¿Es Badajoz una isla?

Quienes nacimos en una isla, con la presencia constante del mar en el horizonte, a veces nos volvemos posesivos con el océano. Como si el aislamiento (y la libertad que otorga a un tiempo) del territorio limitado fuera solo nuestro. Luego te encuentras con obras poéticas (sí, aunque sea un cómic) como La Isla de Mayte Alvarado, nacida tierra adentro, en Badajoz, y te das cuenta que los océanos, los pueblos pesqueros, las gaviotas, son patrimonio de la Humanidad. El mar está cargado de leyendas, de belleza y también de crueldad. Mayte Alvarado capta a la perfección, con sus dibujos casi líquidos, esa sensación del agua que siempre recupera lo suyo, lo que cree que le pertenece.

Lo malo del libro de Mayte Alvarado, que publica Reservoir Books, es que dura lo que el mar tarda en llevarse un castillo de arena de la orilla. Nada y menos. Lo bueno es que se puede releer hasta el infinito. Y disfrutar de las figuras aparentemente simples que configuran su dibujo y que parecen moverse y tener sonido, el ruido constante del mar, el graznido de las gaviotas, el crujir de telas que provoca la brisa marina y hasta el propio silencio, que resuena.