín,
sino tesis precisas puestas en circulación a sabiendas de su falsedad y que sin
molestarse en sopesarlas, un día sí y otro también repetían con fervoroso
convencimiento periodistas propicios y académicos rebosantes de ardor
patriótico espontáneo o engrasado.’ Félix Ovejero, Economía moral del
nacionalismo.
Algunos
costes económicos aparecen en informes externos de grandes bancos de inversión.
El nuevo estado afrontaría graves problemas que podrían
tener costes altísimos para la población, debería negociar multitud de
cuestiones bilaterales de las que se desconoce casi todo, antes de tomar una
decisión: ¿con qué se queda, que se lleva y que retorna a España? ¿Qué parte de
pensiones y seguridad social, cuanta deuda del Reino de España les corresponde
asumir? No se conocen cifras exactas pero es un hecho que de la deuda histórica
española una parte lo es por inversiones pasadas a Cataluña, ¿Cómo definirla,
cuanto les corresponde de deuda interna y cuanto de externa? ¿Cuánto, de la
Sagrada Familia es español y del Museo del Prado es catalán? etc. –La Giralda
tampoco es totalmente sevillana, ni la Alhambra enteramente granadina, ni la
costa del pueblo X lo es de sus habitantes enteramente, etc.- Tendrían que
definir su moneda, que aseguran será el euro, debe entenderse como moneda de
uso, pero fuera de la eurozona de la que saldrían, o ¿quizás sea el momento de
defender su reivindicación histórica de moneda propia? si fuera así tendrían la
ventaja de devaluar para salir de la crisis, el inconveniente de la
depreciación que sufriría, y de la financiación en esa moneda, difícilmente
aceptable al menos en el corto plazo, sin olvidar que muchas de sus relaciones
y balances están en euros y la nueva moneda crearía un cierto conflicto
propenso a altas tensiones monetarias. Supuesto que escogieran el euro, parte
de la soberanía supuestamente recobrada al separarse de España, la cederían
sobre la política monetaria en mayor grado que ahora, en la que intervienen en
cuanto España, después no podría intervenir como Catalunya dentro del Banco
Central Europeo, surge el problema de cómo financiarse sus bancos, que sería
altamente improbable lo pudieran hacer por el BCE. Por otra parte y
supuesta su entrada a la UE, lo cual sería casi imposible con la negativa
española, y considerando se trata de una de las regiones ricas de Europa,
tendría que ser contribuyente neto al resto de regiones pobres, fueran
españolas, italianas o del Este. Más o menos como ahora.
Buscar
financiación en los mercados internacionales, para sus empresas y su estado se
antoja un grave problema durante años, que si ahora no es sencillo dentro de
España, -ya han tenido algunos rescates-, fuera habría que presuponer altas
dificultades para encontrarla como estado independiente. Los grandes bancos de
inversión mundiales no apuestan favorablemente por la independencia, Nomura,
J.P. Morgan, UBS, -de ellos proceden los cuadros anexos- en sus informes
emitidos a los grandes inversores del planeta les advierten de altos riesgos en
la nueva Catalunya, lo cual no parece que les facilite los sueños de mejorar su
estado de bienestar por salir de España, y ello al margen de que los informes
sean flojos, o buenos, lo importante es la recomendación que transmiten de, no arriesgar, y lo hacen precisamente
aquellos bancos a los que tendría que convencer la Generalitat para que
dirigieran inversiones al nuevo estado. Una cuestión en relación a los informes
naturalmente el perjuicio, lo sería para ambos territorios, España y Catalunya,
no piensen ustedes que solo saldría perdiendo el otro. Los dos pierden con una
secesión, los dos territorios ganan manteniéndose juntos. Nomura, no cree que se produzca la independencia
y sugiere que la salida al problema consistirá en una mejora en la fiscalidad
negociada, UBS apuesta por el no rotundo,
prevé posibles fugas de capitales, caída de la riqueza e impago de la deuda.
J.P. Morgan –vean en el cuadro la síntesis de su posición- considera que no
mejoraría con la independencia, que el objetivo final es mejorar la
financiación y al igual que los otros, significa que el nuevo estado quedaría
fuera de UE, advierte del riesgo posible del despertar nacionalista de otras
regiones y países europeos. El tema de la deuda es un problema controvertido en
las cifras, puesto que lógicamente a la deuda de Catalunya que figura en las
estadísticas como deuda de Comunidad Autónoma, deben sumar la correspondiente a
los municipios catalanes y la parte alícuota que correspondería de la deuda
central del Estado Español y de la Seguridad Social, aspectos éstos no
fácilmente cuantificables.
El problema
planteado lo definen las recomendaciones de los bancos de inversión y los brokers,
no lo busquen en las asépticas cifras que maneja la Generalitat, sino en los ‘espíritus
animales’, que gobiernan la economía, el componente de irracionalidad, de
emoción, que tienen las decisiones, el problema es político y las reacciones de
subjetivismo y desánimo que desatarán, por eso lo que fundamental de informes
de este estilo es la recomendación general, apuesta a compra, o venta, arriesga
o no y aquí en los tres casos dicen no apuestes a Catalunya independiente. Naturalmente
desde las filas secesionistas, profesionales del sector, insisten en las cifras
asépticas o en descalificar los informes por 'flojos', además de minimizar
cualquier peligro con el mantra tan querido de 'que no te venza el miedo'.
También podrían rezar. De poco sirve que los actuales productos catalanes sean
altamente exportables, a España y resto de Europa, en aproximadamente un 65%,
serían tratadas como elemento externo a la UE, por tanto sin la facilidad de
movimientos actuales, grabadas con aranceles que harían perder parte de su
competitividad y sujetas a convenios de negociación y no como piensan los
defensores de la independencia que simplemente lo no vendido en España, que
dicen afectaría poco, todo sería distribuido en Europa. O de poco sirven buenas
cifras de deuda, -en tanto CCAA, luego sumen el resto, Central y municipales y
S.S.- recuerden que España tenía menos del 40%/PIB cuando empieza la crisis, y
hoy tiene el 100%, lo importante es la consideración de los mercados sobre
riesgos posibles en la posibilidad de financiarla.