*JUAN MARTORANO
Los últimos acontecimientos acaecidos en mi país, Venezuela, confirman que estamos en presencia de una nueva oleada de agresiones y de un intento desestabilizador en contra de la estabilidad y la institucionalidad que nos rige. Y de acuerdo a planteamientos de algunos camaradas, en el marco de la estrategia, hay que tener calma y cordura, nervios de acero ante la misma.
No niego en estas líneas que ciertamente Nicolás Maduro ha mostrado tener el pulso y el control de la situación. Ha venido derrotando una a una las conspiraciones y asechanzas no sólo contra él en lo personal sino contra todo el país. Una de las razones, a las que a mi juicio, el Comandante Chávez lo dejó como su sucesor al frente de los destinos del país.
Pero no es menos cierto también que la situación en lo económico se complejiza, se agrava, y pudiera en algún momento hacerse insostenible y acabar con la paciencia del pueblo. En anteriores artículos señalé que la misma incluso ha quebrado psicológicamente a personas, y ha estado destruyendo a parejas, matrimonios y familias enteras. Esto es algo que se deberá escribir más adelante.
De la misma manera, la impunidad de todo lo que tiene que ver con nuestro sistema de administración de justicia. Resulta totalmente inconcebible que, el ahora prófugo de la justicia venezolana, Leopoldo López, señale sin ningún tipo de temor, que seguirá impulsando acciones terroristas contra la población venezolana, desde la embajada del Reino de España, y nuestra cancillería ni siquiera emite una nota de protesta al embajador de ese país. Que Juan Guaidó llamé a “marchar” hacia guarniciones y demás instalaciones militares, evidentemente para provocar a los efectivos castrenses y generar actos de violencia, y en el país no ocurra absolutamente nada para hacer justicia. Que se diga tan abiertamente y se hagan llamados a que los funcionarios públicos saboteen servicios públicos y gestiones dentro de la Administración Pública, y los responsables de tales pronunciamientos no sean sancionados, es algo realmente serio y grave.
Pero, los que han estado dentro del movimiento popular, comunero y revolucionario y defendiendo en las últimas semanas al gobierno del presidente Nicolás Maduro, no solo que han sido hechos presos, sino que además vejados y torturados, por solo poner el ejemplo de los compañeros en el estado Lara y la policía regional de un estado y en una administración como la de Carmen Meléndez del PSUV. ¿Que alguien nos explique cómo es posible que la policía del ex gobernador de esa entidad federal, Henri Falcón actúa a sus anchas y como le da la gana, y no hay ni tan siquiera una sanción moral para los responsables de la detención ilegal y torturas a los hermanos y hermanas del movimiento popular de allá?
Evidentemente, no es política de Estado ni mucho menos de la gestión de Nicolás Maduro la violación de Derechos Humanos a los sectores más vulnerables y comprometidos de la población, por lo que deben ser sancionados los efectivos policiales y militares responsables de esta agresión a compatriotas en el estado Lara.
La situación de mi país en estos momentos la observo en tensa calma y no en sus mejores momentos. Como me señalan algunos amigos y fuentes desde dentro de los Estados Unidos, las cosas no “están muy buenas” por los conocidos movimientos en curso para la agresión militar mucho más directa por parte de la administración Trump en contra de Venezuela. La propaganda anti venezolana está in crescendo al igual que las acciones ejecutoras y ejecutivas en contra de la Patria, y desde allá se sabe lo que sigue, más allá de la retórica de algunos actores políticos y del propio presidente del país norteño, Donald Trump. La recomendación es, o se actúa de una vez, o lamentablemente en estas nuevas oleadas de violencia que podrían ocurrir en el país, muchos podrían morir, y los que sobrevivamos podríamos lamentarnos por no actuar de manera oportuna y a tiempo.
Y antes de cerrar estas líneas, me quiero permitir dirigir un mensaje a la alta oficialidad de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) ante el escalamiento de operaciones psicológicas a las que están siendo objeto, para lograr el quiebre de su unidad interna, de la autoridad y los mandos, a fin de que se insubordinen contra el Presidente de la República y Comandante en Jefe, y concreten un Golpe Militar en el país.
La Guardia Revolucionaria iraní sabe muy bien de esto; ya que aprendieron la lección por la que tuvieron que pasar los altos oficiales de la Guardia Republicana iraquí.
A los oficiales de la FANB y miembros de los cuerpos de seguridad ciudadana que podrían estar considerando la oferta de los gringos de participar en actos sediciosos en contra de las instituciones venezolanas, les invito a no creer en las promesas de los gringos.
Los estadounidenses les ofrecieron grandes fortunas a los altos oficiales de la Guardia Republicana iraquí para que desertaran y dejaran solo a Saddam Hussein. Muchos creyeron en estas “promesas” y cayeron en la trampa. Una vez completada la operación de ocupación de Iraq por las fuerzas norteamericanas, los oficiales traidores reclamaron el dinero y las prebendas prometidas. Pero, ¡Oh sorpresa!, la respuesta fue que se conformaran con estar vivos. Hoy esos oficiales están viviendo de la caridad pública en varios países europeos, pagando muy cara su traición por confiar en las promesas de gente sin palabra, sin honor y dignidad.
Cualquier parecido con lo ocurrido con los desertores que se encuentran en Colombia y Brasil, no es mera coincidencia.
¡Leales siempre! ¡Traidores, nunca!
¡Bolívar y Chávez viven, y sus luchas y la Patria que nos legaron siguen!
¡Hasta la Victoria Siempre!
¡Independencia y Patria Socialista!
¡Viviremos y Venceremos!
*Abogado,Activista por los Derechos Humanos,Militante Revolucionario y de la Red Nacional de Tuiter@sSocialistas (http://juanmartorano.blogspot. com /http://juanmartorano.wordpress.com). [email protected] .@juanmartorano (Cuenta en Tuiter).