Pensé en cerrar el sitio, en cambiar el dominio, en cambiar de plataforma, en empezar de cero, al final sólo fue necesario cambiar el tema del blog, esto ha dejado de ser una pelea contra mí mismo. La perdí, K.O. Un buen perdedor debe emprender la búsqueda.
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Había decidido cerrar este espacio por las siguientes razones:
1. Nunca logré escribir sobre lo que quería y esto terminaba siendo demasiado personal (lo cual no es necesariamente malo). Al menos trato de no ser demasiado azotado.
2. Nadie lee esto, aunque eso tampoco es necesariamente malo. Me gustaría ser todo un suceso, pero eso tiene más que ver con mis conflictos de reconocimiento social y culpa que a nadie le interesan y me hacen ver como un pequeño cachorro perdido en la gran ciudad.
3. Escribir me causa muchos problemas, no logro controlar mis palabras. Escribo y parece que me cae una maldición. Es como un hechizo. He de escribir muy mal para que mis mensajes no sean claros. Soy confuso, si es que en eso no existe una contradicción. Y es entonces que escribo la carta más amorosa que mi limitada capacidad me permite y no genero amor, escribo la ira más irracional y no genero enojo. Mis palabras regresan con jiribilla y recibo sendos mazazos en la nuca. Seguramente es una percepción fallida de la realidad, pero a algo debo culpar.
4. Se trataba de un lugar de expresión y libertad y muchas veces terminaba arrepintiéndome de lo que escribía aquí. Cosa que no permitiré más.
Hice un pausa en lo que estaba escribiendo y releí lo último que había escrito, y me gusta. De eso se trata esto de estar vivo, de hacer lo que a uno le gusta.
Me perdí, me perdí cuando parecía tenerlo todo, cuando había logrado lo que me había propuesto. Eso sólo el principio, y la vida es buena y la vida da oportunidades y uno está aquí para tomarlas y crearse unas nuevas.
Es ahora, siempre ha sido ahora.